Cinco años tuvieron que pasar para que finalmente Parsifal fuera estrenada en México, después de un primer intento fallido en el Palacio de Bellas Artes. Bajo la dirección concertadora del italiano Guido Maria Guido, la última ópera de Richard Wagner sedujo en el Liber Festival, en el Teatro Bicentenario Roberto Plascencia Saldaña, en León, Guanajuato.
Durante las cinco horas y media que dura la obra, Parsifal, el personaje principal, hace un largo viaje lleno de peripecias, que se divide en los tres actos que conforman la ópera —estrenada por primera vez el 26 de julio de 1882, en Alemania— en los que la atmósfera, la música, los personajes y los diálogos van mostrando el desarrollo del protagonista hasta llegar a la divinidad.
La iluminación azul y una escenografía minimalista del primer acto, a cargo de Sergio Vela, nos traslada a un bosque cercano donde hay un lago y, se intuye, que ahí está el Castillo de Monsalvat. Es un comienzo lento, donde los personajes apenas se mueven durante los primeros minutos, pero que se equilibra con la música encabezada por el director coral Jaime Castro Pineda, que nos sitúa en la época medieval. Es el acto más largo de los tres, con casi dos horas y media de duración.
Durante esta primera parte, la música se sincroniza con la potencia de las voces de los personajes principales que aparecen en esa escena poco a poco: Gurnemanz, caballero de la orden del santo grial; Kundry, una mujer con múltiples personalidades; Amfortas, el guardián del sagrado grial que tiene fuertes dolores y apenas puede caminar, sus escuderos y su séquito; así como la aparición de un joven salvaje que ha matado a un cisne con una flecha y que será revelado como Parsifal. Una mezcla de artistas nacionales e internacionales dan vida a la obra: Martin Iliev, Fiona Craig, Hernán Iturralde y Jorge Lagunes, entre otros.
La intensidad cambia en el segundo acto. Es el más rápido y dinámico de los tres. La luz cambia a tonos morados y rosas, además, la escenografía nos muestra los jardines mágicos del brujo Klingsor. Ahí, un ingenuo Parsifal joven será tentado por dos grupos de doncellas-flores, unas visten lencería roja con negro y otras usan leotardos color nude. Con sus danzas buscarán seducirlo para que se aparte del camino que se ha profetizado sobre él.
Aparece Kundry, quien sometida por el hechicero, le roba un beso, pero antes de lograr encandilarlo, el joven la rechaza y ella busca conmoverlo con su historia, pero al no conseguir su cometido lo maldice, diciéndole que no encontrará nunca el camino de regreso a Monsalvat. La ventaja es que él recupera la lanza sagrada.
El tercer acto es una regresión al principio, con la misma escenografía del bosque cercano a Monsalvat, pero donde queda claro que han pasado muchos años. El cisne que fue cazado por Parsifal ya está en los huesos y aparecen un Gurnemanz y un Parsifal envejecidos. De nuevo, el comienzo es muy lento, pero en esta parte es donde aparecen más simbolismos religiosos, como la lanza sagrada y el sagrado grial. El personaje principal es consagrado como el elegido y logra sanar la herida de Amfortas; además, consigue que Kundry finalmente descanse. El grial es revelado y Parsifal da la orden de que nunca más sea escondido.
Parsifal, que es parte del Liber Festival, organizado por Arte & Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego y el Forum Guanajuato, aún tiene dos funciones que se presentarán el 20 y 23 de abril en el Teatro del Bicentenario de Guanajuato.
Parsifal
- Dónde: Liber Festival, Centro Ricardo B. Salinas Pliego y Forum Guanajuato
- Cuándo: 20 y 23 de abril de 2024