Un equipo de investigación conjunto de la Universidad Internacional Higashi Nippon, la Universidad de Tohoku y el Centro Nacional de Investigación, llevó a cabo una exploración geofísica empleando dos tecnologías: radar de penetración terrestre (GPR) y tomografía de resistividad eléctrica (ERT). Con ello los arqueólogos han identificado lo que parece ser una estructura en forma de L, y aún más profundamente, otra estructura más grande conectada a la primera, este hallazgo se ubica desde los 2 a los 10 metros de profundidad en un área famosa por albergar cientos de tumbas rectangulares llamadas mastabas. El descubrimiento en este cementerio occidental de Giza subraya cómo la combinación de tecnología avanzada y métodos arqueológicos tradicionales puede revelar nuevos capítulos de la historia humana. Mientras los investigadores continúan desenterrando los secretos ocultos bajo las arenas de Egipto, cada hallazgo nos acerca un poco más a comprender las complejidades de las civilizaciones antiguas y sus notables logros arquitectónicos y culturales en la Gran Pirámide de Giza.
Gráficos: Julio Loyola y Roberto Alvarado.