Este domingo celebran el centenario del autor

Bukowski, a un siglo del escritor que habló sin tapujos de la sexualidad

Es uno de los más descarnados exponentes de la literatura norteamericana; abordó el abuso sexual infantil en “La historia de un violador” y “El maniaco”

Charles Bukowski
Charles Bukowski Foto: Especial

No hemos entrevisto los alcances de la escritura de Charles Bukowski: “último escritor maldito de la literatura estadounidense”, corean las reseñas. Pocos se detienen en los ecos frágiles de un escritor acusado de un estilo procaz y de un ‘exhibicionismo literario’ de obcecaciones vulgares. No: el autor de Mujeres es uno de los más descarnados exponentes de la literatura norteamericana.

Los adolescentes van en busca de sus libros para masturbarse en las rondas de unas perturbadoras historias obscenas; pero, nunca deletrean el asonante y lírico resplandor del secreto erótico de sus relatos y novelas. Chinaski, su álter ego: hombre turbado, enigmático, callado y esquivo. Todo revolotea a su alrededor como una sombra. Admirador de Carson McCullers, siempre tenía a la mano un ejemplar de El corazón es un cazador solitario. La soledad, tema que escolta sus ficciones.

Canciones, alcohol y mujeres: delirante triángulo que el autor de La senda del perdedor abrazó con vehemencia en ficciones de sexualidad transgresora. / Bukowski abordó el abuso sexual infantil en “La historia de un violador” y “El maniaco”.

El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco: folios humedecidos por una mordaz clarividencia: Bukowski subraya su desencanto. “Yo, cuando me agacho para ponerme los zapatos por la mañana, pienso: Ah, Dios mío, y ahora qué. No me sorprende que los manicomios y las cárceles estén llenos”. Testamento del viejo indecente que lo que más le gustaba era rascarse los sobacos.