Se despide de la CND

Erick Rodríguez, 20 años desafiando estereotipos en el ballet

El primer bailarín termina esta etapa de su carrera con el ballet Onegin en el Palacio de Bellas Artes; “me gusta interpretar personajes que se salen del arquetipo del príncipe azul”, afirma a La Razón

El artista, en el papel de Onegin, previo a las funciones.
El artista, en el papel de Onegin, previo a las funciones. Foto: García-Jáuregui

El renombrado bailarín principal, Erick Rodríguez, culmina una carrera de 20 años con la Compañía Nacional de Danza (CND) con el ballet Onegin, en el que desafía los estereotipos de la danza como lo ha hecho durante gran parte de su trayectoria, al optar por roles que salen del “príncipe azul”, aseguró en entrevista con La Razón, previo a la primera función de su gala de despedida ayer en el Palacio de Bellas Artes.

“Si bien mi prototipo de bailarín quizás se acerca más a un príncipe debido a mi físico, me gustan estos desafíos de interpretar personajes que se salen por completo del estereotipo del príncipe azul… me gustan los personajes toscos. Son retos que me gustan enfrentar y llevar a cabo, por eso elegí interpretar a Onegin para cerrar mi carrera. Me desafía a superarme y hacer cosas que normalmente no haría en ningún otro contexto y que incluso podría repudiar”, comentó el primer bailarín.

Compartió que en sus últimos años en la Compañía Nacional de Danza se concentró en interpretar a personajes antagónicos, “como Lescaut, el hermano de Manon, que no sería un antagonista, pero es un hombre que traiciona a su hermana; a Yago, que tramó una intriga para hacer que el moro matara a su esposa Desdémona. Además, interpreté al carcelero de Manon, un hombre que viola a una mujer en la prisión. Son retos que me gustan precisamente porque son personajes que no tienen nada que ver conmigo y me exigen ir más allá de mis límites habituales”.

Rodríguez dijo que si bien, Onegin fue un personaje que ya había visitado hace 13 años, que fue la primera vez que lo interpretó, ahora se siente más preparado “en todos los sentidos, sobre todo, porque he vivido mucho más y soy más maduro. Algo interesante que he notado, y que en aquel momento no era tan consciente o no lo había percibido de esa manera, es que los movimientos por sí solos hablan, no es necesario añadir mucho más”.

Además, resaltó la preparación meticulosa para su papel, la cual incluyó una inmersión en la novela original de Alexander Pushkin y una exhaustiva investigación de la Rusia aristocrática.

La elección de Onegin como su despedida de la CND, además de su deseo de salir de los arquetipos habituales, también estuvo motivada por la importancia que tiene esta obra en el mundo de la danza, reveló Rodríguez.

“Es una de las grandes obras del siglo XX en la danza, una verdadera obra maestra (…) es uno de los pocos ballets cuyo nombre es el de un hombre. No es La Bella Durmiente, no es Carmen, no es El lago de los cisnes; es Eugene Onegin, así se llama el ballet. El protagonista, de alguna forma, es él.”, expresó Rodríguez, bailarín que desde pequeño tuvo una vena artística, creció viendo obras de teatro e imitando a sus padres quienes eran actores.

Ahora que termina esta etapa en la Compañía Nacional de Danza con la gala que tendrá funciones hasta el 12 de noviembre, Rodríguez compartió que si bien a otros les tocará juzgar cuál fue su legado dentro de la agrupación, reconoció que uno de sus grandes sellos fue la autenticidad.

“Cada vez que estoy en el escenario trato de ser honesto conmigo mismo primero y ser auténtico con el público. No creo que sea un legado, pero puedo decir que lo que he aportado es ser siempre auténtico en el escenario y dar lo mejor de mí en cada actuación. Eso no creo que sea diferente, pero sí considero que es algo que he intentado hacer como intérprete y como persona durante mi tiempo en la compañía”, finalizó Erick Rodríguez.

Una carrera fructífera

Sobre la despedida de la Compañía Nacional de Danza del primer bailarín Erick Rodríguez, directores de agrupaciones como la del Estado de México y del Taller Coreográfico de la UNAM destacan la técnica y virtuosidad del intérprete.

“Ha tenido una carrera espléndida y maravillosa. Creo que es bueno que el público mexicano haya podido disfrutar de su arte, su técnica y su proyección artística en la Compañía Nacional de Danza”, señaló a La Razón el director de la Compañía del Estado de México, Jasmany Hernández.

Por su parte, el director del Taller Coreográfico de la UNAM, Diego Vázquez, recordó que las veces que ha colaborado con Rodríguez en sus puestas en escena fue un deleite: “Es un estupendo primer bailarín, un bellísimo bailarín y un gran intérprete. Creo que con su próximo retiro con Onegin, realizará un magnífico trabajo, como lo ha hecho a lo largo de su brillante y hermosa carrera”.

  • Nació: 1983, en Cuba
  • Trayectoria: Fue bailarín del Ballet Nacional de Cuba (2000-2002), ingresó a la Compañía Nacional de Danza de México en 2003, donde seis años más tarde fue nombrado primer bailarín; ha trabajado con figuras como Alicia Alonso, David Howard y Nellie Happee
  • Cuándo: 7, 9 y 12 de noviembre
  • Dónde: Sala Principal del Palacio de Bellas Artes
  • Horarios: domingo, 17:00 horas; martes y jueves, 20:00 horas