Hace 200 años, cuando el 7 de mayo de 1824 Ludwig van Beethoven estrenó la Novena Sinfonía, causó una revolución al poner al centro a la humanidad en una obra de gran complejidad y poderío. Dicho por Emil Cioran, se puso al tú por tú con Dios, dijo a La Razón el director de orquesta Sergio Cárdenas.
“Hasta ese momento las creaciones artísticas en general ponían al ser humano como algo muy diminuto en la creación, pero como ya lo mencionó Emil Cioran, Beethoven se yergue como un demiurgo, se pone al tú por tú con Dios, a través de este ensalzamiento de la figura humana y se manifiesta en todo su esplendor en esta maravillosa sinfonía”, resaltó Sergio Cárdenas, Premio Nacional de Artes y Literatura.
Para quien ha dirigido la Orquesta Sinfónica de Hof, la Sinfónica Nacional y la Sinfónica de El Cairo, en la Novena Sinfonía, Beethoven reveló un nuevo mundo.
“Cuando la sinfonía se estrena en Viena hace 200 años fue una revelación, convocó a todos a querer ser incluidos en ese abrazo cósmico que estaba ofreciendo esta sinfonía, la cual reveló un mundo nuevo para musicólogos, compositores y el público en general, y con retos extraordinarios para los ejecutantes, tanto para los instrumentistas como para el coro. Pareciera que Beethoven nos está mostrando secretos mágicos de alguna obra sacra o una pieza que se desarrolla en los ámbitos de la santidad misma”, señaló Cárdenas.
En 74 minutos y 33 segundos, Beethoven refleja toda una serie de contrastes. En el primer movimiento, “hay una marcha fúnebre en los últimos 20 o 30 compases, que corroboran mi teoría de que en esa primera parte de la sinfonía está ajustando cuentas con el clasicismo, acaba una época y empieza otra”, explicó Sergio Cárdenas.
El segundo movimiento es un scherzo, “tan vital, tan energético en toda su manifestación”; y el tercero es un adagio “absolutamente sublime”.
La pieza finaliza con el cuarto movimiento, donde se inspiró en la Oda a la alegría, de Friedrich Schiller, que es el más conocido y esperado por el público. “Se manifiesta como un himno de la humanidad, refleja todas las posibilidades de desarrollo y de expansión que tiene el ser humano”, indicó Sergio Cárdenas.
Se ha convertido en un símbolo a lo largo de la historia, destacó Iván López Reynoso, director artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.
“Hay gente que piensa que la Novena Sinfonía es solamente el cuarto movimiento. Es increíble cómo Beethoven desarrolla dentro de un movimiento, que hasta ese momento fue el más innovador y propositivo de la historia de la música, estos elementos de las células melódicas o rítmicas que pudo desarrollar en la sinfonía para convertirlo en un gran movimiento expresivo, un himno a la paz, a la hermandad, a la humanidad misma. Ha sido referencia en la caída del muro de Berlín, por lo tanto, la Novena Sinfonía es una pieza con mensajes muy actuales, poderosos, con algunas de las páginas más bellas e inspiradoras que se han escrito en la historia de la música y cada vez más necesarias”, dijo a este diario López Reynoso, quien ha dirigido a la Oviedo Filarmonía.
Iván López Reynoso y Sergio Cárdenas consideraron que la Novena Sinfonía implica diversos retos, dadas las transformaciones de las que ha sido parte.
“Se ha transformado considerablemente a raíz de dos casas editoriales fundamentales, la primera es la editorial Bärenreiter, que con Jonathan Del Mar, lograron publicar la integral de las sinfonías e incluye ciertos símbolos que nos dan mucha más información a la hora de interpretar. El segundo rescate reciente ha sido en el 2020 cuando la editorial Breit-kopf & Härtel sacó una nueva edición de las sinfonías de Beethoven con descubrimientos importantes, entonces, el reto es estar al día con estos hallazgos”, comentó Iván López Reynoso.
Mientras que Sergio Cárdenas consideró primordial entregarse con humildad a esta pieza: “El director más allá de tener la capacidad de controlar las fuerzas en términos de control técnico, debe tener cuidado de que no se impongan sus limitaciones expresivas, debe entregarse con humildad de manera total a la obra, porque este cosmos que abraza Beethoven constituye uno de los retos mayores”, finalizó el también compositor.
- Participan: Rodrigo Macías dirige la Orquesta Sinfónica de México. Además, estarán los solistas Angélica Alexandre, Alejandra Gómez, Rodrigo Garciarroyo y Tomás Castellanos
- Cuándo: 7 de mayo, 20:30 horas
- Dónde: Auditorio Nacional