Christian Peña indaga en la paternidad

El poeta Christian Peña (Ciudad de México, 1985) se alzó con el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2023 con Quirón (Vaso Roto, 2023): poemario que “conjuga diversos elementos que interactúan entre sí para crear una constelación poética que exhorta a redefinir la relación entre el pasado y el presente del poeta, como hijo y como padre. También explora temas como el amor, la muerte, la identidad, la moralidad y la naturaleza del ser humano”, según consta en el acta dictaminadora del jurado integrado por los escritores Eloy Urroz, Sol Ceh Moo y Tanya Huntington.

“Sigo sorprendido y emocionado mucho más ahora que estoy esperando la ceremonia de entrega del premio que tiene para mí un doble significado: la obra de Xavier Villaurrutia siempre retorna, sus ecos rondan debido al discurso que nos legó rebosado de una belleza que ha tenido un sustancial influjo en la literatura mexicana. Entro a una nómina de escritores que admiro, encabezada por Juan Rulfo, el primer galardonado con este premio, uno de mis autores favoritos. Villaurrutia, nuestro poeta de la muerte y de la nostalgia, de los enigmas citadinos. El ganar un premio que lleva su nombre, llega a lo más recóndito de mí”, expresó a La Razón Christian Peña, el martes pasado horas antes de la ceremonia de la entrega del reconocimiento en la Sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes.

¿En su libro Expediente X.V. la figura de Villaurrutia es el centro? La obra de Xavier Villaurrutia es un espacio al que siempre retorno. Sí, el primer libro que publiqué en Vaso Roto, Expediente X.V., habla sobre él y sobre su muerte. Ya había participado en este certamen hace un par de años, mi motivación de concursar se debe a que la poesía de Villaurrutia la releo con frecuencia, hay una fijación obsesiva por sus poemas.

¿Motivaciones para escribir este poemario? Exploro aquí en la mitológica representación del centauro Quirón en tres secciones: “Mitad hombre”, “Asteroide y/o Cometa” y “Mitad caballo”. Este libro nació de la imagen de un día en el que cargaba en los hombros a mi hijo: vi nuestras sombras reflejadas en la pared, esa imagen me hizo pensar en la relación que existía entre los dos, entre mi hijo y yo, y en el vínculo que tuve en la infancia con mi padre. Reflexioné, llegué a la conclusión de que estos lazos familiares suscriben y connotan una suerte de animal en dos proyecciones: la parte humana y la parte del caballo.

¿Relación de un hijo con su padre que después se convierte en papá? Sí, los lazos entre un padre cuando es niño y la de ese niño cuando se torna padre. Exploro en la relación entre mi hijo y yo, cuestiono y reflexiono sobre el rol que debemos encarnar los padres.

¿Primero, la perspectiva del padre y después, la del hijo? Miradas distintas: “Mitad caballo”, redunda en el punto de vista del padre; “Mitad hombre”, lo hace desde la perspectiva del hijo. “Padre centauro”: ‘mi hijo es la mitad de mi cuerpo’ y “Saturno”: ‘un padre es un hombre con madera de bestia’. Hay convergencias: la voz poética con mi padre, la voz hacia mi hijo y mi figura como padre. Mi mentor, el poeta Antonio del Toro tiene un verso donde dice que un padre es un caballo.

¿El centauro como un cuerpo celeste? La perspectiva astronómica: un centauro es un cuerpo celeste, asteroide y cometa a la vez. Lo expreso en uno de los poemas: “Somos asteroides somos bestias / somos asteroides y/o cometas / somos los que se apartan de / la luz / somos centauros”.

¿El caballo y el héroe: figuraciones centrales de su discurso lírico? Sí, la figura del caballo y la del héroe están conmigo desde que publiqué en 2010, Janto, sobre el caballo de Aquiles, o en Heracles, 12 trabajos de 2012.

¿Ecos de Homero, Emily Dickinson o Rubén Darío? Rondan por ahí índices de “Coloquios de los centauros”, de Darío. Por supuesto, Homero y Dickinson. Pero, también referencias de John Updike en su novela El centauro, y del poeta Vladimír Holan, Rulfo y Hamlet.