Enrique Juncosa lleva a la ficción a Nietzsche y a Margaret Mee

Llega a México el segundo libro de cuentos: Los lagartos divinos (Galaxia Gutenberg, 2024), del poeta, ensayista y curador de exposiciones Enrique Juncosa (Palma, España, 1961), que prosigue por los mismos frisos de su primera entrega de relatos Los hedonistas (2014) en muestrario por diferentes espacios y tempo de ficticios pasajes de vidas de figuras del mundo de la filosofía, la literatura y el arte desde mediaciones que exploran situaciones íntimas, sentimentales y asombrosas.

Acudimos a la posada maloliente en Génova donde Friedrich Nietzsche estuvo alojado; y, asimismo, somos testigos del encuentro en Brasil de la poeta Elisabeth Bishop con la artista plástica Margaret Mee en medio de la jerga musical de los años 70 tras la aparición de la bossa nova. Itinerario que bosqueja un pasado oscilante con repercusiones en la actualidad: los años finales del siglo XIX, el fin del colonialismo ibérico en Guinea ecuatorial o aquella gozosa ciudad de Ibiza inmersa en las manifestaciones del movimiento contracultural hippie de los 60.

“He estado vinculado con el arte pictórico durante muchos años, fui director del Irish Museum de Arte Moderno de Dublín y también subdirector del Museo Reina Sofía de Madrid; quizás, se me relacione más como poeta y ensayista de temas de arte contemporáneo. Me nació la necesidad de escribir narraciones y di a conocer mi primer libro de relatos Los hedonistas (2014) que, para mi sorpresa, fue muy bien recibido por la crítica especializada. Regreso ahora con este nuevo cuaderno de 10 historias de tramas que transitan por distintos espacios y tiempo”, dijo a La Razón Enrique Juncosa.

¿Especulativos episodios de grandes figuras artísticas, literarias y filosóficas del siglo XX? De manera general, diríamos, que este volumen es una revelación de gestos de grandes figuras culturales del siglo pasado. Personajes que siempre me han inquietado y quise ficcionar, inventar circunstancias alrededor de sus existencias: así nacieron estos cuentos que exploran trance íntimos y sentimentales de, por ejemplo, Nietzsche, la poeta Bishop la pintora Margaret Mee o el célebre arquitecto-paisajista Roberto Burle Marx. Soy heredero de Cortázar y Borges. Algunos han calificado este libro como ‘raro’.

¿Cómo llega usted a configurar a ese Nietzsche homosexual en el cuento “Fritz y los lagartos divinos”? Debo aclarar que realizo una exhaustiva investigación para escribir sobre estos personajes, pero también me ‘invento’ otros para complementar situaciones diversas arropadas por ambientes extravagantes. En el caso del célebre filósofo alemán sabemos que tuvo un final envuelto en la demencia. Leí un libro donde se revelaba su homosexualidad. Practicó un trío sexual con Andrea Salomé y otro hombre. Su hermana quemó toda la correspondencia que sostuvo con Salomé y mandó al fuego sus diarios: eso ha impedido conocer al verdadero Nietzsche en sus actos más humanos y auténticos. Incluyo el poema “La barca misteriosa” de evidente referencia homoerótica. Sí, es un relato que ha llamado mucho la atención de los lectores.

¿Recorrido por períodos concluyentes del siglo XX? Tengo sumo interés por los años 30, el tiempo vacilante de la posguerra o las turbadas estaciones de los 60.

¿Un Brasil seductor en el relato “El oso hormiguero y el Maserati”? Así es, la pintora Margaret Mee explorando la selva de Brasil, la poeta Bishop y sus poemas brasileños dedicados a su amante Lota de Macedo. Un espacio hechicero nutrido además con la sensual cadencia de la bossa nova.

¿Qué motivó la escritura de “Melania Trump, el hámster y los tacos cochinita”? Todo nació de algo que leí en la prensa que me pareció muy espectral sobre un hámster arrojado en el lavabo de un avión. Juego con los nombres: el hámster, Melania, mascota de una niña que viaja con ella en avión, y la primera dama estadounidense que de acuerdo a la niña “era la mujer más guapa del mundo”. Relato muy sugestivo desde el monólogo de una pequeña.

¿Protagonistas que logran redención por su atadura con la cultura y el arte? Sí, así lo creo. Personajes abrumados que se redimen por sus relaciones concluyentes con el mundo cultural y artístico. Todos son creadores, están perseguidos por la perplejidad del acto creativo. Me sumerjo en una investigación sobre ellos y me atrevo a ficcionar acciones sobre determinados momentos de sus vidas.

¿Seguirá escribiendo narraciones? Claro, tengo en mente un tercer libro de cuentos. Daré a conocer una novela. Y, asimismo, un poemario y un volumen de ensayo. Combino la escritura con mi trabajo como comisario de exposiciones, creo que ambas actividades convergen.