El académico y ensayista canadiense Michael Ignatieff fue reconocido ayer el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales por su “reflexión crítica sobre los grandes conflictos de nuestro tiempo”, dijo el jurado que concede el galardón.
Ignatieff es una “referencia imprescindible para orientarnos en un presente tan cargado de conflictos bélicos, polarización política y amenazas a la libertad”, indicó el acta del jurado. En su extensa obra, que mezcla realismo político, humanismo e idealismo liberal, destacan “los valores de la libertad, los derechos humanos, la tolerancia y la salvaguarda de las instituciones”, agregó.
Entre los más de 20 libros que ha escrito se incluyen The Needs of Strangers, Isaiah Berlin: A Life y Human Rights as Politics and Idolatry. Ignatieff, de 77 años, ha sido investigador y profesor visitante en Harvard, Cambridge y Oxford, y fue rector de la Universidad Centroeuropea. En 2006 salió elegido diputado de la Cámara de los Comunes de Canadá por el Partido Liberal, del que fue vicepresidente y presidente, y ejerció como líder de la oposición.
Ignatieff, quien toma el testigo de la historiadora francesa Hélène Carrère d’Encausse, compartirá honores este año con el cantante y compositor Joan Manuel Serrat, que logró el Princesa de Asturias de las Artes; la historietista y directora de cine franco-iraní Marjane Satrapi, reconocida con el de Comunicación y Humanidades, y la jugadora de bádminton Carolina Marín, que ganó el de Deportes.