Impulsan a Rosarito entre coleccionistas

Artistas de Baja muestran su talento y buscan un lugar en el mundo

Benito del Águila considera que hace falta una estructura sofisticada como la que hay en la CDMX; creadores locales atraen a compradores de EU, Sudáfrica y Europa

Benito del Águila, director de Art Walk. Foto: Carlos Mora, La Razón

En Rosarito, Baja California

Baja California tiene ya un mecado del arte que se ha ido posicionando; sin embargo, es necesario impulsar a la entidad como un escaparate del arte, como es vista la Ciudad de México. Aprovechando la cercanía con Estados Unidos y llevando las obras de creadores locales a regiones como Europa, consideraron Benito del Águila, pintor, escultor y gestor cultural; y Rocío Hoffmann, curadora y pintora.

“Hay muchos artistas muy talentosos en el estado, pero sentimos que tienen que salir a otros lugares, especialmente a Estados Unidos y a Europa, para mostrar su obra. Nos gustaría desarrollar un mercado local. Ya están las instituciones, los museos, las escuelas, el talento de los artistas, pero sentimos que en el ecosistema también faltan, por ejemplo, críticos de arte y coleccionistas”, comentó en entrevista con La Razón Benito del Águila, creador de la feria Art Walk Rosarito, a través de la cual ha buscado descentralizar el arte.

“En la Ciudad de México se concentra todo, pero también es importante descentralizar. Creo que Art Walk Rosarito es una buena manera de descentralizar lo que pasa en la capital del país”, dijo.

Ami Gastelum y David Silvah, artistas y fundadores de  Rosarito Art Factory.

Por su parte, Rocío Hoffmann señaló la relevancia de que el arte hecho en ciudades como Rosarito sea reconocido.

“Estamos buscando el reconocimiento de los artistas locales, porque es justo. Además, ya tenemos artistas de aquí en diferentes partes del mundo, lo que genera una entrada de divisas muy importante. Aquí hay obra de mejor calidad, incluso en San Diego no ves la calidad de esta obra. Sobre todo, los precios: hay cuadros que aquí cuestan alrededor de 1,200 dólares y que, cuando cruzan la frontera, cuestan diez veces más. Ya no hablemos de las galerías de Nueva York o Florida; sólo cruzan la frontera de Tijuana y su precio se eleva”, comentó.

Las obras de los pintores de Rosarito se venden en todo el mundo, desde Estados Unidos y Sudáfrica hasta Alemania y otros países de Europa.

“Si no llevan mucho arte, no pagan impuestos. Se empacan y se llevan a San Diego, y desde ahí se envían por mensajería a todo el mundo. Para nosotros, es mucho más barato que enviarlo desde México”, detalló Hoffmann

Rosarito tiene, desde sus orígenes, el bulevar Popotla, un corredor artesanal, en el que creadores promueven su obra. “Los festivales han sido una manera de sacar el mejor provecho a lo que Rosarito produce”, resaltó.

Ami Gastelum y David Silvah, artistas y fundadores de  Rosarito Art Factory.

“Creo que Rosarito tiene una luz muy peculiar que a los artistas visuales nos favorece bastante. El clima es espectacular y también es un punto turístico muy importante del estado. Todo eso ha propiciado que aquí se concentre una gran cantidad de artistas”, puntualizó.

Aunque el arte local de Baja California cada vez se posiciona más, Benito del Águila consideró que es necesario desarrollar toda una estructura que lo respalde como lo ha logrado en esta materia la Ciudad de México, donde a principios de cada año se desarrolla la semana del arte que reúne a coleccionistas del mundo.

“La Ciudad de México ya cuenta con un circuito de arte muy sofisticado y maduro. Pero, por ejemplo, aquí en la Universidad de Baja California, donde muchos de nuestros artistas son graduados, el programa tiene apenas 20 años. Ya estamos viendo el resultado de ese semillero. Por eso, en esta galería internacional, Art Walk Rosarito, muchos de los artistas son grandes consagrados como Carlos Coronado, pero también están los Trillizos Torres Pacheco. Queremos incluir a las nuevas generaciones, obviamente aquellos con mucho talento en particular”, apuntó.

Trillizos que pintan a la misma vez

Alberto, Lorenzo Antonio y Leonel Alfonso son mejor conocidos como los Trillizos Torres Pacheco. Viven en Tijuana y, desde pequeños, su mamá les compró un cuaderno para que dibujaran juntos. “Desde que teníamos unos 14 años, hemos estado exponiendo en diferentes lugares del estado de Baja California. También tuvimos la oportunidad de ir a la Feria Latinoamericana de San Diego, y hemos participado en residencias artísticas en Italia y Holanda. Además, hemos participado en exposiciones digitales en Irán”, explicaron, quienes han llamado la atención por pintar cada uno un cuadro sobre un tema en específico, al mismo tiempo.

Los trillizos Torres Pacheco, artistas.

Crea arte con popote coloreado

“Mi padre recuperó esta técnica y la denominó ‘técnica de popote coloreado’. Él desarrolló esta habilidad y comenzó a enseñar este oficio hace 55 años, impartía talleres en escuelas y casas de cultura; llamó a su iniciativa Escuela de Artes Muertas. Él descubrió cómo colorear el popotillo de manera natural, proceso que en ciertos casos puede tardar hasta tres meses en lograr el color deseado. Yo crecí con este oficio y, al llegar a Rosarito, decidí quedarme aquí. Desde los 17 años, he participado en concursos nacionales y he sido galardonado en Estados Unidos y Europa. Mi meta es lograr que esta técnica sea reconocida como un arte fino”, contó.

Óscar Morales, creador y dueño de Galería Puerto Nuevo.

Talento oriundo de Mexicali

Para Aída Corral, autora de la serie Entre Telas, su quehacer creativo representa la belleza del desierto, éste visto como una tierra de grandes oportunidades. “Intervengo la tela de manera no invasiva, inspirándome en las mujeres a las que trato de honrar. En estas obras, represento a la mujer viviendo en el desierto. Llevo 30 años viviendo en Mexicali, y para mí, es un desierto sumamente fértil. Es una forma de honrar el desierto, presentándolo de una manera que no es árida, sino llena de oportunidades y belleza. Quiero representar a las telas desde una perspectiva mística. Me gusta visibilizar a las mujeres en las artes plásticas”, compartió.

Aída Corral, artista de Mexicali, Baja California.

Da vida a la tierra de baja california

Enrique Avilez se ha especializado en la escultura en piedra, bronce, adobe, vidrio y madera, entre otros materiales. “Utilizo tierras de Baja California, especialmente del Valle de Guadalupe, donde hay terrenos muy ricos en minerales. Me inspiro en las culturas más antiguas. He investigado mucho sobre las culturas que habitaron esta área y he estudiado sus métodos para, a partir de ellos, crear mis propias esculturas. El barro, la arena y los nopales me sirven como una especie de pegamento y, en algunos casos, utilizo una estructura metálica para que no pesen tanto”, externó sobre su arte.

Enrique Avilez, escultor, en la Galería Marlen Castor.