Especial
Si de algo no carece el estado de Guanajuato es de sitios históricos y ciudades con memorias heroicas. Celaya, por supuesto, es una de ellas, con todo el bagaje y peso de estar entre las primeras en recibir al cura Miguel Hidalgo, y las sobradas muestra de apoyo de sus hombres y mujeres a los independentistas, junto al irrefrenable deseo popular de unirse a la causa libertadora. Fue tal la impresión de pronta sublevación que percibieron los españoles en la Villa, que ante la negativa de refuerzo pedidos a Querétaro se retiraron a aquella otra ciudad dando por perdida a la rebelde Celaya, a la que el 21 de septiembre de 1810 hicieron su entrada el cura Miguel Hidalgo, junto a Ignacio Allende y demás jefes insurgentes, victoreados y seguidos por el júbilo de los pobladores de la ciudad.
Por supuesto, el hecho histórico de la toma de Celaya no ocurrió de forma totalmente incruenta, y tras la entrada la ciudad de los insurgentes, la tropa se dedicó al saqueo de los bienes de los europeos asentados allí, al que se unieron muchos de los pobladores simpatizantes, presos liberados, etcétera.
Pero el hecho que marcó definitivamente a Celaya y a su historia, se desarrolló el 22 de septiembre, un día después de la llegada a la ciudad, cuando en los extramuros de la misma se concentraron los contingentes de insurrectos, que ya ascendían a 20 mil hombres, y con gritos de vivas propusieron y ratificaron a Miguel Hidalgo como Capitán General, y a Ignacio Allende como Teniente General del ejército insurrecto.
Tras el trascendental evento, Hidalgo dirige un encendido discurso a los presentes, pueblo de Celaya e insurgentes, todo un ejemplo de elocuencia. Durante los días siguientes el Padre de la Patria envía cartas a autoridades españolas poniendo en su conocimiento la irreversible decisión de la independencia, y le advierte de la importancia de entender esa circunstancia. Junto a esto, dispone la salida de un contingente de sus hombres rumbo a Guanajuato, por dos poderosas razones, quitar presión a la ciudad de Celaya, reducida en posibilidades de albergue y vituallas, y tener una avanzada en aquella ciudad que estuviese al tanto de los movimientos de la intendencia.
Luego vendrían tiempos turbulentos para la nación y para Hidalgo, que fue excomulgado y como tal condenado por la iglesia. Conocería a José María Morelos y Pavón que se le ofrecía como capellán, pero al que la mirada experta del cura de Dolores reconoció como hombre superior, y allí mismo lo nombró su lugarteniente “para que en las costas del sur levantara tropas”. Unos días después, en Acámbaro, se superaron todos los grados otorgados en Celaya, y el Capitán General, Miguel Hidalgo, fue proclamado Generalísimo de las Américas.
La última vez que Miguel Hidalgo estuvo en la ciudad de Celaya, fue el 13 de noviembre de 1810, tras el desastre de la Batalla de Aculco, y la deserción de la mitad de las tropas insurgentes, a causa de ésta. En esa oportunidad escribe una carta a los jefes explicando, o intentando explicar la derrota, y su decisión de no entrar a la Ciudad de México.
Ya después vendría su captura, lejos de la “Villa de Zalaya”, el proceso militar en su contra, y su muerte por fusilamiento, al amanecer el 30 de julio de 1811, sentado en un banco, con la mano en el corazón y los ojos vendados.
Celaya, sin dudas una de las cunas de la independencia, seguiría fiel a la memoria del caudillo y a las ideas de independencia, regalando muchos mártires y nombres al panteón de los héroes de México.
Protagonistas Insurgentes de Celaya
» Rafael Aguilar (Denunciado a la Inquisición)
» Fabián Antonio (Condenado a muerte por insurrecto)
» Tomás Aguirre (Solda- do de de Celaya)
» Teresa Bara (Acusada ante la Inquisición por partidaria de los insurgentes)
» Nicadora Cabrera (Acusada ante la Inquisición, por apoyar a los insurgentes)
» Carlos Camargo (Partidario de la causa antes de iniciarse)
» Ignacio Camargo (Relacionado con Hidalgo y Allende)
» Luis Cortázar Rábago (Jefe realista que se sumó a Iturbide)
» Manuel Díaz (Cura Interino acusado de defender a Hidalgo)
» Manuel Díaz de la Madrid (Capitán del regimiento de Celaya)
» José María González (Capitán del regimiento de Celaya)
» Tomás Guerra (Presbítero de Celaya, acusado por la Inquisición)
» Luis Herrera (Lego de la orden de San Juan que llegó a ser Mariscal)
» Luis Malagón (Prominente de Celaya acusado de defender a Hidalgo)
» Rafael Márquez (Acusado ante la Inquisición por apoyo a los insurgentes)
» Juan Mogica (Subdelegado de San Juan de la Vega que se pasó a los insurgentes)
» Ignacio Morales (Fraile guardián, defensor de Hidalgo)
» José María Mujica (Prominente de Celaya acusado ante la inquisición)
» Joaquín Natera (Vecino de Celaya acusado ante la Inquisición)
» Ramón Natera (Subdiácono independentista)
» José Antonio Oviedo (Vecino de Celaya, simpatizante de los insurgentes)
» Antonio Parodi (Fraile Franciscano que siguió la causa de Hidalgo)
» Pedro Pérez Arvizu (Presbítero que asistió a la junta de Celaya)
» José Fulgencio Rosales (Teniente de Celaya y coronel insurgente)
» Mariano Salazar (Fraile lector del Convento de Celaya)
» Ramón Tovar (Comandante militar de Celaya)
» Francisco Eduardo Tresguerras (Acusado de favorecer a Hidalgo)
» Vicente Velasco
(Eclesiástico acusado
de apoyar a Hidalgo)