Entrevista con: Eduardo Salazar

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Foto: larazondemexico

Por Yuliana García

yuliana.garcia.razon@gmail.com

Saltó del helicóptero a la guerra. Con 23 años de trayectoria, licenciado en ciencias y técnicas de la comunicación, egresado de la Universidad del Nuevo Mundo, Eduardo Salazar, uno de los rostros más conocidos de noticiarios de Televisa, no ha logrado aún un titular importante dentro de la empresa, pero sigue luchando día a día para conseguirlo.

En entrevista con La Razón, Lalo Salazar, quien presenta la sección informativa del programa Matutino Express y es titular de un noticiero en Radio Trece, reconoció que en su carrera hay mucho que hacer y descubrir. Asegura que ser corresponsal de la desgracia no ha sido el esplendor de su trabajo.

¿Qué significa este oficio en tu vida? Para mí el periodismo es el oficio más maravilloso que hay en el mundo, no me veo haciendo otra cosa, me encanta ser reportero, todos los días me levanto pensando en la información que tengo que buscar, procesar y dar a conocer, es un oficio que te da muchas satisfacciones, que implica retos claro, pero sobre todo, es una herramienta fundamental para que el país pueda avanzar, tratando de que sea de manera conciliatoria.

¿Qué te deja al llegar la noche? ¿Qué satisfacciones? Cuando logras conectar lo que tú vives, ves, hueles y sientes en el lugar de la noticia y lo das a conocer, todo está bien. Cuando haces el recuento del día y logras esto, es realmente satisfactorio. Una de las grandes cosas que te da esta profesión es la posibilidad de ser un hombre de mundo, conocer personalidades que quizá en con una profesión normal no podrías.

¿Con qué entrevista te quedas? La que le hice al investigador francés Jacques-Yves Cousteau. Fue un personaje que siempre se preocupó por este planeta. Lo que más me impactó al charlar con él fueron su calidez humana y su forma de transmitir su preocupación por la salud de la Tierra.

Lo entrevisté en 1992 en la Cumbre de la Tierra en Brasil. La idea de cómo tenía que actuar el mundo para tratar de salvarlo me sedujo, sin duda es de los personajes que más me han marcado.

¿Qué noticia te gustaría leer en los titulares de mañana? Que la educación en México tiene los primeros lugares en capacidad y productividad, que México está creciendo al 15 por ciento y que no hay hambre.

¿Cómo fue tu incursión en Televisa Trabajé un año y medio sin sueldo, sólo como aprendiz, cosa que agradezco muchísimo porque esas experiencias me enseñaron a hacer periodismo. Hubo días que no fueron fáciles para mí. A veces la inseguridad te invade cuando estás diciendo algo al aire, pero son etapas, hay que aprender de los tropiezos para seguir adelante.

¿Quiénes fueron tus maestros? Jacobo y Abraham Zabludovsky, Joaquín López Dóriga, Guillermo Ortega Ruiz, Ana Cristina Peláez, Juan Manuel Rentería, y sigo aprendiendo. Soy de las personas que aprenden de todos, de los jóvenes con los que trabajo, por ejemplo.

Esos 101 días como corresponsal en Irak dejaron huella, ¿volverías a cubrir una guerra? A pesar de que esos días fueron complicados, sí lo haría. A los reporteros nos gusta estar donde surge la noticia, sobre todo cuando los eventos cambian el rumbo de la Tierra, la geografía de los países o su política. Hablar con la gente que vive los cambios y ser testigo es siempre lo que uno busca.

Durante ese tiempo, los reflectores se volcaron hacia ti. Se especuló, serías tú quien secundara a Joaquín López Dóriga, y no Carlos Loret de Mola; se esperaba que tuvieras un noticiero propio. ¿Qué hiciste mal? Son decisiones que le competen única y exclusivamente a los directivos de la empresa. Yo tengo que chambear y seguir ahí, buscando un lugar importante, sigo luchando. No creo haber fallado en nada y Loret lo hace muy bien.

¿Estás satisfecho en Matutino Express o preferirías un espacio más serio?

Definitivamente estoy bien. Son formas diferentes de dar a conocer la información. Cada una tiene su público pero el periodismo no es serio o vacilador; la nota está y la estrella es la noticia, no quienes la dicen o cómo la dicen; no importa cómo es que se dé a conocer, lo importante es informar.

¿Qué le falta hacer a Lalo? Mucho. Me falta mucho, tengo que seguir trabajando y aprendiendo día a día.

Aunque para Salazar los días de guerra fueron complicados, no considera que signifiquen el esplendor o la cúspide de su carrera: “la mejor noticia es la que vas a cubrir hoy, no la que ya diste a conocer”.

Reportero del aire

Ingresó como reportero a Televisa en 1987, cuando apenas tenía 22 años.

De enero de 1994 a enero de 2003 reportó diariamente desde un helicóptero.

Fue corresponsal de guerra durante el ataque a las fuerzas de Bagdad en 2003, mismo año en el que recibió el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo y el Premio Nacional de Periodismo que otorga el Club de Periodistas.

Es autor del libro Todo por la vida donde vierte, fragmentos de los 101 días que pasó como enviado especial en la guerra de Irak.