El pasado 6 de marzo, en el aniversario 97 del nacimiento de Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927 – Ciudad de México, 2014) fue lanzada al mercado su novela póstuma En agosto nos vemos (Diana/Planeta, 2024). Muchos lectores se fueron temprano a las librerías de la Ciudad de México y de otras municipalidades para comprarla ese día. Inmediatamente, apareció La ciudad y sus muros inciertos (Editorial Tusquets, 2024) de Haruki Murakami (Kioto, Japón, 1949), los inoculados con el ‘virus Murakami’, se volcaron a las librerías en busca de un ejemplar.
Nueva narración del Nobel colombiano a los 10 años de su muerte, que produjo polémica por la decisión de sus hijos de publicarla contraviniendo el deseo del autor de no hacerlo al considerarla imperfecta. Los herederos justificaron la edición con el siguiente argumento: “Leyéndola una vez más descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor”.
Asimismo, otra fábula del Premio Princesa de Asturias de las letras 2023, perenne candidato al Nobel literario, con una cofradía de admiradores y, asimismo, de un sector de la critica que lo considera como un relator que ya agotó su imaginario. El autor de Tokio Blues sigue siendo noticia en los espacios literarios. “La nueva gran novela de uno de los autores más importantes de nuestro tiempo”, suscriben los editores de Tusquets.
“Desde muy temprano, la gente hizo fila en la puerta de la librería de Quevedo. En dos horas se agotó la primera remesa de la colocación en la mesa de novedades. Mujeres, señores, jóvenes e incluso ancianos vinieron a buscar En agosto nos vemos. Una señora se llevó diez ejemplares: ‘La quiero regalar a mis nietos y a mis amigas’. Hubo una reposición de ejemplares y durante todo el día, la gente entraba a comprarla. No pasó lo mismo con Murakami, pero muchas personas acudieron por su novela, que ha tenido índices de venta muy interesante”, relató en conversación con La Razón Gloria Blas, gerente de adquisiciones de Librerías Gandhi.
La Razón realizó un recorrido por varios sitios de ventas de libros de la capital (Sótano, Gandhi, FCE, Educal, el Péndulo, Bonilla, El desastre...) y fue testigo del frenesí de los lectores ante la presencia de estas dos novelas en las mesas de novedades.
“Soy adicto de Murakami, tengo todos sus libros. Estuvo en silencio durante 6 años, ya esperábamos con ansias esta nueva novela suya que despierta mucho interés. Me la llevo para la playa. La de García Márquez ya la leí y me encantó, no sé las razones de que no la quiso publicar: yo no soy critico literario, pero creo que es una hermosa narración del Caribe”, expresó el arquitecto Julian Lebrón, ayer en El Péndulo de la Condesa.
“Me parece un asunto de dinero esto de dar a conocer algo que el autor no quiso publicar en vida. Leí el primer día, cuando salió En agosto nos vemos: me gustó, pero me quedé con deseos de más. Los personajes no están bien desarrollados, se nota que falta el oficio narrativo del Nobel colombiano. He oído por ahí que si Mercedes Barcha, estuviera viva, los hijos no hubieran publicado la novela”, comentó con cierto enojo el psicólogo Huberto Landrian en la librería Mauricio Achar de Miguel Ángel de Quevedo.
“Dos sucesos literarios de gran significación. García Márquez y Murakami son dos escritores imprescindibles. No puedo opinar de ninguna de las dos novelas, me las llevo ahora a Hidalgo en las vacaciones para disfrutar tanto de la magia del Caribe como de los ensueños de Murakami”, dijo el empresario Jaime Blon en la Librería El Sótano, del Eje Central.
Dos libros muy oportunos para disfrutar ahora en los días de asueto de Semana Santa: las tribulaciones de las infidelidades matrimoniales de Ana Magdalena Bach bajo las brisas del Caribe a través de la cautivante prosa de García Márquez, y los febriles, melancólicos y esperanzados sueños de Murakami.
JVR