Las canciones forman parte de la memoria colectiva. Se propagan, se tatúan en la piel. ¿Quién puede desdeñar las consonancias del rocanrol en su vida?: de Presley a los Beatles, de Rolling Stones a U2, de Lennon a Booth, de Cerati a Gallagher... Educación sentimental de varias generaciones trazada en ecos melódicos singulares. El poeta mexicano David Marklimo (Ciudad de México, 1976) retoma aquellas ‘coplas rockeras’ que incidieron en su formación y las interviene lingüísticamente con versículos que son huellas y ecos espirituales en Treinta y siete canciones de rocanrol y la melodía desencadenada.
“Este cuaderno podría verse de muchas maneras: un cancionero íntimo, y también un catálogo de sensaciones que nació cuando escuchaba la canción que da título al poema. Algunos textos recrean la letra original; y otros, no. Remake en que la música se enmarca en una imaginería que el lector vislumbrará en los índices que conformo impulsado por la tonalidad original del tema escogido. Los compositores seleccionados y las rolas presentadas consienten una suerte de guía espiritual de ese joven que soñaba con ser un rockstar, quien con este poemario reivindica su amor al rocanrol”, precisó a La Razón, David Marklimo, autor también de la novela Los muros encendidos.
¿Temática central del libro? Una eterna frustración personal, naufragio que me enseñó a no tener más expectativas que las mías, como el hecho de dar a conocer estos poemas.
¿Selección de títulos por afinidad personal o por trascendencia de la canción? Por afinidades: si fuese por trascendencia estarían Dylan, Led Zeppelin, The Who, Charly García, Caifanes, Los Abuelos de la Nada o Spinetta. Aquí está lo que en ese momento, escuchaba: quizás, espejo de mis filias juveniles.
¿Cómo conformar un catálogo de canciones-poemas? Este libro está lleno de imágenes de mi adolescencia: me veo sentado, aburrido, en la clase de Física pensando en por qué los taxis en Lucy in the Sky with Diamonds eran de papel periódico. Ahora, más de veinte años después, con la pandemia en la limpieza de portafolios y archivos, fueron apareciendo. La idea era trabajarlos, darles alguna forma más, pero al final la voz del adolescente se impuso.
¿Autores que determinaron su inclinación por la poesía? Siempre he sentido afinidad por Lorca y Alberti. El Romancero Gitano, me parece un poemario en el más puro estilo rocanrolero. Y luego, el insuperable el Poeta en Nueva York, mi libro favorito. Alberti, Lorca y Hernández, fueron llevados al pop español por Sabina y Serrat. Estas presencias me iniciaron en la poesía.
¿Siguió usted la tonalidad del rock? No, nunca entendí que es eso de la musicalidad. Nunca podría escribir una letra para una canción. Dicen que es como escribir un poema; yo lo veo como algo diferente.
¿El título de la canción como guía del sentido del poema en este libro? En la mayoría de los casos, sí. El título es, en muchos sentidos, una provocación: llevarle la contra al rockero.
¿Qué es para usted el rock? ¿Qué representa? Diría que libertad, coraje, valentía. Led Zeppelin y su Black Dog. Dylan y A Hard’s Rain Gonna Fall. Los Beatles y A Day in the Life. Disfrutar a Mick Jagger bailando.
- Otras obras: Los muros encendidos.
- Hijos de la Madre Naturaleza...
- Autor: David Marklimo
- Género: Poesía
- Editorial: Agua Escondida, 2020