Se sabe que después del fallecimiento del Premio Nobel de Literatura 1982, el colombiano Gabriel García Márquez, acaecido el 17 de abril de 2014 en Ciudad de México, sus legatarios vendieron el archivo de sus textos (manuscritos, cartas, documentos, apuntes, originales...) al Harry Ramson Center de la Universidad de Texas, Austin. Tras la muerte de la viuda Mercedes Barcha, el 15 de agosto de 2019, los hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha recordaron una novela, que el autor de La hojarasca había ordenado que se fuera a la hoguera.
En agosto nos vemos fue rescatada de los archivos y sometida a un escrutinio de relectura: los hijos discurrieron y consideraron que era una novela breve que no menoscababa el prestigio literario del padre. Comentaron que podría ser un sugestivo colofón narrativo de un fabulador muy querido por los lectores de todo el mundo. Reflexionaron que, posiblemente García Márquez ya aquejado del terrible Alzheimer, había perdido el juicio y era incapaz de aquilatar los valores de un texto escrito en los preámbulos de la enfermedad.
“La pérdida de memoria que sufrió nuestro padre en sus últimos años fue, como es fácil de imaginar, durísima para todos nosotros. Pero en particular la manera en que esa pérdida disminuyó sus posibilidades de continuar escribiendo con su rigor de costumbre fue para él una fuerte frustración desesperante. Nos lo dijo una vez con la claridad y la elocuencia de un gran escritor: La memoria es a la vez mi materia prima y mi herramienta. Sin ella, no hay nada”, han dicho Rodrigo y Gonzalo García Barcha.
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Se supone que García Márquez empezó a escribir En agosto nos vemos en los años noventa y habría trabajado en ella hasta poco antes de 2010, cuando el Alzheimer se instaló en su cabeza. Al final, dio prioridad a sus memorias, Vivir para contarla (2002), y a su novela corta Memorias de mis putas tristes (2004)Cristóbal Pera, Editor
Cotejaron las cinco versiones dejadas por el narrador glosada con notas al margen y fueron en busca del editor Cristóbal Pera para concebir la futura publicación que produjo gran expectativa en los espacios literarios de todo el mundo.
“Se supone que García Márquez empezó a escribir En agosto nos vemos en los años noventa y habría trabajado en ella hasta poco antes de 2010, cuando el Alzheimer se instaló en su cabeza. Fue el 18 de marzo de 1999 cuando Gabo leyó el primer cuento de un proyecto literario que, dijo, incluiría otros cinco relatos entrelazados, pero autónomos al mismo tiempo. Al final, dio prioridad a sus memorias, Vivir para contarla (2002), y a su novela corta Memorias de mis putas tristes (2004)”, ha explicado Cristóbal Pera.
En agosto nos vemos novela número once del catálogo garciamarquiano; narración imbuida en la temática del deseo, los enigmas del amor femenino y la libertad, la cual ha sido aplaudida y, asimismo, denostada. ¿Qué sería de esta historia si el aciago virus del olvido nunca se hubiera interpuesto al sugestivo imaginario del hijo de Aracataca? Sin memoria no hay nada, aseveraba el autor de Crónica de una muerte anunciada.
La aparición de la novela (editada por Penguin Random House en español y principales lenguas del mundo; editorial Diana, en México, Centroamérica y el Caribe) el 17 de abril de 2024, a diez años de la muerte de García Márquez produjo un debate sobre la conveniencia o no de dar a conocer textos inéditos póstumos, incompletos o inconclusos de escritores aclamados por sus aportes literarios. ¿Se debe respetar la decisión de un autor que no publicó algo por no responder a sus propias pautas de calidad o porque lo dejo inconcluso? No olvidar: conocemos lo mejor de Franz Kafka gracias a que su amigo Max Brod, no obedeció quemar los manuscritos que el escritor checo le había confiado.
¿En agosto nos vemos enriquece la obra del Nobel colombiano? Muchos dicen que, si Mercedes Barcha hubiese estado viva, los hijos hubieran respetado la voluntad del padre. Salman Rushdie lamentó la publicación de la novela: “No es un libro que ameritaba darlo a conocer”.
Rodrigo y Gonzalo García Barcha explicaron: “En agosto nos vemos fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. Leyéndolo una vez más a casi diez años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de toda su obra”.
Por su parte, Pilar Reyes, directora editorial de Penguin Random House, expresaba: “Como editores de toda la obra de Gabriel García Márquez, la publicación de un inédito suyo supone un inmenso orgullo, además de ser una noticia que los lectores del mundo entero celebrarán. Es un honor, además, publicarlo en el 2024, año en el que se conmemoran los 10 años de su muerte”.
Indiscutible acontecimiento literario del 2024. Más de treinta lenguas acogieron esta cautivadora exploración sobre el amor y sus misterios. Los episodios eróticos de Ana Magdalena Bach irrumpieron con cordialidad y sorpresa en la vida de millones de lectores en todo el mundo.
Murió el rebelde y psicodélico José Agustín
El martes 16 de enero del 2024, el rocanrolero, rebelde, psicodélico y original escritor mexicano José Agustín (1944 – 2024) fallecía a los 79 años de edad. Conmoción en los espacios literarios de México y el resto de países de Hispanoamérica. Miembro de la llamada corriente Literatura de la Onda (termino acuñado por Margo Glantz): grupo informal de escritores conformado por Gustavo Sainz, Parménides García Saldaña y René Avilés Fabila. El autor de La nueva música clásica nunca aceptó esa rotulación.
José Agustín sufrió una caída en 2009 durante una firma de libros que le causó fracturas en cráneo y costilla, origen de la quiebra de su salud que lo alejó durante varios años de la escritura.
Fue el 29 de diciembre del 2023 cuando la familia dio a conocer que José Agustín se encontraba delicado de salud y en estado convaleciente, lo cual derivó, semanas después, en la muerte a causa de compli- cación cerebrovascular, amén de sangrado del tubo digestivo e hidrocefalia.
