En el marco del 117 aniversario del natalicio de la pintora Frida Kahlo —el pasado 6 de julio—, se inauguró en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo la exposición Kahlo Sin Fronteras, proyecto que surge a partir de que la fotógrafa Cristina Kahlo, sobrina nieta y una de las curadoras de la muestra, pudo visitar los expedientes médicos de la artista allá por el año 2015.
La exhibición parte de la idea de romper la frontera entre el exterior y el cuerpo, también del hecho de que Frida Kahlo ya no tiene fronteras, sino que su obra ya se ve expuesta en muchas partes.
“La vemos expuesta por todos lados, en fin, el título tiene varias implicaciones, pero, ante todo, el proyecto surge a partir de que tengo la oportunidad de visitar los expedientes médicos de Frida Kahlo que se conservan en el hospital ahora conocido como Centro Médico ABC, que originalmente era el American British Country, entonces es darle importancia a ese tiempo que pasó en el hospital y esa convalecencia en que siguió creativa”, detalló Cristina Kahlo.
La muestra se conforma de 120 fotografías, las cuales abarcan el periodo de 1950 a 1953, tiempo en el que pasó por varias operaciones. Se puede apreciar a Frida Kahlo continuar con su trabajo creativo a pesar de estar convaleciente.
Cristina Kahlo afirmó que un punto importante en la muestra es el agradecimiento a la comunidad médica que atendió en esos momentos a la pintora, quien propiamente realiza este agradecimiento a través de su diario. “Quisiéramos que esta exposición, a nombre de Frida Kahlo, fuera ese agradecimiento que ella siempre quiso hacer”, comentó.
“Se trata de un recorrido a través de su vida, decidimos que la muestra se tenía que llamar así porque ahora parece que Frida se ha convertido en un personaje que conocemos bastante bien”, comentó por su parte Javier Roque Vázquez, otro de los curadores de la exposición, que se mantendrá abierta al público hasta noviembre próximo.
“Tuvimos que hacer también una reflexión respecto a qué es lo que sucedía con un cuerpo enfermo como el de Frida Kahlo y cómo es que esos límites que tenemos todos a partir de nuestra propia piel, que podría ser el límite que podemos encontrar en una persona, se rompen y ahí es donde no aparecen o donde quitamos esas fronteras y también interactuamos por primera vez con el mundo”, añadió.
En la exhibición también es posible adentrarse en su infancia o en su relación con Diego Rivera y su acercamiento con otros personajes contemporáneos como André Breton, padre del surrealismo. Además de fotografías, es posible leer cartas, recibos e informes médicos.
“Proponemos un recorrido a través de su vida y hacemos una pausa en los últimos años de la pintora para poder dar un recuento de lo que fue y de lo que sucedió en en la Casa Azul, en esta casa, en el hospital ABC, y en particular qué sucedía con ella, creemos que en la escritura de la historia del arte también es importante además hacer referencia a la biografía de los artistas, dar cuenta de cómo estos otros elementos que están alrededor de un personaje influyen de manera determinante”, destacó Roque.
Cabe resaltar que la fotografía juega un papel preponderante en esta muestra y no es para menos, pues el padre de Frida, Guillermo, fue fotógrafo, por lo que la pintora sabía del valor documental de esta práctica. “Hay una cantidad enorme del fotógrafos que se fascinaron con la personalidad de Frida y la documentaron, pero ella permitió ser fotografiada en los momentos más lúcidos y esplendorosos de su físico y de su vida, así como en los momentos más oscuros; entonces creo que también esta exposición refleja que Frida Kahlo sabía que esas imágenes iban a ser para la posteridad”, concluyó Cristina Kahlo.