En un terreno ubicado en Eje 2 Norte Manuel González

Hallan embarcadero prehispánico que revela los límites de Tlatelolco

Redes de canales y un embarcadero prehispánico, que aparentemente fue modificado en los primeros tiempos novohispanos, fueron hallados por arqueólogos del INAH

Frontera norte tlatelolca que coincide con Iztatlán y Tlaxoxiuhco. Foto: Cortesía INAH

Redes de canales y un embarcadero prehispánico, que aparentemente fue modificado en los primeros tiempos novohispanos, fueron hallados por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como parte de las labores de salvamento en la intervención que se hace en un terreno ubicado en Eje 2 Norte Manuel González, en San Simón Tolnáhuac, en la Ciudad de México, donde se proyecta un complejo habitacional.

El coordinador de estas tareas, Tulio Cordero Hernández, apuntó que la evidencia material de este salvamento, la cual se ha cotejado con informes de intervenciones arqueológicas previas en las inmediaciones, corroboran lo que señalaba Luis González Aparicio, respecto a que el límite septentrional de Tlatelolco no estaría en la actual avenida Manuel González, sino unos 300 metros más adelante, en la calzada San Simón.

Por su parte, la arqueóloga Xantal Rosales García, quien explora el embarcadero descubierto, de 4.8 metros por 3.1 metros, asociado a su vez a una red de canales, detalló que su sistema constructivo indica dos etapas de ocupación.

“La primera, de época prehispánica, se caracterizó por el uso de piedras careadas de mayor tamaño que constituyen los muros y una escalinata para descender al cuerpo de agua; en la segunda ocupación, de las primeras décadas del Virreinato, se observan muros añadidos con piedras irregulares de menor tamaño para convertirlo en un posible reservorio del vital líquido”, explicó la especialista, de acuerdo con un comunicado del INAH.

A diferencia de lo ocurrido en Tenoch-titlan, añadió, Tlatelolco siguió siendo ocupada por población indígena, y no hubo un cambio inmediato de su modo de vida, como lo demuestra el hallazgo del entierro de un neonato a la usanza prehispánica, en posición sedente y asociado a una estructura habitacional, ya en el periodo posterior al contacto español.

El arqueólogo Tulio Cordero resaltó que, “conocer los márgenes de Tlatelolco, donde vivían las personas del pueblo, nos permite completar la imagen de esta ciudad mexica e imaginar la vida con su complejo sistema hidráulico”.