Aunque ahora el impresionismo es reconocido y altamente apreciado en el mundo del arte y entre el público en general, hace más de 150 años, cuando surgió este movimiento, fue un arte desafiante, revolucionario y controvertido que dio paso a otras vanguardias, como la abstracción, el fauvismo, el cubismo y el expresionismo. Parte de esta historia se cuenta a través de 45 obras de Monet, Degas, Matisse, Van Gogh, Pissarro, Morisot y otros más, que llegan al Museo de Bellas Artes provenientes del Museo de Arte de Dallas.
“En la colección podemos contar la historia no sólo del movimiento, sino de la evolución de algunos de los miembros fundamentales, como Monet, lo cual es un lujo.
“Cuando llegué al museo, hace unos 10 años, vi que teníamos a Piet Mondrian, no tenía ni idea de que este artista, conocido por su abstracción geométrica, las pinturas blancas con los cuadros negros, el rojo y el azul, estaba pintando como un impresionista o un posimpresionista. Me pareció fascinante, así que decidí contar esta historia para mostrar el impacto y el legado de múltiples generaciones de artistas que vienen después”, comentó a La Razón Nicole Myers, curadora de la muestra La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas.
La muestra no sólo expone obras representativas de los artistas impresionistas, como Nenúfares, de Claude Monet, que vuelve a México a más de un año de haberse exhibido en el Museo Nacional de Arte; Álamos, efecto rosa, del mismo artista; o Brioche de peras, de Édouard Manet, sino que también incluye piezas en las que se ve el impacto que tuvo el impresionismo en otros artistas, como el desolador paisaje de Bosque de Turingia, de Edvard Munch, artista expresionista conocido por el cuadro El grito; o Barcos pesqueros en L’Estaque, de André Derain, quien con sus audaces pinceladas gruesas y fragmentadas, junto con otros artistas dio origen al fauvismo en el siglo XX.
Asimismo, Gavillas de trigo, de Van Gogh, y I Raro te Oviri (Debajo del pandano), de Gauguin, quienes exploraron el color y la forma de manera más expresiva y simbólica.
“La muestra nos cuenta una historia que no se conoce tanto. Cuando se habla de impresionismo parecía que era un arte popular y que los artistas eran famosos en su tiempo. Sin embargo, su arte revolucionario e innovador no era apoyado por el Estado. Era un arte contemporáneo y desafiante, porque estaban interesados en hacer de manera distinta una pintura a cómo se hacía en la academia de artes… Le dieron la espalda a las formas tradicionales, eliminaron la paleta habitual”, explicó durante el recorrido para prensa de la exposición la curadora Nicole Myers.
Cuando los impresionistas comenzaron a organizar sus exposiciones, la primera el 15 de abril de 1874, la gente se ofendía, pues pensaba que se burlaban de la tradición francesa, contó la curadora. Se alejaron de lo que en ese momento se reflejaba en las pinturas, como personajes relevantes, para captar la vida moderna.
“Una de sus aportaciones fue llevar temas mundanos de la vida diaria a esta escala y pintar con tubos de óleo, que también fue algo que comenzó con ellos. Ya no era pintar a famosos o temas de la mitología, sino retratar solamente a personas normales, que fue importante en el arte moderno y comenzó con ellos”, detalló la curadora a este diario.
Dicha vida cotidiana se puede apreciar en la exposición en piezas como El puerto de Niza, de Berthe Morisot; La bahía de la desembocadura del río Elorn, Landerneau, de Eugène Boudin; Place du Théâtre Français: efecto de niebla, de Camille Pissarro; o El estanque de nenúfares, de Claude Monet, éste último envolviendo con una atmósfera “mágica a partir de la nada. Te invita a estar ahí y flotar”. En aquel tiempo eso era “desorientador”, señaló en el recorrido la curadora Nicole Myers.
También en la muestra se pueden apreciar algunas técnicas innovadoras tanto del impresionismo como del neoimpresionismo, como la aplicación del color en puntos diminutos, como se ve en Comblat-le-Château, the Meadow (Le Pré), Opus 161, de Paul Signac, quien yuxtapone pequeños puntos de colores sin mezclar.
La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas, que estará en Bellas Artes desde hoy y hasta el 27 de julio, originalmente se expuso en el recinto estadounidense para conmemorar los 150 años del impresionismo. Se exhibieron 90 obras y a la CDMX llegó la mitad.
“Hay algunas obras, que, por desgracia, son demasiado frágiles, no pudieron venir. La muestra irá a cinco lugares, éste es el primero. Estamos haciendo el lanzamiento aquí, pero hará un recorrido por diversas ciudades de Estados Unidos, Canadá y Australia”, finalizó Nicole Myers.
LA REVOLUCIÓN IMPRESIONISTA...
Cuándo: del 25 de marzo al 27 de julio de 2025
Dónde: Museo del Palacio de Bellas Artes
Horarios: martes a domingo de 10 a 18 horas
