Se presenta hasta el 31 de octubre

“Códice Tenoch”, un montaje que reflexiona sobre la violencia y política mexicana

La obra “Códice Tenoch. Un soldado en cada hijo” tiene funciones en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque; ejemplifica una historia que se repite hasta nuestros días

Una escena de “Códice Tenoch. Un soldado en cada hijo”.
Una escena de “Códice Tenoch. Un soldado en cada hijo”. Foto: José Jorge Carreón/CNT/INBAL

En estos momentos de debates políticos y reivindicaciones históricas, en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque se remonta la puesta en escena "Códice Tenoch. Un soldado en cada hijo", de Luis Mario Moncada, dirección de Roxana Silbert y dirección de este remontaje de Andrés Weiss.

Los pueblos originarios como los tepanecas o los mexicas salen de las páginas de los libros de Historia para adueñarse del escenario, y las ciudades como Azcapotzalco, Texcoco y Tacuba vuelven a ser los centros de grandes relatos.

Como parte del World Shakespeare Festival, la propuesta se estrenó en 2012 y surgió como una reflexión sobre la violencia y la política mexicana. Moncada dejó el plano inmediato y hurgó en la historia y así encontró en 1431 un momento que lo confrontaba con sus cuestionamientos: la formación de la Triple Alianza por los señores de Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba.

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  • Autoría Luis Mario Moncada
  • Dirección: Roxana Silbert. Dirección de remontaje: Andrés Weiss
  • Cuando: Hasta el 31 de octubre
  • Horarios: Jueves a domingo, 18:00 horas
  • Dónde: Teatro Julio Castillo (Paseo de la Reforma y Campo Marte, Metro Auditorio)

Producción de la Compañía Nacional de Teatro, “Códice Tenoch. Un soldado en cada hijo" se adentra en las causas de dicha unión de reinos y muestra, a principios del siglo XV, como Azcapotzalco era la ciudad más poderosa del Valle de México, y Tenochtitlan no era un imperio, una época previa a la construcción del Templo Mayor y cuando apenas construían calzadas para conectarse con sus vecinos.

Encontrado el lugar y el momento, el dramaturgo retomó la tradición y elementos de los dramas históricos shakesperianos (como en “Eduardo II” o “Enrique IV”) para acercarse al acontecimiento, que refleja en el relato y en los personajes un abanico de emociones que atraviesan el deseo, la traición, la tiranía, la guerra, los pactos, la manipulación y el surgimiento de nuevos comienzos.

Con más de 20 actores en escena, destacan la participación de Roldán Ramírez, quien transita entre un joven e impulsivo Ixtlixóchitl, príncipe y posterior rey de Texcoco, a un más centrado y espiritual Nezahualcóyotl; Jorge León, quien mantiene a un colérico y sanguinario Maxtla; Alan Uribe, quien interpreta a un diplomático y vencido Toyatzin; Carlos Ordóñez, quien ofrece a un Izcóatl que busca ascender por la escalera política hasta llegar a ser tlatoani; Karla Camarillo en una adolorida y vengativa Tecpa, y un entregado niño Iker Vicenteño, quien da vida a Ohtonqui, quien cierra con su propia sangre esta historia.

La Compañía Nacional de Teatro invitó a importantes creadores para el desarrollo del montaje. El diseño de vestuario, con un acercamiento moderno a la iconografía prehispánica, estuvo a cargo de Eloise Kazan; el diseño de escenografía es de Jorge Ballina, quien propone una plataforma con bordes similares a un códice tipo rollo cercada por una iluminación (de él mismo y Kay Pérez –basados en el diseño original de Chahine Yavroyan–) que asemeja a un lago.

El códice que escribe Luis Mario Moncada, su “Códice Tenoch”, ejemplifica una historia que se repite hasta nuestros días, llena de ambiciones, impulsos, individualismos, rabia, de viejos presagios, en la cual “aquí nadie es inocente”.

Por tres horas, aproximadamente, este relato se interna por los orígenes de la Triple Alianza, momento decisivo para el surgimiento de Tenochtitlan como potencia mesoamericana y de dejar de ser un pueblo guerrero al servicio de otros reinos… para ser ellos mismos quienes crearán su propia y sanguinaria historia en el nacimiento de un Nuevo Sol.

AG

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