Hace 35 años cuando el bailarín y director japonés Atsushi Takenouchi perdió las ganas de seguir viviendo se refugió en la montaña con la idea de probablemente no volver nunca, ahí fue donde ocurrió lo que considera un milagro: el encuentro con una flor, en el cual por primera vez pudo admirarla en todo su esplendor, incluso estando seca, sintetizando cómo la vida y la muerte siempre se enlazan. Esta experiencia ahora la comparte en la pieza de danza butoh HANA-flor.
“Pude mirar el brillo de la flor, en ese brillo extraordinario encontré la belleza de la flor seca, cómo la vida y la muerte están en ese esplendor entrelazados. Con esta experiencia de la flor, lo que encontré es que la belleza es inherente a las flores, a las plantas, todo es maravilloso simplemente por estar vivo. Toda esta presión que tenía, que me provocaba presionándome teniendo todas estas tareas me hacían perder lo esencial, me enceguecían para ver este esplendor, fue darme cuenta que incluso respirar es más que suficiente, sonreír, devolverle la sonrisa a una persona”, compartió en entrevista con La Razón Atsushi Takenouchi, quien creó los nuevos principios y filosofía para aproximarse al butoh denominada Jinen Butoh, una danza que conecta la vida a través de la naturaleza.
En dicho encuentro con la flor, el intérprete se preguntó por qué no podía realizar lo que la naturaleza, sólo existir y no cuestionarme qué hacer. Antes de ir a la montaña se encontraba abrumado por diversas tareas —clases que impartía a infantes y la creación de pinturas para un libro—, además vivía el rompimiento de una relación sentimental.
“Sentía que estaba al fondo de una botella, de un recipiente o un valle, que estaba ahogado, que no podía salir a la superficie, después de esta experiencia con la flor aprendí a subir a la superficie para mirar el horizonte sabiendo que la vida es bella, que también es muerte”, comentó.
Dijo que esa experiencia que vivió hace más de 30 años, también le permitió sobrevivir durante la pandemia por el Covid, cuando tuvo que dejar de impartir talleres y el futuro era incierto. “Hiroko Komiya y yo vivimos en Italia, fue compleja la situación, mucha gente murió, tuve mucho miedo, pero la experiencia con la flor me hizo no perderme; estamos acostumbrados a que nuestra vida es viajar, quedarnos en casa resultó complejo, pero decidimos abrir un canal de YouTube donde empujábamos a la gente a seguir danzando, porque continuar danzando es seguir viviendo”, contó.
HANA-flor se presenta mañana en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque. Es un solo dirigido e interpretado por Takenouchi, con música en vivo de Hiroko Komiya, que se relaciona con la naturaleza. La artista experimental señaló que el tema de la muerte abordado en la obra se compagina con la cosmogonía que tienen los mexicanos sobre ésta.
- Cuándo: 27 de enero
- Dónde: Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque
- Horario: 19:00 horas