Firma de Estrellas con el elenco del show

Emoción en la firma de autógrafos de Despertares

Entre llantos de alegría, caras atónitas y manos temblorosas de la emoción salieron del lobby del Auditorio Nacional 260 personas que pudieron tomarse una fotografía y tener el autógrafo del bailarín Isaac Hernández

Isaac Hernández se toma fotos con fans, ayer, en el Auditorio Nacional. Foto: Cuartoscuro

Entre llantos de alegría, caras atónitas y manos temblorosas de la emoción salieron del lobby del Auditorio Nacional 260 personas que pudieron tomarse una fotografía y tener el autógrafo del bailarín Isaac Hernández. Figuras de cartón del mexicano, una Barbie bailarina, libros, zapatillas de ballet, playeras y pósters fueron algunas de las cosas que el día de ayer firmó el tapatío, durante la Firma de Estrellas con el elenco del show, previo a la presentación de Despertares.

A la alegría de grandes y chicos la acompañó el entusiasmo de Esteban Hernández, hermano de Isaac, Alina Cojocaru, Max Cauthorn, entre otros, que miraban con ternura y curiosidad a Maximiliano, de 9 años, originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, usando un traje de ballet de Arlequín hecho por su abuela Lulú, mientras su mamá, Gabriela, le hacía unas fotos de prueba mientras esperaban en la fila llena de gente ansiosa por pasar a recabar las firmas de los intérpretes.

Cuando llegó su turno fue difícil saber quién sentía más alegría, si los bailarines, como Kayla Mak y Braylon Browner que le pidieron una foto a Maximiliano, o él al ver a Isaac Hernández, con quien se reencontró entre sonrisas cómplices luego de dos años, en la Firma de Estrellas de 2022, demostrando que la danza es más que una forma de expresión, es una pasión que une a la gente.

Isaac y su pequeño fan recrearon la foto que se tomaron el año antepasado frente a varios fotógrafos y fans que con asombro observaban al niño sobre la mesa en que firmaban los posters, donde el bailarín lo colocó para poder posar juntos.

Max, como le dice su familia, practica ballet desde hace cinco años. Para la ocasión usó el traje blanco con aplicaciones negras y rojas diamantadas, junto a unas mallas blancas, porque ha interpretado en varios eventos y concursos Arlequinada, igual que Isaac.

“Me encanta cómo baila y algún día quisiera ser como él, he recreado Paquita, Arlequinada, que es la variación que estoy haciendo, y Don Quijote”, explicó el niño a La Razón sobre el trabajo de su ídolo.

Pero no fue el único encuentro que Max y su familia tuvieron. Se reunieron con Elena, de Ciudad de México. La conocieron hace dos años también en la presentación. En esa ocasión los chiapanecos viajaron 15 horas para llegar a la capital del país, pero esta vez se trasladaron en avión, un lujo que se pudieron dar gracias a la hospitalidad de Elena, quien los aloja con gusto en su casa, pues los considera su familia.

Elena es una gran seguidora del bailarín, desde sus inicios hasta hoy, comentó que ha asistido a todas las funciones de Despertares y admira la humildad con la que se dirige a la gente. Destacó que Isaac es un orgullo para México.

“Tuve la oportunidad de estar en San Francisco en la ópera y decirle a todos los que estaban a mi alrededor: ’Él es mexicano, es Isaac’”, dijo con emoción en el rostro.

María y Dana, de 15 y 16 años, quienes se conocieron cuando tenían cuatro años en la academia de ballet, también, lanzándose miradas de incredulidad al tener el póster autografiado, agradecieron la sencillez de Hernández, pues les permite creer en la posibilidad de llegar a grandes escenarios.

“No nada más los ves en la tele, como unas estrellas, el mensaje es que tú puedes llegar a bailar así”, expresó Dana.

Lo mismo que Celina, quien practicó ballet 14 años y viajó con su familia desde Guadalajara para que su paisano les autografiara un póster, una playera de la primera presentación del espectáculo y el último par de zapatillas de ballet de la joven de 25 años.

El viaje fue con todo y silla de ruedas de su mamá, de 64 años, quien tiene una pierna lastimada, pero afirmaron que valió la pena luego de que Isaac se acercara a ella para saludar y tomarse algunas fotografías, gesto que no se esperaban.