El próximo 13 de julio se cumple el 70 aniversario de la muerte de Frida Kahlo, artista que forma parte del imaginario colectivo y ha sido representada de manera muy particular en el cine, el teatro, exposiciones, libros o el trabajo de investigadores, desatando una “Fridamanía” que la ha catapultado como la pintora más famosa de México.
“Frida Kahlo ya no tiene fronteras, la vemos expuesta por todos lados”, dijo Cristina Kahlo, fotógrafa y sobrina nieta de la artista, durante la inauguración de la muestra Kahlo sin fronteras en el Museo Casa Estudio Diego Rivera, quien aclaró que no se trata de un personaje de novela, sino una persona de carne y hueso.
Si bien Frida se ha convertido en una especie de personaje mitológico del arte mexicano en los últimos años, a un grado tal que su obra y su vida son objeto de admiración —aunque también tiene sus detractores—, mientras que su imagen es explotada de diversas formas, se ha buscado mostrar a una Kahlo más humana.
Llegan Alonso Alarcón, Marcelo Lombardero...
“Ahora parece que Frida Kahlo se ha convertido en un personaje que conocemos bastante bien”, comentó por su parte el curador Javier Roque Vázquez, quien piensa que, en la historia del arte, además de hacer referencia a la biografía de los artistas, también se debe dar cuenta de esos elementos alrededor de ellos que influyen de manera determinante en su trabajo creativo, algo que no es la excepción en la pintora nacida en Coyoacán un 6 de julio de 1907.
De ahí la importancia de explorar la faceta más íntima de la artista, a través de material inédito que ayude a comprender de una manera más integral su legado.
“Consideramos que puede ayudar a tener una idea mucho más terminada de la biografía de Frida Kahlo y a partir de esto, podemos entender por qué pensaba de cierta forma, cuáles eran los temas que la ocupaban en aquellos momentos y también podríamos entender por qué pinta lo que pinta al final de su vida”, agregó Vázquez Roque.
Sin embargo, siete décadas después de su muerte, el legado de la pintora sigue dando de qué hablar, al grado de que se han suscitado polémicas, entre ellas la de hace un par de meses, cuando la cantante Madonna compartió en sus redes sociales una serie de fotos con ropa que, supuestamente, perteneció a la célebre artista, lo que desató diversas reacciones.
Si bien hubo quienes elogiaron a la intérprete estadounidense por compartir la grandeza histórica, artística y cultural de México, la situación detonó críticas al Museo Casa Azul y a la propia Chica Material, señalándola en redes sociales de ser una “blanca privilegiada” por tener acceso a objetos a los que no todas las personas lo tienen y “destructora del patrimonio cultural”.
Es importante mencionar que la obra de Frida Kahlo fue declarada Monumento Artístico en México en 1984, uniéndose a un selecto grupo de artistas nacionales, entre los que se encuentran José María Velasco, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Gerardo Murillo Dr. Atl, David Alfaro Siqueiros, Saturnino Herrán, Remedios Varo y María Izquierdo.
Esta declaratoria implica una protección legal de su obra y legado cultural; sin embargo, no abarca todos los objetos relacionados con ella, lo que puede generar confusiones sobre su manejo y propiedad, de acuerdo con el gestor cultural y curador
Rodrigo Arciniega.
Para el especialista, es crucial comprender lo que constituye el patrimonio cultural de México, por lo que es importante diferenciar entre objetos que forman parte de colecciones públicas y aquellas que son de propiedad privada, y cuyos propietarios tienen el derecho de hacer con ellos lo que deseen.
Rodrigo Arciniega, quien ha investigado sobre los efectos de la Declaración de Monumento Artístico en las obras de Frida Kahlo, consideró que esta declaratoria puede perjudicar a los propietarios al restringir la circulación de las obras.
“Identifiqué otros factores que complican el aumento de los precios de las obras de Frida en el mercado del arte mundial. La declaración restrictiva de Monumento Artístico puede incluso fomentar un mercado negro y obstaculizar la restauración, resguardo y administración de estas obras patrimoniales”, destacó.
Incluso, subrayó que, gracias a Mado-
nna, las piezas de Frida Kahlo se apreciaron en el mercado y su fervor por el trabajo de la artista tuvo un impacto notable.
El especialista detalló que en 1979 el Autorretrato con chango se comercializó por 44 mil dólares en Sotheby’s, pero un año después Madonna lo adquirió por un millón de dólares. “Desde entonces, el valor de las obras de Kahlo aumentó considerablemente; por ejemplo, en 1990, Diego y yo se vendió por un millón 430 mil dólares”, compartió.
