Ana Frank, 90 años: un espíritu que nunca se quebró

5ed0dc9856a17.jpeg
Foto: larazondemexico

Hoy, a 90 años de su nacimiento, Ana Frank, la niña que se ocultó de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y escribió sus vivencias en un diario que se popularizó, sigue siendo el rostro de la migración infantil y de cuán vulnerables son los menores en países con conflictos armados.

La menor, quien a sus 13 años vivió la persecución contra los judíos por parte del Ejército Nazi, en sus días de encierro fue narrando lo que acontecía en ese pequeño espacio que compartía con su familia y otros conocidos. Todo quedó documentado en El Diario de Ana Frank.

“Conocemos de ella, de su familia, de sus deseos, miedos, pensamientos, gracias a ese diario, y quizá ésa sea la razón de que muchas personas la sintamos tan cercana”, dijo a La Razón Adán García, director académico del Museo Memoria y Tolerancia.

De acuerdo con Adán García, este testimonial “nos recuerda lo cercanos y parecidos que somos unos con otros, y al leerlos o escucharlos, nos pone en sus zapatos y nos ayuda a respetar, reconocer y validar a los otros seres humanos que, por circunstancias de fortuna o nacimiento, están en una posición menos privilegiada”.

Ana Frank y su familia fueron descubiertos y arrestados el 4 de agosto de 1944. Los trasladaron a campos de concentración y, en febrero de 1945, la adolescente, junto con su hermana Margot, falleció tras contraer fiebre tifoidea en Bergen-Belsen.

El experto resaltó que una de las lecciones que legó Frank fue demostrar “que la naturaleza del espíritu del ser humano es indestructible. ¿Cómo alguien que en su infancia se vuelve un refugiado, que tiene que vivir escondida y que muere en un campo de concentración no se dobla ante esos sucesos? Ésa, creo, es la enseñanza, su espíritu jamás se quebró”.

El Diario de Ana Frank, del cual en mayo pasado se publicó una versión basada en el manuscrito, es uno de los primeros libros que abordaron el Holocausto.

“Muchas personas intentan aún hoy que estos hechos queden en el olvido, y, supongo, en buena medida el testimonio de una niña, con su inspiración, inocencia y sencillez, es una molestia para aquellos que intentan negar el Holocausto”, resaltó.

A 90 años su nacimiento0, el experto llama a trabajar para que ningún niño enfrente una situación similar.

“La reflexión a la que me gustaría invitar a todos los lectores es ¿cómo, después de tantos años, podemos hacer que nunca haya una niña como Ana Frank? A qué me refiero con ello, a que las condiciones a las que sometemos a la infancia en el mundo jamás sean deplorables como la que ella vivió”, expresó.

Por su parte, María de la Paz, catedrática de la FES Aragón de la UNAM, afirmó que  esto nos lleva a pensar que “no es posible seguir fomentando estas ideas de que el poder tiene qué ver con el exterminio del otro, que no se comprenda que estamos en un mundo donde podemos convivir”.

El Dato: De acuerdo con Jaap Cohen, de los 28 mil judíos escondidos en Holanda, alrededor de 12 mil —más del 42 por ciento— fueron detenidos debido a un sistema de recompensas.

La casa de atrás

Ana Frank siempre estuvo sola: “Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo”, escribió en su diario el 12 de junio de 1942. Regalo de cumpleaños. Comienzo del arrojo de una escritora. / 28 de septiembre de 1942: “Hasta ahora has sido para mí un gran apoyo. Esta manera de escribir en mi diario me agrada mucho más y ahora me cuesta esperar cada vez a que llegue el momento para sentarme a escribir en ti”. Cifrar en la casa del fondo cobijada en los susurros del grafito. Ana y la soledad. El Diario de Ana Frank: cuaderno de calmado desaliento: testimonio de una pasión, develar desde la consumación de las palabras. Ella quería ser una gran escritora: lo logró. Nunca vio su nombre en los caracteres de la imprenta. Supimos después de su muerte, que un ardor puede convertirse en voluntad. Veo la fotografía en que sonríe con idealismo derramado: siempre estuvo sola cobijada por los folios en blanco de la libreta. Vivir en la casa de atrás arropada por la turbación. Amor, amistad, religión, guerra, familia, avidez, esperanza y erotismo. Sí, Ana también escribió de sexo, se balanceó en los desafíos de Eros, lloraba porque estaba triste iluminada por el desamparo del deseo. Sólo en la intimidad podemos hablar con Dios. Escribir en ti, dice Ana. Borronear sobre la espalda del cielo. El Diario de Ana Frank no es un libro, sino el testimonio de un aislamiento develado por los huérfanos untos del carboncillo. Ana nos enseñó que “El papel es más paciente que los hombres”.

Por Carlos Olivares Baró

Te puede interesar:

http://www.3.80.3.65/ciudad/roban-casa-de-alejandra-guzman-delincuentes-se-llevan-casi-medio-millon-de-pesos-en-botin-cantante-delito-robo-casa-habitacion-calle-benito-juarez-colonia-tlalpan-alcaldia/

http://www.3.80.3.65/virales/cientificos-encuentran-cabeza-de-lobo-gigante-que-vivio-hace-40-mil-anos-rusia-siberia-periodo-del-pleistoceno/

Temas: