Dio inicio al Proyecto Templo Mayor

Hallazgo de la Coyolxauhqui: ¿cómo fue el importante descubrimiento?

La razón presenta un recuento de cómo transcurrieron los primeros meses del descubrimiento, de acuerdo con notas de 1978; causó tanto revuelo que artistas, políticos, científicos y hasta miembros de la realeza admiraron el monolito

A 45 años de la Coyolxauhqui el hallazgo que maravilló a los capitalinos.
A 45 años de la Coyolxauhqui el hallazgo que maravilló a los capitalinos. Foto: Especial

Hace 45 años un suceso trastocó la vida cotidiana del primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México: el hallazgo del monolito de la diosa lunar Coyolxauhqui. Los diarios de la época lo describían como el más importante descubrimiento después del Calendario Azteca. Apenas la noticia se propagó y curiosos de todo tipo, desde público en general, políticos, científicos y hasta artistas acudieron a admirar la impresionante piedra deseosos de saber sobre su origen y significado. Querían ser testigos de los secretos que la Gran Tenochtitlan mantenía todavía ocultos.

El fortuito hallazgo ocurrió el 21 de febrero de 1978, entre las calles de Guatemala y Argentina, cuando trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro realizaban labores para instalar un depósito de transformadores que darían energía eléctrica a un sector del primer cuadro de la metrópoli. Inmediatamente dieron aviso al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y horas después llegaron los primeros arqueólogos para ver con sus propios ojos el hecho inaudito.

Al darse cuenta de la importancia del monolito comenzaron las labores de excavación y rescate de la piedra, la cual en un inicio se creyó que representaba a un dios y días después se supo que se trataba de la deidad azteca Coyolxauhqui.

Entre febrero y junio de aquel año, de acuerdo con los diarios UnomásUno y El Día, consultados por La Razón, lo que vivió la capital del país fue todo un suceso: personas se aglomeraban para conocer todos los detalles de los trabajos y los reporteros acudían diario a hacer guardias para estar atentos a cualquier noticia nueva, por lo cual la Diosa de la Luna se convirtió en “la mujer más comentada de México en esos días”, a decir de la reportera Elda Montiel Toral, quien hizo un seguimiento puntual para el El Día.

Y es que, ¿a quién no atraería la historia de la Coyolxauhqui, si tenía elementos de tragedia y traición? El mito narra que cuando Coatlicue quedó preñada, Coyolxauhqui junto con las 400 Centzon Hutznáhuac decidieron matarla al considerar el embarazo como una afrenta contra ellas, por lo cual el dios Huitzilopochtli, desde el vientre de su madre quiso defenderla y mediante una serpiente de fuego decapitó a Coyolxauhqui y la tiró del cerro de Coatepec.

En los días que sucedieron al descubrimiento, en la Ciudad de México, no faltó el automovilista desesperado que encontró cerrada la zona y quiso burlar el cerco, pero quedó atrapado, ni los curiosos que se subían a un semáforo o a un puesto de periódicos para ver al enigmático monolito, como cuando se filmó parte de la cinta Spectre en 2015; la visita especial del presidente José López Portillo, los funcionarios que querían conocer la peculiar piedra, como el subsecretario de Educación, Eliseo Mendoza Barrueto, quien acudió hasta con su familia; o los estudiantes y maestros que pedían recorridos guiados. En junio de 1978, los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, junto con el Primer Mandatario mexicano, visitaron el lugar.

Los expertos liderados por Ángel García Cook, entonces jefe del Departamento de Salvamento Arqueológico del INAH, y por Raúl Arana, encargado de la excavación, tenían un gran reto: las labores para rescatar el monolito, la preservación de éste y enfrentarse a los cientos de personas que querían verlo diariamiente. Se organizaron en tres turnos para agilizar el desentierro de la piedra, que en un inicio estimaron que les llevaría 10 días, pero sólo podían trabajar por la noche, pues durante el día “parecían guías de turistas” explicando la importancia de la Coyolxauhqui.

Los especialistas casi cada día de labores tenían una nueva sorpresa, siguieron encontrando otros elementos prehispánicos, de los cuales los más destacados fueron dos ofrendas, una que estaba vacía y otra que tenía con tres ídolos; tres figuras que representaban al dios Tláloc y una escalinata en la calle Guatemala.

A la par, expertos recurrían a los documentos disponibles para conocer más acerca del monolito. El antropólogo Ignacio Bernal decía que la figura coincidía con una pieza del Museo de Nacional de Antropología y se consultaba la maqueta realizada por Ignacio Marquina sobre las ruinas del Templo Mayor.

Para el INAH se trataba del “vestigio arqueológico más significativo relacionado con el Templo Mayor”, por lo que el descubrimiento derivó en el Proyecto Templo Mayor, a cargo del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien ha señalado que tanto la Coyolxauhqui como la importante zona arqueológica del Centro Histórico han permanecido en el imaginario mexicano, y muestra de ello, fue que no faltó quien le pusiera a su hija el nombre de la diosa lunar.

A 45 años de la Coyolxauhqui el hallazgo que maravilló a los capitalinos
A 45 años de la Coyolxauhqui el hallazgo que maravilló a los capitalinos

Museo celebra con exposición sobre la diosa lunar

Para conmemorar el hallazgo del monolito, el Museo del Templo Mayor presenta Coyolxauhqui: El astro, la diosa, el hallazgo. A 45 años de su descubrimiento, que reúne 158 objetos arqueológicos de piedra, cerámica, hueso, copal y restos óseos humanos, provenientes de los primeros trabajos de la Dirección de Salvamento Arqueológico, así como de las subsiguientes temporadas de excavación del Proyecto Templo Mayor y los más recientes descubrimientos.

La exposición, que se podrá visitar a partir del 25 de febrero, se complementa con cuatro piezas provenientes del Museo Nacional de Antropología, relacionadas con el culto lunar, y una máscara-cráneo que formaba parte del conjunto de ofrendas dedicadas a Coyolxauhqui, bajo resguardo de la Dirección de Antropología Física, informó el INAH, ayer en un comunicado.

Bajo la curaduría de los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma, Patricia Ledesma Bouchan y Judith Alva Sánchez, la exhibición “pretende llevar al visitante por un viaje a través del mundo nocturno al cual pertenece la diosa, y su relación con lo frío, lo femenino, los conejos y el pulque. Posteriormente, se enfoca en los atavíos y características de Coyolxauhqui, hablando también de su hallazgo y los trabajos arqueológicos realizados desde 1978, para finalmente llegar al mito del nacimiento de Huitzilopochtli”, se detalló.

La muestra, que estará abierta hasta el 4 de junio en la Sala de Exposiciones Temporales del recinto, de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas, incluye una maqueta en gran formato del Recinto Sagrado de Tenochtitlan.