Festival Internacional Cervantino

Dos à Deux y su perturbador viaje al interior

Los asistentes en ocasiones tuvieron la sensación de estar dentro de una película o en un sueño, pues fue una invitación a percibir y sentir

Una de las escenas del montaje que se presentó en el FIC.
Una de las escenas del montaje que se presentó en el FIC.Foto: Cortesía Leopoldo Smith Murillo
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En Guanajuato, Guanajuato

Mientras tú volabas, yo creaba raíces, el viaje perturbador y que embelesa, de la compañía Dos à Deux, fue ovacionado en el Festival Internacional Cervantino, donde los asistentes en ocasiones tuvieron la sensación de estar dentro de una película o en un sueño, pues fue una invitación a percibir y sentir.

Sólo fue necesario que se apagaran las luces en el Teatro Juárez de Guanajuato y mirar solamente un enorme círculo en el escenario en el que se veían diversas figuras formadas por las piernas de los intérpretes, para saber que se estaba ante una obra fuera de lo convencional y que retaría a los sentidos.

En los primeros 20 minutos se vieron escenas como la de un hombre nadando en el fondo de un océano o a este personaje siendo absorbido por él mismo a través de una pantalla. La puesta fue interrumpida porque hubo un error técnico en la iluminación, el eje para crear el resto de las imágenes visuales que se verían. Pese al inconveniente, el público esperó paciente y la directora del FIC, Mariana Aymerich, subió al escenario para informar que la compañía quería volver a correr la obra desde el inicio.

No fue difícil volver a adentrarse a este viaje interior, pues entre las sombras, parecía que uno estaba dentro de ese lugar onírico y no sólo fungía como espectador. Perturbaba observar a un ser con grandes brazos, a alguien lanzarse al vacío, a una persona ensangrentada o a un hombre encadenado tratando de liberarse —¿liberarse de sí mismo?—, pero también fascinaba sentirse como en un tiempo suspendido de 50 minutos en el que todo fue “ver con los oídos y oír con los ojos”, como se dijo en el programa del montaje.

Al final, cuando todo volvió a irse a negros y se encendieron las luces para “regresar al Teatro Juárez”, el público se desbordó en aplausos y gritos para los intérpretes y creadores del montaje André Curti y Artur Luanda Ribeiro, representantes de Brasil, país invitado de honor en esta edición del FIC.