Fernanda Tapia, recién nombrada directora general de Radio Educación, tiene entre sus objetivos hacer que más personas conozcan la radiodifusora y sus invaluables contenidos, “enchular” la producción de los programas y mantener la esencia de un medio con 100 años de historia; sin embargo, reconoció que tiene que atender lo urgente: conseguir los micrófonos que hacen falta, una impresora, un reloj checador biométrico y reparar una máquina con la que se digitalizaba el importante acervo que se resguarda.
Consciente de que los presupuestos son reducidos, pues de 86.6 millones que se asignaron en 2024, ahora en 2025 contará con 80.1 millones, afirmó a La Razón que “llegó el momento de ser creativos” y buscar apoyos. “Sé que hay gente bien pesuda, ¡ayuda, help!”, expresó.
¿Qué es lo urgente? En todos lados hay necesidades, donde tenemos el patrimonio auditivo de la nación, no hay aire acondicionado, ya cayó el presupuesto, ya tenemos que ir por esos aires. Tenemos un problema con un transmisor de AM, sí es un problema delicado, porque es algo muy caro. Tuvimos cinco incendios en la planta de transmisión, porque los chavos arrojan cuetes y tenemos seis hectáreas de pasto seco. Aleida Alavez, la alcaldesa de Iztapalapa, nos mandó brigadas para cortar esa maleza, estamos ahí paleando los incendios. En otro lugar no tienen impresora, nos falta un reloj checador biométrico. Ya estoy buscando patrocinadores para unos micrófonos que hacen falta, para unas bocinas. Tenemos que ser sumamente estrictos con lo que se gasta, para que salgamos todos adelante, de ninguna manera es correr a nadie.
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¿Cómo se sortearán estas necesidades? Es lograr apoyos. Sabemos que los presupuestos están muy restringidos, pero llegó el momento de ser creativos. No es precarizar a la gente que aquí trabaja, tenemos que empezar a pensarle cómo hacerle. Necesitamos a toda esa gente que está consciente de todo lo que vale este patrimonio y la estación entera, que nos ayude, no es que seamos una A.C., y que podamos recibir donativos, no, hay otras formas de hacerlo, en especie.
La Bienal de Radio llega a sus 15 años. Sí necesitamos muchos patrocinadores, sé que hay gente bien pesuda, ¡ayuda, help, por favor! Ya tenemos algunos, pero sigo mandándole a todos la invitación.
En todos lados hay necesidades, donde tenemos el patrimonio auditivo de la nación, ahorita no hay aire acondicionado, ya cayó el presupuesto, ya tenemos que ir por esos aires; tenemos un problema con un transmisor de AM, que ese sí es un problema delicado, porque es algo muy caro
¿Qué le gustaría aportar a Radio Educación? Un problema que enfrentó hace muchos años Canal Once es que había reticencia, porque se decía: “No me va a gustar” o “es aburrido” y tenemos que cambiar la percepción. Vamos a lograr estar, no sólo en la conciencia y en el radar, sino en el gusto de las audiencias. Sí tenemos nuestro público cautivo, pero queremos que cualquier persona se dé una vuelta, que nos pruebe y van a ver cómo se hacen adictos. Tenemos que hacer esto atractivo, que se vea bonito, que se oiga agradable, para que se atrevan a experimentarlo.
Esta radio tiene música que es patrimonio de México, se producen casi 40 programas al mes que se comparten a un chorro de estaciones públicas, comunitarias, con noticiarios tan fuertes que se van a la República y más allá de las fronteras, hay una radio bilingüe en Estados Unidos transmitiéndolos, porque saben que no se van a encontrar con infodemia ni fake news. Tenemos credibilidad, eso es lo que tenemos que conservar, toda esta calidad. Lo esencial no se va a perder. Ésa es mi tirada, no vengo aquí a crear el hilo negro.
¿Cómo acercar a los jóvenes? Se planea toda una campaña para que volteen y nos oigan, casi casi de pararme en las esquinas, ponerles su pegote de los 100 años de Radio Educación. Creo que fue un avance que estemos también en FM, eso ayuda a otro tipo de audiencias y nos falta el poder de transmisión. Ya se está trabajando en ello, ya están ingenieros con los de Canal Once, con mi querida Renata Turrent, para ver si podemos trepar ahí la antena, de esta manera nos oirán con más claridad y mucho más lejos.
La Auditoría Superior de la Federación observaba que Radio Educación no contaba con los recursos para medir sus audiencias… Ya pedí favor, le doy las gracias a Fernando Chamizo, director del IMER, porque nos están haciendo el favor de poder checar todo esto. Sé que va a ser muy clarificador, sobre todo, para saber qué pasa con la señal de AM, un año sí tuvo locutores en cabina en vivo, el resto del tiempo no, porque ya se pasaron a FM, queremos saber qué está pasando ahí.
También la ASF informó que se realizaban tareas para rehabilitar equipo con el fin de respaldar todos los contenidos. Hubo una gran cantidad de trabajo que se hizo en otra administración. Se utilizó un aparato para preservar audio, se guardó, dicen, 80 por ciento del patrimonio. Se descompuso el aparato y llegando fue de lo primero que me dijeron, “urge”. Hay una fábrica en México, ya les escribimos, habría que ver qué nos contestan, porque tendríamos que alquilarles la máquina, checar que las cintas no se han echado a perder, y/o, ni modo, comprar la máquina, eso seguramente no va a estar barato. Estoy apelando a limosnearles a los de la gran fábrica.
Parte del patrimonio lo digitaliza la Fonoteca, pero como le da servicio a todo mundo, tampoco vamos tan rápido como quisiéramos; es que no nos gane el tiempo. Se va a lograr, no tengan miedo, están a temperatura correcta, están en la zona más fresca del lugar. Si alguien se quiere mochar, recibimos sus patrocinios para que algo de esto salga rápido.
Otro de los temas, que depende más de la Secretaría de Hacienda, son los pagos a los trabajadores, el año pasado hubo quejas. ¿Qué se hará al respecto? Según me explicaron a mí, la versión oficial es que estaban dentro de la fecha límite de pago. Lo que ocurrió y que ahora me entero que pasa cada año, es que el presupuesto se acaba en noviembre, pero siempre hay promesa de Hacienda, de nunca dejar sin pago a los trabajadores, se ha cumplido. Cuando llegué les habían mandado un mail en el que les decían: “Estamos ya sin fondos, probablemente se retrasará el siguiente pago”. Ahí fue cuando esta gente de freelance (empleados de Capítulo 3000), que le trabaja sobre todo al área de producción, dijeron: “No nos pueden dejar así”, cosa que yo respaldo. ¿Cómo vas a dejar a alguien así en diciembre? De inmediato cayó el recurso.
Amablemente aquí, ante la presión que sí ejercí, mis amores de finanzas y la gente de recursos humanos hizo algo que se hacía hace mucho tiempo, a esta gente se le hacía una extensión de contrato para que cobre en enero y febrero sin broncas, que no se pasen la vida con el Himalaya de enero.
Lo que alego es que sí tenemos que ser muy creativos para ver cómo le hacemos todo este año con el recurso que se nos da y que nunca incurramos ni en un retraso, ni en nada. Si somos ordenados desde un origen, híjole, igual lo logramos, es de muchas voluntades.