Para el escritor mozambiqueño Mia Couto, cazar es como escribir, porque ocurre una especie de migración en quien quiere ir tras un león, y en su caso, es mutar a través de esos personajes que comienzan a hablarle. Si bien cuando escribe no va guiado por una intención específica, “reconstruir memorias es algo que quiero hacer, sobre todo, en aquellas identidades puras, singulares que pueda poner interrogar”, dijo en entrevista con La Razón, ayer por la mañana a unos minutos de participar en el conversatorio “La memoria detrás de las palabras”, en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Su obra ha sido una reconstrucción de memorias, desde Tierra sonámbula, considerada una de las diez mejores novelas africanas del siglo XX, en la que aborda la larga guerra civil de Mozambique, hasta uno de sus más recientes libros El mapeador de ausencias (Alfaguara, 2022), en el que a través de la ficción vuelve a las cicatrices históricas de su país, pero también a su infancia y a su padre.
“Es completamente un libro autobiográfico, sabía que iba a contar la historia de la ciudad donde nací y donde sigo naciendo, porque es un proceso que sigue. Sin embargo, al ir escribiendo el libro me di cuenta que estaba escribiendo también sobre mi padre, que no era un lugar, sino mi infancia, lo que estaba retratando. Ese viaje a la infancia no lo veo como retroceso, la infancia está dentro de mí y va a seguir presente hasta el final. Ese tiempo para mí fue encantador y lo tengo que alimentar toda mi vida. Tiene que ver con la noción del tiempo en Mozambique, donde es circular, no cronológico ni lineal. En las lenguas de Mozambique no hay palabras para designar el futuro, es un tiempo que es circular, que es redondo”, compartió Mia Couto, en la charla con este diario que contó con la traducción de la poeta Blanca Luz Pulido.
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El mapeador de ausencias sigue la historia de un intelectual mozambiqueño que regresa a su lugar de origen, Beira, para reunir recuerdos de su ciudad y llegan a sus manos documentos sobre el arresto de su padre, a través de una mujer misteriosa, a quien apoyará en su cruzada para hallar las verdades de su historia.
Mia Couto se identifica con el personaje de dicha novela, para quien “el escritor es como un inventor de olvidos”. ¿Igual piensa que escribir es inventar olvidos?, se le preguntó y respondió: “Sí, porque pienso que el olvido no es una falla. Mozambique es un país que está lleno de olvidos colectivos sucesivos, es nuestra forma de crearnos, de formarnos, en que nos constituimos como pueblo, es la manera en cómo olvidamos colectivamente. Claro que siempre recordamos y la literatura puede ser un lugar para percibir que el pasado no es único, sino que son varios pasados. La literatura puede hacer que se recuerden esas cosas”, explicó.
Y es que Mia Couto considera que así como en los sueños en los que necesitamos un lenguaje especial para rememorarlos, en el olvido pasa algo parecido, requerimos inventar un lenguaje que nos permita recordar, “es ahí donde entra la literatura”, expresó el autor, quien durante la Guerra Civil en Mozambique perdió amigos y colegas de manera dramática y para quien la literatura es también una forma de resistencia ante lo que se quiere ocultar.
Ésta es la segunda ocasión que el también autor de El cazador de elefantes invisibles (Elefanta Editorial) y Compendio para desenterrar nubes (Elefanta Editorial) visita México; sin embargo, siempre lo ha sentido parte de su vida, desde que su padre solía leerle poemas de Octavio Paz.
“Cuando llegué la primera vez a México es como si yo ya estuviera viviendo aquí, el país vivía en mi casa porque mi papá era poeta, nos leía a Octavio Paz y a otros autores latinoamericanos. Más tarde leí a Rulfo, a José Emilio Pacheco, entonces, México ya estaba dentro de mí. México es más conocido que lo que piensan los mexicanos”, expresó, y dijo que también considera que nuestra nación y Mozambique comparten una historia de colonialismos.
“Tenemos una historia de integración de las culturas indígenas, proceso que se dio en Mozambique y se ha dado aquí, pero resistiendo a esa negación que hubo de las culturas indígenas. Un proceso complejo que compartimos”, dijo Mia Couto, quien el pasado 30 de noviembre recibió el Premio en Lenguas Romances por parte de la FIL Guadalajara.
Después de la charla de ayer organizada por la Cátedra Nelson Mandela, en colaboración con Elefanta Editorial, mañana presentará sus obras Me quiere… no me quiere y El balcón del Frangipani, en la Librería Mauricio Achar. Estará acompañado por Socorro Venegas y el editor Emiliano Becerril.
Presentación de libros con Mia Couto
- Cuándo: 7 de diciembre
- Dónde: Librería Mauricio Achar (Miguel Ángel de Quevedo 121, CDMX)
- Horario: 13:00 horas *Recuerda que el cupo es limitado