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Aguilar Camín: Plagio es un juguete literario, un divertimento

Se trata de un libro sobre los celos, la envidia y los azares de la creación; alude a casos de escritores que han sido señalados de copiar textos

El autor, en una fotografía de archivo.
El autor, en una fotografía de archivo. Foto cortesía: Random House/Agustín Garza

“Un lunes anunciaron que me había ganado el Premio Martín Luis Guzmán, ‘de escritores para escritores’. /El martes, me acusaron en la prensa de haberme plagiado unos artículos periodísticos. / El jueves, me acusaron de haberme plagiado también el tema de mi novela ganadora”: inicio de Plagio (Literatura Random House, 2020), del historiador, ensayista y narrador Héctor Aguilar Camín (Chetumal, Quintana Roo, 1946). Referencias alegóricas de trances acaecidos en años recientes en la ‘República de las letras’ que el lector reconoce inmediatamente.

El autor de Adiós a los padres convierte el asunto en un thriller imbuido de humor negro que es, asimismo, un algebraico relato lúdico donde “todo lo que se cuenta es verdad, salvo los nombres propios, que también son falsos”. El plagio como la manera más franca del elogio. Caída en desgracia de un escritor y funcionario universitario, quien es descubierto y denunciado como plagiario. “Juego de espejos sobre el plagio, la admiración, la envidia, los celos, el azar, la muerte. Y la policía”, suscriben los editores.

Héctor Aguilar Camín en su faceta de novelista (La guerra de Galio, El resplandor de la madera, Las mujeres de Adriano, Adiós a los padres, Un soplo en el río, Toda la vida...): Plagio subraya una voluntad narrativa donde lo político, lo familiar, el amor, el erotismo, la amistad y la Historia se empalman.

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Plagio es un juguete literario, un divertimento. La novela está resumida en la primera página. Luego, cada una de las líneas de esa primera página da lugar a un capítulo. Tres direcciones: envidia literaria que induce al plagio, celos por la pérdida de la mujer amada y el homicidio pasional. Al terminar la novela, todo es claro, eso espero; pero, nada es claro en el camino. Divertimento que tiene una trampa: puede leerse muy rápido, pero quien lea muy rápido pasará de noche por muchos de sus secretos”, expresó en conversación con La Razón, el también analista político Héctor Aguilar Camín.

¿Intento por ‘explicar’ los resortes de la creación literaria? El plagiario de Plagio no es un vulgar que simplemente no pone comillas y firma los textos como suyos: copia recreando. Roba, pero construye. Todos los escritores hacemos lo mismo: construimos sobre lo que otros escritores nos han influido. La originalidad en literatura: superstición. La originalidad: variante mínima de la tradición. Todos los escritores empezamos a serlo admirando lo que leemos. Queriendo apropiárnoslo, imitarlo, repetirlo.

¿Recreación de hechos recientes protagonizados por escritores acusados de plagio? Están todos los casos aludidos ahí, para que los reconozca quien pueda.

¿Envidia, celos y admiraciones simuladas propias del mundillo literario? Las rivalidades literarias se parecen mucho a los celos. Basta asomarse a los pleitos entre escritores: materia inflamable. En este caso, la mezcla de envidia y celos llega al homicidio.

¿Uso del humor negro para develar la caída de un funcionario cultural descubierto como plagiario? El humor en la novela nace porque su narrador lo ha perdido todo. Entonces, cuenta su historia con claridad: revancha contra el mundo que ha perdido. Cuenta sus simulaciones, y las del mundo en que ha vivido. Lo hace sin autocomplacencia. Confesión de un simulador, de un mujeriego. Revelación autoderogatoria que lo vuelve en algo parecido a un escritor capaz de escribir su propia historia, reconocerse en lo que es y en lo que ama.

¿El exergo, “El plagio es la forma más sincera de la admiración”, atribuido a un escritor falso con nombre que involucra a Borges y a Conrad, es invención suya? Una broma. Como quien escribe Jean Paul Camus, Miguel Shakespeare o Gabriel García Llosa.

¿Un yo narrativo sarcástico con cierta dosis de idealismo? Más que sarcástico, su tono es brutal. Yo que rasga siempre: respetabilidades, prestigios, simulaciones, instituciones. Pero, el primer objeto de su rasgamiento es él mismo: eso hace creíbles sus juicios demoledores sobre los demás.

Plagio

Por Héctor Aguilar Camín

“…La admiración es una forma noble de la envidia. De hecho, es envidia al revés, aunque la envidia al revés puede llevar al desdén y al desprecio. Mientras transcribía los pasajes de autores que me habían deslumbrado, de la luz misma que irradiaban los textos iba naciendo en mí la vanidad de descubrir sus imperfecciones y la tentación de cambiar lo que copiaba. Lo cambiaba aquí y allá, tímidamente al principio, desfachatadamente después, hasta tener al final un texto que era el que admiraba, pero deshecho y rehecho por mí. Ahí donde el autor o el traductor había escrito: “Mucho tiempo he estado acostándome temprano”, yo ponía: “Me duermo temprano hace algún tiempo, desde que empecé a soñar”, y seguía copiando, corrigiendo y deshaciendo el pasaje de mis amores, haciéndolo mío conforme lo traicionaba, al punto de perder en el camino toda posibilidad de saber qué había escrito en ese pasaje el escritor que admiraba y qué había puesto yo.

Fue así como me hice escritor, copiando con humildad y reescribiendo con soberbia las cosas que admiraba.

Nunca me deslumbró el Quijote, pero copié muchas veces su principio para contagiarme de su reputada grandeza. Luego de varias copias entendí que esa grandeza se debía sobre todo a su consistencia rítmica. La primera página del Quijote, como tal, era léxicamente inentendible, al menos para mí: me perdía por completo en la significación de las palabras. Pero su música era pegajosa y risueña, como una rumba flamenca. Aquello de que el personaje tenía duelos y quebrantos, traducido a su verdadero significado, quiere decir que comía huevos con tocino, pero no suena igual, no tiene el misterio sonoro y melancólico de los duelos y los quebrantos (...)”

Plagio
Plagio
  • Nació: 9 de julio de 1946, Chetumal, Quintana Roo
  • Galardones: Premio Nacional de Periodismo Cultural 1986, Premio Mazatlán de Literatura 1988 por Un soplo en el río; y Medalla Gabriela Mistral 2001
  • Otros libros. Morir en el golfo (1985), El error de la luna (1995), La provincia perdida (2007) y Toda la vida (2016), por mencionar algunos
  • Autor: Héctor Aguilar Camín
  • Género: Novela
  • Editorial: Literatura Random House, 2020
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