Alan Glass, uno de los últimos exponentes del surrealismo, murió la madrugada de ayer a los 90 años de edad, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
El INBAL anunció que uno de los últimos proyectos del artista fue la coordinación de una exposición retrospectiva de su obra en el Museo Nacional de Arte, la cual tendrá lugar en 2024.
Nacido en Montreal, Canadá, Glass llegó a México en 1953 para estudiar en la Escuela de Bellas Artes, una estancia de 10 años que lo hizo enamorarse de nuestro país.
Contaba que fue gracias a una calavera de azúcar que vio en la casa de Aube Elléouët, hija de André Breton, que decidió vivir en tierra azteca. “Como México era un país surrealista, todo era posible”, dijo a Tendencias del Mercado del Arte.
Cuando comenzó a vivir en México pronto empezó a hacer amistad con artistas como Leonora Carrington, quien fue su gran amiga; Bridget Bate Tichenor, Pedro Friedeberg y Alejandro Jodorowsky. También se relacionó con Manuel Felguérez, Vicente Rojo y Pita Amor.
Alan Glass es recordado por sus cajas-objeto, con las que a partir de materiales de la vida cotidiana, como conchas de mar, muñecos o guantes, realizó composiciones, entre éstas en las que aparece la reina Isabel I. Solía utilizar piezas que hallaba en sus recorridos por mercados de pulgas de distintos países.