Patrimonio Mundial desde hace 20 años

Casa estudio Luis Barragán, hito en la arquitectura en América

Guillermo Eguiarte, director del inmueble, habla con La Razón acerca de lo que significó que hace dos décadas fuera reconocido por la UNESCO; adelanta que preparan una serie de conferencias y publicaciones, entre éstas una antología de poesía

Vestíbulo principal. Predomina el blanco y el rosa, sin embargo, al contar con una abertura que deja entrar la luz se reflejan diversos colores, como el dorado, que proviene de una obra de Mathias Goeritz que se encuentra en la parte superior. El piso es de sillares que el arquitecto recicló de construcciones que en los años 50 se estaban derrumbando. Foto: Especial

Hace 20 años, el 4 de julio de 2004, la Casa Estudio Luis Barragán fue reconocida con la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que significó un hito no sólo para la arquitectura y cultura mexicana sino también para América, ya que fue la primera vivienda del siglo XX en recibir dicha distinción.

“Fue un nombramiento muy importante. Fue el primero en su género, hasta ese momento se habían catalogado los edificios históricos, prehispánicos y coloniales, la arquitectura del siglo XX no había sido catalogada como tal. Fue un hito en el arte y la cultura mexicana, en la arquitectura también. No sólo fue relevante para México, sino para América Latina y para todo el continente americano, la casa estudio fue reconocida por valores universales excepcionales”, destacó en entrevista con La Razón Guillermo Eguiarte, director de la Casa Estudio Luis Barragán, ubicada en los números 12 y 14 de la calle General Francisco Ramírez, colonia Daniel Garza, en la Ciudad de México.

La UNESCO distinguió la edificación por ser una obra en la que “convergen las corrientes estéticas y elementos artísticos modernos y autóctonos tradicionales, dando por resultado una síntesis arquitectónica que ha ejercido una notable influencia en el diseño contemporáneo de paisajes, jardines y plazas”.

TERRAZA. Predominan los colores blanco, rosa, naranja y gris. El arquitecto vuelve a apostar por la simplicidad para que las personas se enfoquen en admirar el cielo y las nubes. También destaca parte de la vegetación de uno de los jardines, cuyas sombras se reflejan en el muro color rosa. Hay bancos para sentarse a descansar.

El edificio, cuya superficie es de más de mil metros cuadrados, fue construido en 1948 por el arquitecto nacido en Jalisco, Luis Barragán (Premio Pritzker 1980), quien durante los 40 años que la habitó realizó diversas transformaciones y experimentaciones, por lo cual se considera que también es parte de su biografía.

“Va haciendo su laboratorio de experimentación en 40 años, entonces es el producto de toda esta experimentación. Tal como Gabriel García Márquez escribió historias a base de capítulos, Barragán va aquí desde la raíz a lo contemporáneo y habla de armar este lenguaje en el que fusiona la tradición popular, la tradición asiática, europea y mexicana”, resaltó el arquitecto Guillermo Eguiarte.

A dos décadas de la declaratoria y 76 años de su edificación, la Casa Estudio Luis Barragán continúa siendo fuente de inspiración para los arquitectos y visitantes que acuden a conocerla.

“Hemos tenido también visitas de ganadores del Premio Pritzker, porque es una casa que genera este tipo de expectativa, de emoción, de inspiración. Hay cosas tan iguales en muchas partes del mundo que quieren ver lo que les pueda aportar, no tanto por copiar, sino inspirar y tomar en su lenguaje arquitectónico. Continúa siendo una casa muy fresca, con muchas aportaciones y riqueza, además sigue emocionando a la gente”, comentó el arquitecto para quien uno de los retos principales es transmitir la importancia de este legado a futuras generaciones.

RECÁMARA. Tiene una vista hacia el jardín, el cual parece infinito. En este espacio vuelve a jugar con los reflejos a partir de la luz, además se considera un lugar muy monástico. Cuando el arquitecto comenzó a enfrentar las secuelas del Parkinson que padecía, la cama se tuvo que acortar para que un enfermero pudiera auxiliarlo para levantarse.

