Las semanas previas al regreso del clásico El cascanueces en el Auditorio Nacional se viven en la Compañía Nacional de Danza entre la emoción, nervios, confección de los últimos detalles de cada uno de los vestuarios y arduos ensayos en los distintos salones. El espectáculo vuelve con más de 200 artistas, entre músicos de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bailarines y estudiantes.
En un salón los bailarines principales ensayan el pas de deux de la Danza del Hada de Azúcar, bajo la supervisión del codirector de la compañía Cuauhtémoc Nájera, quien pide al pianista que toque la música de ese número: el ejecutante toma aire para realizar una serie de saltos, recibe indicaciones para pulir los pasos, se ve exhausto, pero repite la combinación; luego, la bailarina comienza a hacer una serie de piqués, pero enseguida se pide parar la música para que vuelva a hacerlo, algo falló. Se busca la perfección en cada movimiento, por eso en la cocina, otra primera bailarina que hará ese mismo papel ensaya en solitario.
En otro salón, tres artistas, bajo la dirección de un profesor, también ultiman los detalles del número de los bailarines de danza rusa: avanzan dos ejecutantes con un brazo levantado para luego hacer dos saltos y dos pirouettes, se detienen y el otro bailarín hace cerca de cuatro pirouettes. Sudan y se nota en su rostro el cansancio, cuando terminan su número son corregidos por el profesor. Al mismo tiempo, otros bailarines se encuentran arreglando sus puntas o calentando para cuando sea su turno de ensayar.
El cascanueces es uno de los montajes más queridos por los bailarines de la Compañía Nacional de Danza, porque para muchos desde que eran niños fue su primer contacto con el mundo profesional; sin embargo, saben que es una coreografía compleja que requiere mucha condición física y perfección en cada uno de los movimientos.
Cascanueces es lo más pesado del año, pero estamos muy contentos de que se vuelve a hacer después de la pandemia, lo extrañamos, hemos crecido con ésteAna Elisa Mena<br>Primera bailarina de la CND
“Llevo una semana trabajando en el pas de deux del Hada de Azúcar, pero ha habido partes de la coreografía que llevan dos o tres semanas preparándose. Mi pareja y yo estamos ensayando muy duro para jalar el aire, para que salga lo mejor posible, que se vea lo más orgánico y coordinado, cada año tratamos de superarnos”, contó a La Razón el primer bailarín, Erick Rodríguez, quien hará dupla con Blanca Ríos.
Para la Danza del Hada de Azúcar se rolarán varios bailarines, otras parejas serán Mayuko Nihei y Argenis Montalvo, Yoalli Sousa y Alejandro Mendoza, Elisa Ramos y Moisés Martín y Ana Elisa Mena y Roberto Rodríguez.
Dar vida al Hada de Azúcar es una de las tareas más demandantes, compartió a este diario Ana Elisa Mena: “Aparte de que es complicado, venimos de una temporada que fue más contemporánea, dejamos el tutú y las puntas bastante rato, yo dos meses, volver a entrar en el Hada cuesta, ya voy a hacer tres semanas ensayando Cascanueces”.
La primera bailarina señaló que el Coloso de Reforma es un escenario que exige. “Es un entrenamiento muy difícil porque el Auditorio es un lugar muy demandante, simplemente al pararte ahí, expresarte ante tanta gente te desgasta bastante, al ser muy grande te hace avanzar más los pasos, te cansa más, el frío del Auditorio nos viene un poco en contra, lograr el pas de deux del Hada de Azúcar se vuelve difícil, pero estamos muy contentos de que se vuelve a hacer después de la pandemia, lo extrañamos”, dijo la artista, quien a los tres años tuvo su primer contacto con esta coreografía, cuando participó en Saltillo como soldadito.
Los niños son muy difíciles, porque si se aburren se van, se entretienen, entonces tenemos el gran reto de estar a la altura de la demanda de ellosErick Rodríguez<br>Primer bailarín de la CND
El espectáculo también es un motivo de emoción porque los estudiantes de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea (ENDCC) del INBAL y de la Academia de la Danza Mexicana tendrán la oportunidad de ser parte del elenco.
“La experiencia es satisfactoria porque tuve la fortuna de estudiar en la Escuela Nacional de Danza, interpretaba a los ratoncitos, a los soldados, admiraba a los bailarines y ahora estar del otro lado es enriquecedor. Hay mucha emoción, ver el profesionalismo de los niños es satisfactorio”, compartió Ernesto Rosales, quien da vida al Rey Ratón y al padrino de Clara, Drosselmayer.
Para el montaje, que tendrá su primera función el 16 de diciembre, se trabaja arduamente en los vestuarios, las dos personas encargadas de esta área reciben a los bailarines para las pruebas de atuendo y hacen los ajustes necesarios.
El cascanueces
- Cuándo: 16 al 23 de diciembre
- Dónde: Auditorio Nacional
- Horarios: viernes 16, martes 20, miércoles 21 y jueves 22 de diciembre, 20:30 horas; sábado 17, 16:00 y 20:00; domingo 18, 13:00 y 18:00 horas; viernes 23 de diciembre, 16:00 y 20:30 horas
- Localidades: $300 a $1,600