Esta vez, no es un relato noir protagonizado por el investigador policial Edgar El Zurdo Mendieta: inefable detective de las novelas Balas de plata, La prueba del ácido, Besar al detective o Asesinato en el parque Sinaloa; en esta nueva entrega, La cuarta pregunta (Alfaguara, 2019), Élmer Mendoza (Culiacán, Sinaloa, 1949) se distancia veladamente del género negro y pone en manos de los lectores un road trip en que Capi Garay y sus amigos se sumergen en riesgosa travesía en busca de un tesoro.
El dato. El mes pasado fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras de Sinaloa, la Universidad Autónoma del estado destacó que su obra explora el habla de los habitantes del norte.
Mapa en manos con los indicios correspondientes, y a bordo de un jeep, el Capi, Dante, Murakami, Adria y Lluquet se disponen a seguir el itinerario que los conduce por una ruta llena de enigmas: para llegar a la fortuna tendrán que transitar de un tiempo a otro en el develamiento de escenarios insólitos. Mientras tanto, un sospechoso Mustang
Mach 1 los acecha.
“En 2014 publiqué El misterio de la orquídea calavera en la que aparece el Capi Garay envuelto en una fascinante historia entre surrealista y selvática. Ésta podría ser la continuación o su segunda parte. En aquélla está la enigmática orquídea; en ésta, un tesoro. El Capi Garay regresa a sus andadas: pide un consejo al cura del pueblo para recuperar el amor de la novia y como respuesta recibe el mapa de un tesoro con las pistas para encontrarlo. Inicio de una aventura a través de subrepticias mudanzas del tiempo”, aseveró en entrevista con La Razón, Élmer Mendoza.
¿En El misterio de la orquídea..., la selva; ahora, el desierto? Anuncio una trilogía con el Capi Garay en los espacios de la selva y el desierto en estas dos primeras, respectivamente; y lo subterráneo en la tercera, todavía en el tintero. El desierto es una geografía muy cercana, de joven la transité mucho. La ficción tiene en el desierto a un buen cómplice, pienso en Daniel Sada. Me encantan las fotografías del desierto, me veo allí, arropado en su singular resplandor.
“El desierto produce deslumbramientos. Por ejemplo, el cielo se inflama ante los ojos: esa perspectiva estimula la imaginación, la provoca”
Élmer Mendoza / Escritor
Explota usted el habla de los jóvenes... Sí, me apropio de los elementos del lenguaje de los jóvenes, eso fue muy embarazoso: totalmente diferente al lenguaje que uso en las novelas policiacas, donde la tonalidad responde a los parámetros de la violencia. Es el universo lingüístico de los muchachos de hoy, quise que se oyera verosímil, fue un reto encontrar esa entonación.
¿Resonancias de Rudyard Kipling, Stevenson, Verne y Mark Twain, entre otros fabuladores? A uno se le quedan esos retumbos. La selva de Kipling, los derroteros de los personajes de Twain, Stevenson, por supuesto, y de Verne ni se diga.
¿El Zurdo Mendieta y el Capi Garay son opuestos? Las edades son diferentes. Pero, hay cierto parecido en la conducta altruista de ambos y en la osadía: el tesoro que busca el Capi será donado a una comunidad acosada por la violencia. El Zurdo no tiene suerte con los amores; mientras que el Capi se enamora con frecuencia y le va bien, aunque se atribula frente a los
sobresaltos del amor.
¿Atmósfera fantástica contigua a la ciencia ficción? Ambiento la historia en la Reserva de la Biosfera El Pinacate y el Gran Desierto de Altar donde abundan los mitos. Se impone la fuerza prodigiosa de la naturaleza. La noche del desierto es mágica, única. Toda esa pasmosa cosmografía aparece en la novela.
La cuarta pregunta
Por Élmer Mendoza
Una cachetada me sacude y despierto.
Qué onda, güey, qué rollo.
Nos encontramos en mi jeep, tengo a Dante en el asiento del copiloto y es el que me zarandea. Tiene una cara como si lo único que quisiera fuera matarme.
Dónde estamos, pinche Capi, qué loquera es esta, güey, te pasas de lanza.
Veo a Pitágoras y a Murakami frente al jeep, tirando piedras al paisaje. Nos encontramos en un descampado arenoso donde crecen plantas de poca agua. Deben ser las siete de la mañana. Mi compa me observa inquisitivo. Entonces recuerdo: ayer agarramos la peda, eran nuestros primeros días de vacaciones de diciembre después de unos exámenes bien perrones. Dante estudia Historia; Pitágoras, Actuación; Murakami, Robótica, y yo, Agronomía. Empezamos temprano, anduvimos recorriendo expendios de cerveza, carretas de mariscos, taquerías y, al final, antros, compartiendo aventuras y lamentándonos de que no hay morra que nos pele…
Fragmento del libro
Élmer Mendoza
Nació: 6 de diciembre de 1949, Culiacán, Sinaloa
Profesión: Escritor, dramaturgo y cuentista
Otras obras. El amante de Janis Joplin, 2001; Efecto Tequila, 2004; Balas de plata (2008) y Asesinato en el parque Sinaloa, 2017, entre otras
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