Inspirado en las piezas precolombinas del Museo Anahuacalli, el artista estadounidense Alma Allen creó 26 piezas de bronce para entablar un diálogo con el simbolismo presente en el recinto que resguarda la colección de Diego Rivera, al tiempo que profundiza sobre la existencia humana.
Las esculturas de gran formato, concebidas especialmente para exponerse en el Museo Anahuacalli, forman parte de la muestra Nunca solo. Un recorrido en el cual el público podrá adentrarse a esta imponente construcción que exhibe dos mil piezas de las 60 mil del acervo del muralista mexicano, pero desde una perspectiva distinta a la habitual, encontrándose con figuras antropomorfas o criaturas como una polilla o un sapo, de Alma Allen.
“Las piezas que sacudieron el trabajo de Alma son de nuestra colección de Colima, que es muy importante. Lo que lo inspiró fueron estas piezas que son híbridas, hay unas que son un contenedor, pero tienen unas piernas y terminan en una figura antropomorfa. Esta hibridación no sólo ayudó a Allen, sino que fue el centro de la exposición surrealista de 1940. Las figuras tienen una carga ritual estética, simbólica y espiritual. Lo que van a ver es el resultado de ese diálogo, porque el Anahuacalli es una mezcla entre una pirámide, cueva y montaña”, explicó ayer en un recorrido Karla Niño de Rivera, curadora de la muestra.
Alma descubrió que, para sobrevivir la inmensidad de la experiencia humana, la única clave está en la compañíaKarla Niño de Rivera <br>Curadora
Da la bienvenida a la exhibición una obra instalada en la amplia explanada enfrente del museo, que refleja la piedra extraída para el terreno del edificio. Dentro del inmueble se encuentra una escultura abstracta, en el centro de un altar en el que se exhiben piezas que adquirió el pintor Diego Rivera.
En cada sala los espectadores pueden admirar esculturas de Alma Allen que hacen referencia a aspectos del museo o incluso a cuestiones personales, como la figura de una niña que representa a su hija durante un paseo en este lugar.
“Alma viene a buscar respuestas y creo que la respuesta es que no estamos solos, que necesitamos ayuda, que somos pequeñas criaturas que necesitamos de la compañía para sobrellevar esta existencia humana. Alma parte mucho de eso, trae pequeñas criaturas, nuevos monstruos, nuevos amuletos de una manera muy respetuosa. Hay miles de cargas simbólicas en este edificio y el artista lo entiende muy bien”, detalló la curadora.
Para la muestra se abrió al público la parte baja del museo donde hay una especie de mausoleo. Se colocó una escultura sobre una superficie con agua. “Esta pieza (de Alma Allen), que podría ser un ave emergiendo de la lava, marca el balance del agua, el viento y el fuego. Este espacio es una insinuación a meterte, ir más allá, tiene que ver con la tumba de Pakal”, compartió Niño de Rivera.
En la planta alta del recinto está la representación de un sapo, que hace referencia a la última intervención que hizo el pintor en el museo antes de morir; o una figura de ojos enormes que alude al texto El monstruo en su laberinto.
“Es una gran rana en homenaje a Diego Rivera, tiene un tratamiento diferente. Tiene pátinas más verdes. En esta sala hay muchas piezas de Colima”, resaltó la curadora.
En la muestra también se exhibe una pletórica masa de bronce que figura una colada de lava que ancla lo que parece un frágil y serpenteante tallo y asciende en espiral, reflejando su entorno.
“Estas obras, todas Not Yet Titled, parecen alcanzar simultáneamente el pasado y el futuro, incluso interrogando y mutando los motivos compulsivos del propio artista”, se resalta en el texto curatorial de la exposición que ayer se inauguró y estará abierta hasta el 28 de mayo.
Nunca solo
- Cuándo: hasta el 28 de mayo
- Dónde: Museo Anahuacalli
- Horarios: martes a domingo, de 11:00 a 18:00 horas
- Localidades: $100, general