En Bogotá, Colombia
En una industria editorial cada vez más compleja y en una época en la que las personas están ávidas de experiencias lectoras que los acerquen con sus autores favoritos, pero que también les permita compartir su pasión por la lectura con otros, nace Tinta Club del Libro, un proyecto colombiano que crea toda una experiencia en torno al libro para atraer a lectores, quienes cada mes tienen la posibilidad de recibir en su casa la edición especial de una obra curada por escritores de renombre como Leonardo Padura, Elena Poniatowska y Mariana Enríquez, acompañada de una revista que profundiza sobre el ejemplar en cuestión, todo en una caja especial que lo convierte en un objeto de arte, listo para disfrutar.
“El proyecto nos muestra esas ganas de la gente de tener experiencias culturales diferentes e innovadoras… Es celebrar el libro como objeto, que sientas cuando lo recibes en tu casa que es un gran regalo, una obra de arte, que la aprecies, creo que eso influye en la experiencia de lectura que tiene cada persona, el valor que le dan al pertenecer a un club de este estilo, porque tenemos encuentros todos los meses para compartir la lectura, nos han acompañado curadores como Leonardo Padura”, dijo en entrevista con La Razón Sandra Pulido Urrea, publisher de Tinta Club del Libro y exdirectora de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Del proyecto que nació hace casi un año y ya cuenta con mil 500 suscriptores, hasta el momento se han publicado ocho libros, entre éstos, dos de autoras mexicanas, Las posibilidades del odio, de María Luisa Puga, cuya tapa tiene un diseño que alude a las raíces prehispánicas de nuestro país; y Balún Canán, de Rosario Castellanos, con el diseño de una mujer indígena. Ambos fueron recomendados por Elena Poniatowska.
“María Luis Puga fue un descubrimiento maravilloso, contamos con Irma Reyes, una experta en su obra, y su hermana Patricia Puga, quien nos contaba anécdotas familiares, incluso esa relación obsesiva con la escritura que muchas veces Patricia decía tenerle celos, hasta una cosa más académica. Todos llegaron a unas lecturas tan profundas, porque a pesar de que nos hablen en historias en Kenia, tanto México como Colombia tienen tantas historias de discriminación, de machismos, de racismo, de todas estas segmentaciones que nos han separado y dividido. Es la muestra de que en Colombia sentimos a México muy cerca”, comentó.
La idea es que las personas tengan la oportunidad de acercarse a los autores que recomiendan las obras, pues es una manera de que conozcan qué lecturas han sido cruciales en su trayectoria, ya que como bien decía el argentino Jorge Luis Borges, un escritor también es “todos los autores que ha leído”.
“Nos interesan los curadores que sean conocidos en Colombia, pero que también nos interesan como lectores que son, que nos recomienden esas lecturas, me parece superchévere saber qué está leyendo Mariana Enríquez o Elena Poniatowska y, que las personas tengan un pedacito de esa biblioteca en la suya, que les permita construir esa biblioteca personal”, contó Sandra Pulido Urrea.
Cuando un autor es invitado se le proporciona una temática relacionada con los tópicos que forman parte de su obra.
“Poniatowska es una de las autoras vivas más importantes de América Latina, es de las experiencias más bonitas porque también quisimos buscar un reconocimiento económico y ella dijo que no le interesaba la plata, regalamos dos suscripciones anuales a nombre de ella en Colombia”, agregó.
A cada curador se le pide que elija 12 libros acerca de un tema en específico, a partir de éstos, el equipo de Tinta Club del Libro selecciona dos, una labor que significa un trabajo titánico, porque entre los grandes retos está conseguir los derechos.
“Nos mandan los 12 libros e investigamos, leemos, reelemos, vemos cómo están los derechos editoriales, si es un gran descubrimiento para nuestros lectores, mandamos a un primer grupo de lectores para que retroalimenten también la lectura, es nutrirnos de otras opiniones para definir los libros que se van a publicar, entonces, esa distancia entre editor y lector es muy cortita”, dijo.
Otra parte importante es la revista que acompaña cada libro, porque en ésta se incluyen, por ejemplo, cómo se llegó a este ejemplar que recibió el lector, datos curiosos del autor de la obra, qué otros títulos forman parte de la biblioteca del curador, además de entrevistas y reseñas. La publicación funge como un complemento para conocer más del compendio.
“Cuidamos la calidad literaria de la revista, en México de pronto hay un poco más, pero en Colombia quedan como tres, no hay revistas, no hay crítica literaria, entonces hay lectores que participan y escriben reseñas, les damos esa voz. También es un gran trabajo comprar los derechos de los libros que estamos editando, no es cualquier cosa, prendo muchas velas blancas cada vez que mando un mail a agencias o editoriales, pero nos reconforta cuando hay historias como la de una persona que lloró porque había buscado por tierra y mar un libro y lo recibió con nosotros, eso nos nutre. Es maravilloso que en un mundo en el que pasan tantas cosas, Tinta Club del Libro sea un alivio y un buen plan, también pienso que vivimos en un mundo tan acelerado, tan demandante, de tanto bombardeo que somos ese espacio para ti, para leer, si quieres compartir tu experiencia de lectura, tienes eso”, añadió Pulido Urrea.
En Tinta Club del Libro se han publicado Cáscara de nuez, de Ian McEwan; Memoria del fuego, de Eduardo Galeano; El ojo de Goliat, de Diego Muzzio; La edad de Hierro, de J. M. Coetzee; Sula, de Toni Morrison; Cuánto oro esconden estas colinas, de C Pam Zhang; El pianista, de Manuel Vázquez Montalbán; y Reflejos en un ojo dorado, de Carson McCullers.
Hasta ahora sólo hace envíos en Colombia, pero el plan es extenderse por Latinoamérica. “Soñamos con ser el club más grande de América Latina, pero nos va a tomar un tiempo, para llegar a México tenemos que prepararnos muchísimo porque es media Suramérica”, concluyó.
- Reflejos en un ojo dorado
- Sula
- La edad de Hierro
- Memoria del fuego
- Balún Canán