Centro de Artes Escénicas Adrienne Arsht

El saxofonista Paquito D’Rivera participa en el concierto por los 50 años de Irakere

Comparte escenario con el pianista Chucho Valdés y el trompetista Arturo Sandoval; cinco décadas de la banda de jazz más trascendente de la música cubana

Irakere a cincuenta años de formación
Irakere a cincuenta años de formación Foto: La Razón

El pianista Chucho Valdés, el saxofonista Paquito D'Rivera y el trompetista Arturo Sandoval se reunieron el pasado viernes 9 de febrero, en el Centro de Artes Escénicas Adrienne Arsht de Miami en un único concierto para celebrar los cincuenta años de la formación de Irakere, legendaria orquesta cubana de jazz que marcó un antes y un después en la música de la Isla. Gala donde no estuvieron todos los integrantes fundadores de la agrupación; pero, el pianista Chucho Valdés conformó un ensamble con jóvenes herederos de la sonoridad que trazó Irakere en los años 70/80/90.

Gala histórica en el despliegue de un repertorio de las grandes piezas (bailables, jazz afrocubano, concierto, cámara...) de la época de gloria del grupo con la presencia de los vocalistas invitados Francisco Céspedes y Luis Enrique, amén del baterista Horacio El Negro Hernández, entre otros destacados instrumentistas de las nuevas generaciones de músicos cubanos.

Irakere 50
Irakere 50 ı Foto: Álbum Irakere 50

Irakere fue protagonista de un aporte que revolucionó la música afrocubana, una agrupación sobresaliente, de enorme calidad, que ha dejado un legado imborrable en los espacios del jazz latino y la música bailable cubana. Además, la banda incursionó en versiones de obras del repertorio de la música de concierto y de cámara. No cabe duda, la orquesta se fundó en 1973, no sabíamos lo que iba a suceder. Celebramos 50 años y es de verdad un agasajo volver a tocar con Chucho Valdés y Arturo Sandoval: los tres somos fundadores del ensamble”, comento en breve entrevista con La Razón, el compositor, saxofonista y director Paquito D’Rivera.

¿Y los otros fundadores?

La idea inicial era celebrar los 50 años con los músicos fundadores del grupo que están vivos, pero no fue fácil por problemas de visado; pero pudimos estar los que vivimos aquí en los Estados Unidos, que somos Arturo, Chucho y yo. No olvidar, que por este grupo pasaron cuatro generaciones de músicos que después hicieron grandes carreras como solistas: hoy hablan con orgullo de la experiencia de haber pasado por la escuela Irakere.

¿Cómo fue la fundación de aquel grupo?

La mayoría de los músicos que formamos Irakere éramos integrantes de la Orquesta Cubana de Música Moderna fundada en 1967. Años antes yo era miembro del ensamble Chucho Valdés y Su Combo, inicio de las afinidades que tengo con Chucho. Irakere nace como la realización de un sueño, queríamos desarrollar nuestras ideas, desarrollar nuestra propia música. En 1973, hicimos ese cambio, un grupo reducido de instrumentistas de la Orquesta Cubana de Música Moderna nos abocamos en el proyecto de hacer la música que teníamos en la cabeza.

¿Cuál fue la línea inicial del grupo?

Incursionar en el folclore musical cubano, lo bailable y el jazz apelando a las formas sonoras contemporáneas, explorar en lo electrónico y subrayar la riqueza del repertorio musical cubano: danzón, mambo, chachachá, son, bolero, guaguancó.

¿Qué significó para usted este encuentro?

Un encuentro emocionante donde celebramos el legado musical que, en nuestros inicios, ni nosotros mismos imaginamos trascendería las costas de Cuba y se convertiría en una referencia sustancial del jazz afrocubano a nivel mundial.

¿Nueva generación de músicos herederos de Irakere?

Se unió a nosotros un talentoso grupo de la nueva generación, que yo le llamo “Irakeritos”. No pierdo la esperanza de que un día no muy lejano se repita en Cuba este emotivo Jamboree, ese lugar que Cristóbal Colón describió como "La tierra más hermosa que los ojos humanos han visto”.

Por Carlos Olivares Baró

carlosolivaresbaro@hotmail.com

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