La coreógrafa y bailarina Isabel Beteta transita entre los contrastes generacionales y emocionales, la búsqueda del amor, los anhelos y el destino, en un programa dancístico en el que se muestran las distintas facetas de la vida y en el que explora el canto. Se trata de las coreografías Dualidad, de Edgar Zendejas; Las palabras detrás de las flores, de Francisco Magvez; y El hilo, de su propia autoría.
En Dualidad, la directora de la compañía Nemian Danza de 70 años contrasta su danza con la de jóvenes bailarines de la agrupación.
“Es como si fuera un personaje que marca el trayecto de la vida, lento, y los otros bailarines se mueven con mucha agilidad, como lo que pasa alrededor de ti. En términos de movimiento, es esa lentitud pasmosa, casi de butoh, que llevo, en contraste con los chicos que se mueven como olas, todo el tiempo van y vienen como llevados por el viento”, explicó Isabel Beteta en entrevista con La Razón.
Eduardo Fabián explora la condición humana a través de la figura femenina
Aunque la coreógrafa ha practicado canto desde los 10 años, en esta pieza conjuga este arte con la danza, algo que pocas veces ha hecho.
“Para mí es de las primeras veces que canto en escena dentro de una obra como un complemento. Es el tema “Youkali”, de Kurt Weill, tiene que ver con esa isla del deseo que nunca vas a lograr. Es algo muy humano, es el deseo de la pareja, del amor, esa búsqueda del amor, pero es ése que no se va, incluso el amor sensual. Para mí, es el deseo de la pareja, en este caso, pero podría ser cualquier forma de amor”, dijo sobre el montaje, que contará con música en vivo, mayormente compuesta por Hugo Morales Zendejas, sobrino del coreógrafo de Dualidad, quien tocará la guitarra y estará acompañado por el chelista Georgy Diorditsa.
Para la compañía, siempre ha sido importante trabajar con diferentes coreógrafos, porque te abre la capacidad de movimiento y te abre la mente a otras estéticas, a otras formas, a otra manera de ver la danzaIsabel Beteta, Coreógrafa y bailarina
Por su parte, Las palabras detrás de las flores hace un recorrido de la vida, pero con las flores como metáfora. “Un poco el personaje de la abuela soy yo, la que va pasando a la descendencia su conocimiento, su vida. Hay una parte en la danza que es también la muerte, entonces, son las flores que pones en los entierros; también están en una boda, que es una parte un tanto cómica, son las flores jóvenes”, detalló.
Mientras que en El hilo, Isabel Beteta retoma a Las Moiras, quienes eran las tres diosas del destino en la mitología griega. En la coreografía, la artista explora tres ciclos de la vida: la juventud, a través de una bailarina de 27 años; la madurez, con una intérprete de más de 50 años; y la vejez, con ella misma.
“En la compañía tenemos tres generaciones; justo teníamos las tres fases de la vida. En una te mueves de manera distinta. Quería explotar eso y, en este caso, también tiene que ver con la personalidad de cada una: Patricia es naturalmente muy lírica, su romanticismo sale. Rosario es la luchona, agresiva, es la que entra a la vida con todo, y tu servidora es muy tranquila, pero no es la tranquilidad romántica, es un poco más interna, reflexiva y hasta juguetona”, dijo Isabel Beteta, quien para sus coreografías se inspira a veces en el surrealismo, en las artes plásticas, entre otras cosas.
Hay funciones hoy y el domingo, en el Centro Cultural Los Talleres, a las 19:00 y 18:00 horas, respectivamente.