Distingue UNESCO biodiversidad de islas mexicanas

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Foto: larazondemexico

Al sur de la península de Baja California vive una serie de especies particulares: son aves y peces únicos en el mundo; esa zona es también el sitio al que llegan familias de ballenas jorobadas durante el invierno y, es hábitat de impresionantes mantarrayas gigantes. Estas características, entre otras, permitieron que el Archipiélago de Revillagigedo desde ayer forme parte del Patrimonio Natural de la Humanidad.

Integrado por cuatro ínsulas —Isla Socorro, Isla San Benedicto, Isla Roca Partida e Isla Clarión— este sistema montañoso submarino perteneciente al estado de Colima tiene singulares paisajes terrestres y marinos: volcanes activos, profundidades abisales y muros abruptos, además de una gran concentración de fauna, entre la que destacan cetáceos y delfines que interactúan con los humanos.

Por “contener valores excepcionales en su riqueza natural terrestre y marina”, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribió al sitio en la lista en la sesión 40 del Comité del Patrimonio Mundial, realizada en la ciudad de Estambul, Turquía. Este encuentro se reanudó ayer después del intento de golpe de Estado en ese país.

Desde 1994 el archipiélago fue declarado como Área Natural Protegida en la categoría de Reserva de la Biosfera. Aunque se tiene conocimiento de él desde 1533, cuando Fernando de Grijalva desembarcó por primera vez ahí, fue hasta 1978 que un presidente de México —José López Portillo— pisó ese territorio en medio del océano Pacífico.

Para obtener este reconocimiento la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), miembros del Consejo Asesor de la Reserva, investigadores y expertos de organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y de la Secretaría de Marina, presentó un expediente ante la UNESCO.

Las islas del Archipiélago de Revillagigedo “son parte de una cordillera submarina que representa la cima de volcanes que emergen sobre el nivel del mar”, destacó la Semarnat en un comunicado.

“Su ubicación favorece la diversidad de fauna y flora y crea un conjunto único de procesos biológicos y ecológicos. Sus características excepcionales de belleza y riqueza natural, paisajes terrestres y marinos, sus ecosistemas, procesos biológicos y ecológicos, así como su biodiversidad cumplieron con los criterios naturales establecidos por la Convención de Patrimonio Mundial, así como con las condiciones de integridad, protección y manejo”, agregó la dependencia.

Las islas están integradas de tal forma que permiten la sobrevivencia de diversas especies de tiburones y dentro del espacio que delimitan se encuentra la mayor congregación de mantarrayas gigantes (Manta birostris) que incluye una variante negra, pocas veces vista en otras partes.

Las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) son visitantes de la zona, mientras que el pez Ángel de Clarión (Holacanthus clarionensis) es una especie única.

El aislamiento ha generado especies de aves endémicas en la región: el Tecolote enano de Socorro (Micrathene whitneyi graysoni), el Centzontle de Socorro (Mimus graysoni), Chivirín de Socorro (Thryomanes sissonii), y Chivirín de Clarión (Troglodytes tanneri).

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