Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cincinnati arrojó que en los restos de los dos embalses de agua, que se localizaron dentro del corazón de la ciudad de Tikal, existen niveles tan altos de toxicidad, que el agua habría resultado imbebible; por lo que creen que los habitantes mayas enfermaron y los que sobrevivieron abandonaron el lugar. El análisis geoquímico realizado por los científicos demostró que la contaminación de las capas de sedimentos del siglo IX se debía a dos razones: al mercurio y a las algas tóxicas llamadas cianobacterias, el primero procede de un pigmento que usaban los mayas para decorar los edificios, la loza y otros objetos.
Gráficos: C. Alejandro Sánchez, Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega