El regreso del teatro clásico al Palacio de Bellas Artes fue todo menos solemne, en la nueva producción de Los empeños de una casa, de Sor Juana Inés de la Cruz, con la Compañía Nacional de Teatro, el público se embarcó durante dos horas y media en una comedia de enredos amorosos, aderezada con boleros y momentos en el que el recinto se convirtió en un gran karaoke donde se cantó a todo pulmón “Piel canela” y “Lágrimas negras”. El estreno la noche del jueves en el inmueble se llevó los aplausos de los asistentes.
Un dispositivo escénico circular en el escenario, diseñado por Jesús Hernández, fue el espacio donde se abrían y se cerraban puertas para presentar esta serie de enredos amorosos entre doña Ana de Arellano, Carlos Olmedo, Juan de Vargas; don Pedro y doña Leonor de Castro, algunos amados por la persona que no desean y otros pretendiendo a quienes no los aman.
La primera escena del montaje adaptado por Aurora Cano, directora de la Compañía Nacional de Teatro, presenta a Sor Juana Inés de la Cruz en su biblioteca con la virreina María Luisa, quien le encarga a la poeta una comedia, mientras la autora de “Amor es más laberinto” la está creando está envuelta en su propia tragedia, sintiéndose prisionera de su propio conocimiento, pero también mal correspondida por la virreina.
Después ocurren toda una serie de sucesos cómicos e hilarantes en los que baja una gran taza de café para recibir a Leonor; las artimañas de Ana para que Carlos le haga caso y se olvide de Leonor y los músicos Carlos Matus, Yurief Nieves y Edwin Tovar apareciendo para tocar algunos clásicos del bolero, como “Quizás, quizás, quizás”, “Contigo”, “Esta tarde vi llover” e “Historia de un amor”, temas interpretados por los actores y que sirven como hilo conductor de esta adaptación, pero también un recurso para traer a la actualidad la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, que sigue tan vigente como desde su estreno en 1683 durante los festejos por el nacimiento del primogénito del virrey conde de Paredes.
Mientras la obra transcurre, hay un momento en el que se anuncia al público que se prepare para cantar, lo cual inmediatamente desata las risas y como si fuera un karaoke en la pantalla aparece parte de la letra “Piel canela”, que enseguida comienzan a interpretar. Para Aurora Cano era importante este recurso para acercar a los espectadores con este teatro barroco.
Al final, lo logra, el público al final de la función aplaude efusivamente al haber visto una adaptación de Los empeños de una casa, distinta y con elementos que le evocaron su propia cotidianidad.
Los empeños de una casa continuará en el Palacio de Bellas Artes este sábado 18 de mayo a las 19:00 horas y el domingo 19 del mismo mes a las 17:00 horas.
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