El próximo 13 de agosto se cumplen 500 años de la caída de Tenochtitlan, un hecho que marcó la historia del Imperio Azteca, pero ¿cómo era la gran Tenochtitlan?, ¿quiénes fueron sus habitantes? y ¿cuáles fueron sus construcciones?
Asentamiento urbano instaurado hacia 1325 por los aztecas (los de Aztlán) sobre un islote del lago de Texcoco también denominado Metzlipan o Metztliapan (de la luna: Metzlipan, en lengua Náhuatl) de donde la ciudad toma su primer nombre: “en el ombligo de la luna” (según el destacado lexicográfico Raúl Prieto Río de la Loza). El segundo nombre refiere al “lugar de Tenoch”, deidad de los fundadores. Se sabe que el delta, ubicado al sureste de Tlatelolco, se perfila después de un siglo de peregrinación en las márgenes del estuario.
Pero, de acuerdo a una fábula mexica: Huitzilopochtli, Dios providencial, prescribió a su descendencia que instituyera su reino allí donde asentara “un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente”. Hecho-mito que numerosas crónicas sitúan en el 13 de marzo de 1325: fecha de establecimiento de la antigua capital azteca.
¿Cómo era la gran Tenochtitlan?
Los primeros pobladores de México-Tenochtitlan extendieron el área útil del terreno con chinampas, las cuales fueron utilizadas en los inicios para el cultivo y sobre las que más tarde, se construyeron viviendas de adobes. Metrópoli dividida en cuatro ‘campan’ (zonas), conformada por un determinado número de ‘calpulli’ (barrios). Los historiadores precisan que Tlatelolco fue sometido por Axayácatl en el año 1473 y se convierte en ciudad subordinada de la capital azteca.
“El hermoso emplazamiento de la capital mexicana, Tenochtitlan, era inmejorable. La ciudad se hallaba a más de dos mil doscientos metros de altitud, en una isla cerca de la orilla de un gran lago, a más de trescientos kilómetros del mar hacia el oeste y a casi doscientos hacia el este. El lago estaba situado en el centro de un amplio valle rodeado de magnificas montañas, dos de ellas, volcanes. El sol brillaba casi todos los días, el aire era transparente, el cielo tan azul como el agua del lago; los colores eran vivos y las noches, frías” (Hugh Thomas, La conquista de México).
La comunicación se realizaba a través de canalones y sobre caminos reales: los más trascendentes, Iztapalapa, Tlacopan y Tepeyac (corresponden a las actuales calzadas de Tlalpan, México-Tacuba y los Misterios). Las crónicas afirman que sobre la isla primera se edifica, a finales del siglo XIV, el Templo Mayor: núcleo ceremonial de Tenochtitlan, simbolización de la sede de los dioses.
“El centro de Tenochtitlan era un recinto sagrado, amurallado, compuesto de numerosos edificios religiosos, entre ellos varias pirámides con templos en la cima. Las calles y los canales partían del recinto hacia los cuatro puntos cardinales. Cerca se encontraba el palacio del emperador” (Hugh Thomas, La conquista de México).
Acueductos e inundaciones en Tenochtitlan
Dos acueductos surtían de agua potable a la ciudad: uno, transportaba el líquido vital desde Coyoacán-Churubusco; otro, desde Chapultepec. Los frecuentes desbordamientos, derivados por los desniveles de los lagos de Zumpango y Texcoco, echaron abajo amplias zonas de la urbe (se registran como fatales los de los años 1446, 1449 y 1500), lo cual obliga a Ahuizotl (militar y religioso, octavo tlatoani de los mexicas de 1486 a 1502) a construir un dique-malecón al este del centro de ceremonias, que todavía en el siglo XVIII salvaguardaba de inundaciones a la capital de la Nueva España.
Construcción de Zoológico Real en Tenochtitlan
Durante el mandato del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin se levanta el Zoológico Real (en el área donde después se erige, durante el periodo colonial, el convento de San Francisco) formado por una sección para aves, otra para animales y una tercera para personas deformes. “Fue uno de los primeros zoológicos de América con la particular característica de tener un área para indígenas con deformaciones corporales”, indica la historiadora Krystina Alguerés del INAH.
Arquitectura de Tenochtitlan
Tenochtitlan fue levantada desde una visión religiosa más que todo, en la concepción de un espacio ritual, con el Templo Mayor ubicado a 50 metro sobre el nivel de la ciudad. Las viviendas se construían con madera y guijarro calizo y techumbres de lianas. Sin embargo, los tejados de las pirámides, templos y palacios estaban edificados con canto de piedra.
La arquitectura azteca se caracteriza por su fastuosidad y esplendor al servicio de la devoción a la deidad. Inmuebles que connotaban mando y potestad en manifestación imperial. Diseños de un matemático sentido del equilibrio simétrico en trazados geométricos de extensas representaciones de fundamentos religiosos y de la autoridad del Estado.
“Los artesanos que creaban estas maravillas con herramientas rudimentarias poseían un ingenio asombroso. El arte mexicano se distinguía también por sus esculturas tanto en relieve como en tres dimensiones; con ellas los mexicas glorificaban a hombres ilustres, hazañas importantes y dioses buenos; también con ellas rechazaban a los demonios y espantaban a sus enemigos” (Hugh Thomas, La conquista de México).
Censo del año 1519. Organización política y económica
Todo indica, por un registro efectuado en el año 1519, que en Tenochtitlan residían aproximadamente unas 60 mil personas, quienes se dedicaban al comercio y al cultivo del maíz. Se calcula que anualmente los mexicas producían unos 45 millones de kilos de maíz, frutas, legumbres y flores.
La economía de México-Tenochtitlan se identificaba por las diligencias en dos rubros esenciales: la agricultura y el comercio. Comercialización que tenía efecto a través del canje o trueque de productos-servicios; utilizaban como dinero-moneda el grano de cacao y las alubias.
La organización política de los habitantes de Tenochtitlan, estaba propugnada en una primitiva teoría democrática. Pero, en realidad se basaba en una estructura de corte teocrático-militar. “El fin militar estaba supeditado a los presupuestos religiosos: el tlatoani poseía dualidad en el mandato como emperador, quien era a su vez el sacerdote supremo”, precisa el historiador de la UNAM, Alejandro González Acosta.
Sometimiento por los españoles en 1521 de Tenochtitlan
En 1521 los españoles bajo el mando de Hernán Cortés sometieron al Imperio Azteca después de un sitio a Tenochtitlan que duró dos meses hasta la destrucción en la mayor parte de sus grandes y regias edificaciones.
“Digo que en tres días con sus noches iban todas tres calzadas llenas de indios e indias y muchachos, llenos de bote en bote, que nunca dejaban de salir, y tan flacos y sucios e amarillos e hediondos, que era lástima de los ver. Y después que la hubieron desembarazado, envió Cortés a ver la ciudad, y estaba como dicho tengo, todas las casas llenas de indios muertos” (Ecos de la conquista. Crónicas recogidas por la investigadora María Cristina Urrutia del INAH).
AG