Muestra en Casa Hotbook

Bruno Newman expone sus divertimentos creativos

El fundador del Museo del Objeto del Objeto resignifica artículos de la vida cotidiana en piezas que exhibe por primera vez; “me divierte mucho imaginar nuevas cosas”, dice

Bruno Newman, en una foto de archivo.
Bruno Newman, en una foto de archivo. Fotos: Cortesía MODO y Mariana Manina

Desde niño, Bruno Newman tuvo una fascinación por coleccionar, comenzó adquiriendo timbres y luego todo tipo de antigüedades hasta llegar a los 190 mil artículos que hoy forman parte del acervo del Museo del Objeto del Objeto (MODO) que fundó. A su pasión de recopilar artículos valiosos por ser únicos, se unió después la de crear “divertimentos creativos”, obras concebidas a partir de piezas de la vida cotidiana como una figura circular hecha con diminutas brújulas, un cráneo cubierto de milagritos mexicanos o el rostro de Pancho Villa con casquillos de bala.

“Empecé a decir, tráiganme cosas con las que yo pueda hacer algo, objetos que se repiten. Un día me dijeron, ‘tengo cuatro costales de cartuchos de escopeta y de bala’. Entonces, me gustó resignificar los objetos”, comentó ayer Bruno Newman, en una charla con algunos medios de comunicación.

John Lennon se expone en la muestra.
John Lennon se expone en la muestra. Fotos: Cortesía MODO y Mariana Manina

Si bien desde hace tiempo empezó a crear este tipo de piezas, que no considera obras de arte, sino “divertimentos creativos”, por primera vez las muestra en la exhibición 1+1=3, en Casa Hotbook en la Ciudad de México, desde hoy y hasta el 20 de noviembre.

“Los cartuchos ya se dispararon, ¿qué haces con ellos?, ¿rescatarlos? Me da una gran satisfacción poderlos rescatar de un destino que iba a ser incierto. Es darles una nueva vida. No quiero llamarlas obras de arte, son divertimentos creativos, no me siento artista, me siento creativo y me divierto mucho”, dijo el coleccionista.

Con los cartuchos ha creado, por ejemplo, imágenes de Francisco Villa, Emiliano Zapata y John Lennon, personas a quienes ha admirado. También se encuentra la figura de Donald Trump balaceada dentro de un escusado, para expresar su rechazo al candidato a la presidencia de Estados Unidos. “Detesto al tipo, es una protesta personal. Es el sentido de darle a los objetos una nueva vida”, comentó.

Mucho ojo es otra de las piezas.
Mucho ojo es otra de las piezas. Fotos: Cortesía MODO y Mariana Manina

Sobre un cráneo decorado con milagritos explicó que la pieza surge a partir de su interés por todo lo relacionado con la muerte.

“Soy necrófilo por naturaleza, me encantan los panteones, a donde voy visito panteones. Tengo en proceso un libro sobre esto. Me interesan las calaveras, los cráneos, me llevaban varios. Está ligado a los montonales de milagritos que me llegaron, son gustos personales”, apuntó.

Bruno Newman compartió en la conversación que antes de materializar una pieza realiza diversos bocetos para llegar al “divertimento” final.

“Es un chip que ya está instalado, veo algo y me imagino (en qué se puede convertir), tengo que plasmarlo, hago bocetos a lápiz. Me divierte mucho imaginar nuevas cosas. Es un chip que me funciona hasta ahora, espero que siga así”, expresó.

En la muestra, conformada por 125 obras, también hay una bandera estadounidense intervenida, la pintura del Sagrado Corazón, cuya mano está iluminada; o un ojo de gran tamaño hecho con ojos de muñecas o una instalación con fotografías antiguas.

La sacra muerte también se expone.
La sacra muerte también se expone. Fotos: Cortesía MODO y Mariana Manina

Las piezas se encuentran a la venta, pues los recursos recaudados se destinarán a las actividades y programas educativos del Museo del Objeto del Objeto. La obra de mayor precio cuesta 55 mil pesos y la de menor, tres mil.

Bruno Newman contó que, aunque su gusto por el coleccionismo persiste, cada vez se va haciendo más selectivo y exigente a la hora de adquirir algún objeto. Por ejemplo, tiene 15 años sin ir a la Lagunilla, lugar que antes recorría y en el que solía encontrarse al escritor y cronista Carlos Monsiváis.

“Hay este gusto por lo viejo, por lo que se va perdiendo, lo aprendí de mi madre, le gustaban mucho las antigüedades, viví rodeado de cosas antiguas que no entendía. Mis abastecedores saben mis locuras, mis gustos extraños”, comentó.

  • Cuándo: hasta el 20 de noviembre
  • Dónde: Casa Hotbook (Monte Líbano 280, Lomas de Chapultepec, CDMX)
  • Horario: martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas