Corre el año de 1938 y André Breton, el padre del surrealismo, viaja a México para dar una conferencia. Sin embargo, nada sale como estaba previsto; un traductor que no sabe francés, pero una empleada de limpieza que sí lo hace, abre la puerta a una serie de experiencias inesperadas en una tierra que guarda más enseñanzas y sorpresas que las que el autor pudiera haber imaginado. Así comienza la obra de teatro titulada El viaje de Breton, cien años de surrealismo.
Desde su llegada al puerto de Veracruz acompañado de su esposa, Breton se da cuenta que éste no es un país como cualquier otro. Una delegación enviada para recogerlo sin viáticos y un chofer sin dinero para la gasolina, además de la barrera del idioma, apuntan para ser el detonante para una mala experiencia en México; pero entonces aparece Diego Rivera, omnipotente, a enderezar el camino a punta de balazos y leperadas.
Visitará los rincones más recónditos de la idiosincrasia, las creencias y las pasiones de la sociedad mexicana, que no reconoce ni tiempo ni espacio, y donde hasta lo más absurdo puede ser real, pues no hay claridad para distinguir los límites con lo surreal, como ya lo dice aquel dicho: “México mágico”.
El público puede ver a Breton desesperado por atraer adeptos a su Movimiento Surrealista, fascinado por encontrar a personajes sui generis que bien encajarían en su propuesta como el luchador El Beato —una referencia a El Santo— o la chamana Pachita. Pero lo que para él era “el funcionamiento real del pensamiento en ausencia de cualquier control ejercido por la razón al margen de toda preocupación estética o moral”, para estos personajes no era algo más que su cotidianeidad.
El viaje de Breton, cien años de surrealismo
- Cuándo: Sábado 13, 19:00 horas; domingo 14 de abril, 18:00 horas
- Dónde: Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque
- Costo: $150