“¿Qué es la vida? Un frenesí./¿Qué es la vida? Una ilusión, /una sombra, una ficción, /y el mayor bien es pequeño;/que toda la vida es sueño, /y los sueños, sueños son”, dice Segismundo en el famoso monólogo de la obra La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca. Dichos cuestionamientos han traspasado el tiempo y se invita a reflexionar sobre éstos y otros más en la producción dirigida por el británico Declan Donnellan con la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España.
La puesta, que llegará mañana al Palacio de Bellas Artes para sumarse a las conmemoraciones del 90 aniversario, se sitúa en un contexto actual en el que con el uso de las redes sociales y los avances tecnológicos hay transformaciones sobre qué nos hace existir.
“Las preguntas que plantea Calderón de la Barca con tanta carga y profundidad filosófica nos las seguimos haciendo hoy”, comentó a La Razón el actor Alfredo Doval (Segismundo).
La diferencia, continuó, es que con “los avances tecnológicos y las redes sociales parece que hemos perdido el miedo a la muerte, no nos asusta tanto morir como no existir, creo que ésa es la clave, porque si no estás a la vista de todos, si levantas la mano y nadie te contesta, si haces una llamada de atención, si no cuentas quién eres tú a los demás, si no desarrollas lo que te pasa adentro para que la gente conozca lo que tienes, parece que no estás vivo, creo que ésas son las preguntas que se rescatan del texto y se reflejan muy bien en esta versión de La vida es sueño”.
Las preguntas que plantea Calderón de la Barca con tanta carga y profundidad filosófica nos las seguimos haciendo hoyAlfredo Doval, Actor
Para el actor, la obra, vista desde hoy, es una llamada de atención sobre qué estamos dispuestos a hacer para que la gente sepa que estamos vivos.
“Es imposible desviarse de las problemáticas que hay ahora, no podemos olvidar que en La vida es sueño hay una guerra civil, entonces, en este momento con las guerras, los avances de la tecnología, reflejan esta llamada de atención sobre qué queremos hacer para que la gente sepa que estamos vivos”, apuntó.
Sobre su personaje indicó que el director Declan Donnellan se propuso que los actores abordaran sus papeles de manera horizontal, tratándolos de tú a tú, lo cual le permitió reconectar con su niño interior, pues Segismundo es un bebé encerrado en una torre, ya que su padre, el Rey Basilio de Polonia, tiene miedo de que se cumplan las predicciones de un oráculo consultado. Veinticinco años después es liberado.
“Siempre que leían La vida es sueño les llamaba la atención la capacidad de Segismundo para aprender, una capacidad muy rápida, se preguntaban y decían de quién aprende, porque cuando sale de la torre ya sabe cómo comportarse, aprende del resto de los personajes y del pueblo, Polonia, que en nuestra versión pasa a ser el público”, compartió.
La coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España, LAZONA y Cheek by Jowl, cuenta con la adaptación de Declan Donnellan y Nick Ormerod. Destaca por un imponente dispositivo escénico con siete puertas que recrean la torre o el palacio, pero también representan el inconsciente.
“El vestuario no es de época ni el escenario, es simbólico, trata del inconsciente, es una pared con siete puertas que pueden estar abiertas o cerradas, se pueden convertir en una torre, en un palacio o cuando se abren todas las puertas parece un campo de batalla, es la parte de la modernización del espectáculo”, resaltó Miguel Cuerdo Rivas, director de producción de LAZONA.
La vida es sueño se presenta desde mañana hasta el 9 de mayo a las 20:00 horas, en el Palacio de Bellas Artes.
- Cuándo: del 7 al 9 de mayo
- Dónde: Sala Principal del Palacio de Bellas Artes
- Horario: 20:00 horas
- Localidades: de $100 a $465