Significado de la celebración

Año Nuevo, una renovación de la esperanza

Jorge E. Traslosheros, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, afirma a La Razón que en México los festejos adquieren significados con la llegada de la tradición romana; es parte de la medición y conciencia del tiempo, explica

Un hombre, durante una celebración del Año Nuevo.
Un hombre, durante una celebración del Año Nuevo. Foto: Especial

En Año Nuevo personas de casi todas las culturas del mundo celebran la llegada de un ciclo y festejan en familia o con amigos, suelen hacer propósitos, plantearse metas, hacen una revisión del año que están por dejar y hay optimismo, pero, ¿por qué nos es tan relevante? De acuerdo con Jorge E. Traslosheros, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, existe un elemento clave: la renovación de la esperanza, la cual se relaciona con la medición y la conciencia del tiempo, uno de los elementos civilizatorios más importantes.

“Todas las culturas tienen la renovación de la existencia, de la vida, del año. Finalmente, la medición del tiempo es tomar conciencia de nosotros mismos, entonces, el elemento fundamental de este tránsito de Año Nuevo, que todas las culturas tienen, se relaciona con la conciencia del tiempo y tiene que ver con la dimensión sagrada de la conciencia, que hacen que se renueve el ciclo de la vida y haya una nueva esperanza, la cual aquí es fundamental, porque siempre que hay una renovación en el tiempo, hay una renovación de la esperanza, es el punto central de por qué es tan importante el Año Nuevo, independientemente de dónde lo marquen las culturas”, explicó Jorge E. Traslosheros en entrevista con La Razón.

La noción del tiempo, apuntó el especialista de la máxima casa de estudios, fue uno de los primeros aspectos de la civilización humana.

El Año Nuevo comienza a tener significado con la llegada de la cultura de tradición romanista, cuando Occidente se hace presente y el mundo de lo que hoy es América se occidentaliza, ahí entra el calendario romano
Jorge E. Traslosheros, Investigador de la UNAM  

“Uno de los elementos civilizatorios más importantes, de hecho, uno de los que marca el nacimiento de la cultura humana, es la medición del tiempo, porque es la conciencia de uno mismo. Mientras más clara tenemos la conciencia del tiempo, más conscientes somos de nosotros mismos. Eso lo vemos en el desarrollo del ser humano.

“Al medir el tiempo, las sociedades agrícolas incorporan un segundo elemento, el cual es simbólico y normalmente está asociado al asunto religioso, la dimensión del tiempo asociada a una dimensión sagrada que está presente en todas las culturas, lo que determina es el ciclo de la vida, entonces, todas las culturas tienen la renovación de la existencia y de la vida”, añadió.

Es por lo anterior, que al despedir el año, las personas suelen hacer una revisión de cómo lo vivieron y tienen la esperanza de que el ciclo por venir será mejor.

“Revisar, pensar, hacer propósitos, todo eso tiene que ver con la renovación de la esperanza”, dijo.

El también experto en Hispanoamérica virreinal explicó que, si bien no hay registros de cuándo comenzó a celebrarse el Año Nuevo en México, aseguró que el significado de esta fecha comenzó a tener relevancia con la occidentalización de lo que ahora es el continente americano.

“No hay un registro particular, el Año Nuevo comienza a tener significado con la llegada de la cultura de tradición romanista, cuando Occidente se hace presente y el mundo de lo que hoy es América se occidentaliza, ahí entra el calendario romano. Aunque los registros documentales no hablan de una gran celebración de Año Nuevo, siempre hay esta idea de la renovación del tiempo”, explicó.

Y agregó: “Creo que el gran Año Nuevo comenzó a celebrarse en el siglo XIX o XX, pero con cierta reserva, porque las culturas prehispánicas, que no es propiamente México, tenían el acontecimiento de los 365 días y los cinco días de retiro, que era muy importante porque era la renovación del año. Hoy es particularmente importante porque somos una sociedad diversa, secular, mercantilmente también es muy pertinente”.