La puesta El cantar de Rolando, bajo la dirección de Paola Izquierdo, promete ser una propuesta lúdica con toques de comedia y magia, en la que se invita a los espectadores a vivir sin prisas y con más alegría.
El montaje llega el próximo sábado al Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes. Aborda la historia de dos personajes —un contador y un dueño de un circo— que se conocen en una improvisada carpa en algún desierto del centro del país.
El primero debe llegar a la ciudad porque tiene que presentar una declaración de impuestos; pero, el segundo, Rolando, insiste en que se quede a ver la función que está por comenzar. A pesar de su prisa por volver a la rutina, el contador descubre en el circo un nuevo aliento de vida.
De acuerdo con la compañía Arte Nuevo de México, desde la infancia se nos dice todo lo que debemos hacer para “lograr el éxito” y “ser alguien”. Sin embargo, en esa búsqueda podemos llegar a perder nuestra esencia.
“Esta avidez por ‘triunfar’ nos condiciona a la competencia en lugar de a la solidaridad, a la estandarización en vez de a la celebración de la diferencia, y nos impide mirar dónde o cómo cada quién es capaz de encontrar su propia felicidad. Nos hemos olvidado de nuestra infancia, restringido a sobrevivir a un mundo hostil, perdido el asombro y el gozo por descubrir”, lamentó Isaac Pérez Calzada, autor de la obra.
Señaló que uno de los errores que comete la sociedad es pedirle a los niños que se comporten como adultos, por eso “El cantar de Rolando le habla a esa infancia para pedirle que no se deje engañar: su niñez es un tesoro y si decide conservarlo, podrá disfrutar de él por el resto de su vida”.