“En el caso de los que estamos en la parte administrativa, la parte operativa y dirección, somos los tenedores temporales, nuestra responsabilidad es entregar a la siguiente generación lo mismo que recibimos, incluso mejorarlo. Es ese reto, mantener y transmitir este bien a las generaciones posteriores, porque es algo que definitivamente no se debe de perder y todo el mundo debería ponerlo como ejemplo para que uno se sienta orgulloso de lo que se tiene en México, las raíces prehispánicas, coloniales y, por qué no, las contemporáneas, donde se confluye también el arte popular, lo cual a final de cuentas logra tejer Luis Barragán”, aseguró el director del inmueble.

Otro de los desafíos es el mantenimiento del edificio, además de los muebles y acervo que perteneció a Luis Barragán, como los libros que coleccionó y se aprecian en la biblioteca.

“Mantener un patrimonio mundial representa muchos retos a todos niveles. Primero el tema de la conservación natural, el tiempo va haciendo mellas sobre la misma estructura física, es estar manteniendo constantemente, la impermeabilización, pinturas, aplanados, instalaciones.

BIBLIOTECA. Usa alfombra para que genere un ambiente más acogedor e íntimo. Aquí se encuentra el escritorio donde con sus colaboradores desarrollaba idea para los planos de sus edificaciones. Cuenta con una escalera ligera que parece que está flotando. La venía ensayando desde la Casa Ortega.

“Cada libro requiere de un mantenimiento, estabilización, limpieza. Los cuadros, los textiles, las alfombras, lo que es la parte de la cerámica también necesitan un cuidado constante para que la casa siga viviendo”, detalló Guillermo Eguiarte, quien señaló que cada año las necesidades son distintas, por lo cual los recursos anuales que requiere el inmueble son variables.

También se han enfocado en tener visitas controladas para evitar el desgaste de la edificación y el sobreturismo.

“Tenemos que ver la manera de mostrar esta maravilla, pero de una manera controlada, moderada. Por eso básicamente las reservaciones se hacen en línea, tenemos que tener un control perfecto de quiénes, cuándo, cómo visitan la casa. Son dos tipos de visita, una es la visita guiada, la otra es la visita sin guía”, comentó y especificó que después de la pandemia han registrado anualmente un promedio de cinco mil personas y en lo que va de este año ya están “50 por ciento arriba de lo que llevábamos en números anteriores”.

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Gráfico

CELEBRACIONES. Para conmemorar los 20 años de la declaratoria, la Casa Estudio Luis Barragán organiza una serie de conferencias y edición de publicaciones, que se anunciarán el 4 de julio, adelantó Guillermo Eguiarte.

“Queremos hacer mesas redondas, conferencias temáticas que hablen de lo profundo de Barragán. Por ejemplo, Barragán y los jardines. Otra es invitar a personalidades extranjeras a que conversen de lo que significó la declaratoria, qué pasaba en ese momento en el mundo, por qué se consideró, cuáles fueron los puntos especiales, particulares que llamaron la atención y qué intelectuales consideraron que debía de ser Patrimonio Mundial”, compartió.

Acerca de las publicaciones contó que entre éstas se encuentran el documento facsimilar que se entregó para que la Casa Estudio Luis Barragán obtuviera la Declaratoria de Patrimonio Mundial; un libro de aforismos que escribió el arquitecto con amigos, como los hermanos Juan y Edmundo O’Gorman.

“Tenemos otro sobre las memorias de algunas personas que pasaron por este taller, también pensamos hacer un libro de poemas, estamos invitando a autores a que visiten la casa y que a partir de su experiencia hagan poemas. Éste último lo está coordinando Jorge Esquinca, un poeta tapatío”, finalizó Guillermo Eguiarte.