El narrador, docente universitario y conductor radial Jorge Alberto Gudiño (Ciudad de México, 1974) —ganador del Premio Lipp de Novela 2011 por Con amor, tu hija— publica Yo soy el otoño (Alfaguara, 2025): fábula que se imbuye en los índices de la violencia urbana, la desigualdad y el desamparo a través de los gestos de tres personajes que sobreviven asediados por la incertidumbre en medio de los vestigios de una ciudad rota moralmente que los ha desplazado a las ruinas de la periferia.
Ya en otras novelas (Tus dos muertos, Siete son tus razones...), Gudiño había explorado en la violencia, ahora se adentra en un microcosmos (la barranca) para develar la inmisericordia de personajes en busca de la redención a través de los engranajes de la venganza. Vidas al borde acechadas por la miseria y las oscuras franjas del desconcierto. Juriel, Santo y Macarena comparten un pasado que se bifurca en la perplejidad.
“Me interesa el espacio de la Ciudad de México, cuatro de mis novelas anteriores están ubicadas en esa geografía. Ahora hago parada en una de las zonas más marginales de la capital mexicana a la que llamo ‘la barranca’ donde los efluvios del crimen están presentes y hacen ecos en nuestra vida cotidiana. De ahí la intimidación en los pasajes de la novela. Yo soy el otoño recurre a lo metafórico para develar la incertidumbre de una ciudad asediada por la transgresión”, dijo a La Razón Gudiño.

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¿Por qué escribir sobre la violencia? Porque hay que exorcizarla, hay que salir de esas circunstancias que nos asedia y quizás la mejor manera es escribir sobre eso. Es imposible que una novela ubicada en la Ciudad de México no tenga catálogos violentos.
¿En este caso, ‘la barranca’ funciona como un personaje? Así es. Es una zona de guerra que habla desde las acciones violentas. La novela inicia con “Los mataron a todos” y esa masacre sucedió en ‘la barranca’.
¿Quiénes son Santos, Juriel y Macarena? Santos es un personaje taimado y vengativo, mientras que Juriel se convirtió en delincuente a pesar de los consejos del padre: entre él y Macarena se desarrolla una atracción erótica en que el amor se frustra. Juriel, Santos y Macarena son los únicos sobrevivientes de la masacre.
¿Qué los une? Los tres sufren algún grado de desamparo: a Juriel su madre lo abandonó de pequeño y fue criado por su padre, quien hizo todo lo posible por inculcarle el sentido del deber. Santos nació en la cárcel donde su madre purgaba una condena, y a los seis años fue enviado a vivir con parientes de su padre, a quien nunca conoció. Macarena, por su parte, es una muchacha seductora que ha crecido marcada por la ausencia paterna y que ha terminado como pareja del líder de la banda, Tito, quien también ha sido ejecutado.
¿Macarena, una mujer enigmática? Ella es capaz de interponerse y especular sobre el futuro de Juriel, quien la desea. Personaje complejo que cuestiona las ataduras anímicas entre Santos y Juriel.
¿Cómo fue el proceso de configurar el espacio de ‘la barranca’? Puede ser cualquiera de los cientos de asentamientos irregulares que existen en la periferia de la Ciudad de México y de otras urbes del continente. Visité varias zonas del poniente, vi caminos mal trazados, cabañas de madera y techos de cartón. Una sinuosa área con dos o tres entradas, cualquier extraño puede ser sospechoso. Sin los servicios de drenaje, agua potable y energía eléctrica, la barranca es una alegoría de aquellas zonas a las que el Estado no llega: ninguna autoridad se metería en un sitio dominado por criminales.
¿ Western urbano o novela negra? Es una novela negra porque está ambientada en el crimen. Por supuesto no es policiaca. Los editores recurrieron a esa definición de western porque tiene que ver con ciertos valores propios del género en la presentación de enfrentamientos y deseos de venganza. Los personajes adquieren dimensión mitológica interpolados por el bien y el mal.


