La historia de amor entre Frida Kahlo a Ignacio Aguierre en momentos de una pasión exagerada y desgarradora, se hizo pública con la aparición del libro-objeto: Frida Kahlo-Ignacio Aguirre, cartas de una pasión (Ediciones Trabuco, 1995), compilado y comentado por el investigador Luis Mario Schneider (Corrientes, Argentina, 1931- Tenancingo, Estado de México, 1999). Poeta y narrador. Estudió humanidades en la Universidad de Córdoba, Argentina, y el doctorado en letras en la FFyL de la UNAM. Fue profesor de literatura mexicana e hispanoamericana en la UNAM, la UIA y la UV; miembro del consejo editorial de La Palabra y El Hombre; director de Amatlacuilo. Colaboró en Amatlacuilo, Cuadernos del Viento, El Sol de México, El Universal, La Palabra y El Hombre, La Vida Literaria, Los Empeños, Pájaro Cascabel, Revista Universidad de México, Siempre!, Síntesis, y Unomásuno. Premio Xavier Villaurrutia 1977 por La resurrección de Clotilde Goñi. Premio Nacional Luis Cardoza y Aragón 1992 para crítica de artes plásticas por José María y Petronilo Monroy. Los Hermanos pintores de Tenancingo. En entrevista, Schneider habla sobre las dificultades del rastreo de la cajita de Olinalá que contenía la correspondencia amorosa llena de misterio y encanto: sobres blancos y de colores, recados en pequeños papeles y hasta un telegrama urgente; fotos y más fotos, todo ello enviado por correo o con un mensajero secreto, que al igual que ellos se convierte en cómplice de la relación Maestro Schneider, ¿cómo nació la idea de realizar un libro-objeto con las cartas de amor entre Frida Kahlo e Ignacio Aguirre?
—Traté de rescatar el encanto de la relación, digamos también la ambientación en que se encontraban estas cartas. Ricardo Noriega, que es el editor, coincidió conmigo en que había que pensar en un diseño significativo para el libro, que remitiera al sentido romántico de esta correspondencia. Por otro lado, tratamos de recuperar la historia misma de la relación. Ignacio Aguirre guardaba las cartas en una cajita de Olinalá que tenía grabado su nombre y entonces decidimos respetar todos esos detalles. Quisimos que la gente que leyera esta relación epistolar reviviera el estado sentimental y emotivo de ese hombre que las recibió y leyó por primera vez, teniendo una primera impresión de las cartas.
¿Qué métodos de investigación utilizó Mario Schneider para encontrar la cajita de Olinalá?
—Fue una casualidad y tal vez fue el destino. Las cartas junto con la cajita estaban en poder de una persona muy cercana a Ignacio Aguirre —es una prima de él llamada María Esther Velázquez Aguirre—; ella decidió enseñármelas y, ese mismo día, se me metió en la cabeza que había que publicarlas para que conociéramos otra etapa de la vida de estos dos personajes.
¿Por qué incluir en la cajita de Olinalá los recados en tarjetas, un telegrama e incluso la reproducción de los sobres originales?
—La idea original era esa, es decir, publicar tal cual la cajita, con todos los recados, sobres y fotos que se guardaban en ella. Creo que Ignacio Aguirre guardó todo por algo muy personal. Tal vez porque de alguna manera todo estaba relacionado. Por ejemplo: guardó fotografías e incluso una carta de. la hermana de Cartier-Bresson, Jacqueline, donde cuenta parte de su vida y su pasión por él y México.
Nacho queridito qué gusto me dio tu carta que recibí ayer, desde agosto no había recibido nada de ti, y yo creía que de veras
me habías olvidado, especialmente como Judith me escribió que estabas mucho muy enamorado, y me dio mucha pena porque te quiero mucho...
¿Qué hay de las cartas o recados de Ignacio Aguirre a Frida Kahlo?
—Hice hasta lo imposible para conseguir alguna carta o recado, pero hay la posibilidad de que fueron destruidas en su totalidad. Hay que reflexionar que Frida era casada y estaba muy enamorada de Diego Rivera. Eso si es que recibió
algunas cartas de Aguirre, quien se habría comprometido mucho de haberlas escondido en algún sitio, este momento hay otra alternativa, que es aportar algo a la vida e historia personal de dos notables de la cultura nacional. Nunca fue nuestra intención, al momento de publicar las cartas, denigrar o rebajar a Frida, sino simplemente aportar documentos que nos dan otro punto de vista sobre ella y su mundo. En lo personal, Frida no es precisamente una artista que me convenza en un ciento por ciento; tanto insistir con su enfermedad y su pintura sanguinolenta, o de plano sanguinaria en muchos aspectos, no es de mi agrado. Sin embargo, a partir del descubrimiento de estas cartas, me di cuenta que en ella había una tierna, fresca y gran capacidad de amar.
Las flores que te ofrecí —de ayer y de hoy— todas
para ti las corté una por una —la hoja del naranjo— te la llevaré mañana. Nada me gustó tanto con tu "secreto" en la carta —yo también comencé a vivir el día que tú naciste— gracias por dejarme oír tu voz...
Muy poca gente sabe quién fue Ignacio Aguirre...
—Era un pintor jalisciense importante, expuso en muchas ciudades de Europa a partir de 1940, cuando obtuvo el primer premio en la Exposición de Grabado Latinoamericano de la Feria Mundial de Nueva York. Poco después, en 1952, realizó una notable exposición en el Salón de la Plástica Mexicana y al año siguiente fue nombrado director del Taller de la Gráfica Popular. Murió en la ciudad de México el 2 de junio de 1990.
Nachito: no nos dejan entrar. Alivíate
pronto. Te extraño mucho.
Hoy te escribo. Escríbeme Londres 127
Coyoacán.
Frida
14 octubre de 1935 —Telegrama urgente—
*Esta entrevista pertenece al libro Elogio de la memoria de próxima aparición y que publicará Editorial Praxis.