Premio Cervantes

Luis Mateo Díez: Contar la vida era mi aspiración

El autor Luis Mateo Díez, quien ayer recibió el Premio Cervantes en el paraninfo de la Universidad Alcalá de Henares, España, aseguró que fue un “niño de la posguerra”

El escritor recibe el Premio Cervantes de manos del rey Felipe, en España. Foto: Casa de S.M. el Rey

El autor Luis Mateo Díez, quien ayer recibió el Premio Cervantes en el paraninfo de la Universidad Alcalá de Henares, España, aseguró que fue un “niño de la posguerra” y tuvo siempre en él una “atmósfera de tristeza y desolación”, por lo que su destino era ser escritor.

“Fui un niño de posguerra y el lastre de ese tiempo histórico detalla en la memoria atmósferas y sucesos que la empañan, de manera que una infancia en esos años puede destilar un apego de tristeza y desolación, lo que tantas pérdidas suponen entre las familias y los vecindarios y, sin embargo, la geografía y el paisanaje de mi niñez no llegaban a enturbiarse del todo, supongo que porque la suerte de los afectos se sobreponía a la desgracia de tantas desdichas”, expresó Luis Mateo Díez durante su discurso.

Confesó que viviendo en ese contexto poco a poco se enamoró de leer y después de crear historias. “Mi destino de escritor, ya ven ustedes con qué facilidad la vida me encaminaba y encandilaba, con el sustrato primitivo de una fascinación y un embeleso, de tal modo que escuchar y escribir unían lo que leer y contar tenían de aliciente y acicate. Un maravilloso entretenimiento que daría razón de ser a ese destino irremediable”, manifestó.

Escuchar y escribir unían lo que leer y contar tenían de aliciente y acicate
Luis Mateo Díez<br>Escritor

Con el paso de los años, añadió, encontró esa fascinación por contar historias: “Supongo que la revelación de tantos cuentos y voces contadoras, íntimamente unidas a las propias de los grandes maestros de la ficción, a lo que el conocimiento significa en el patrimonio de la imaginación literaria, ahormaba y fertilizaba el largo proceso de aprendizaje en el que yo, pacientemente, velaba las armas del novelista, escribía con tesón y rigor buscando mis modelos y, en cualquier caso, intentando sentirme heredero de cuanto pensaba que me enriquecía al llegar a mis manos”, compartió.

Contar otras vidas ha sido su motor, pues “nada me interesa menos que yo mismo”, abundó en su discurso en el que también aludió a Miguel de Cervantes Saavedra.

El Premio Cervantes le fue concedido “ser uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios”.

Luis Mateo Díez es autor de los libros La fuente de la edad, La cabeza en llamas, Los frutos de la niebla y La ruina del cielo.