Después de ser seleccionado en 2018 dentro del programa Al ruedo: ocho escritores emergentes de la FIL de Guadalajara y de dar a conocer la novela La felicidad de los perros del terremoto (2019) y el cuentario Los leones de bronce (2021), Gabriel Rodríguez Liceaga (Ciudad de México, 1980) pone a disposición de los lectores La sombra de los planetas (Random House, 2023): fábula que da cuenta de fortuitos incidentes durante 24 horas en la convivencia de una pareja: Damiana y Santiago están imbuidos en los azares de una adicción afectiva asediada por impudicias sentimentales en que los gozos y las desilusiones irrumpen en la ruta de los anhelos.
Dispuesta en las voces alternas de los protagonistas en un juego de versiones introspectivas de los hechos: ella ha sido despedida de su empleo como maestra de primaria y se dedica a dibujar; él simula que trabaja en una oficina mientras escribe un texto sobre delectaciones amorosas. Ciudad de México: telón de fondo de las obsesiones de estos dos personajes cordiales, contradictorios y extravagantes. “El desencanto convive con el humor salvaje y la procacidad con la ternura; un libro inteligente y disfrutable, en el que la Ciudad de México palpita con la delirante intensidad que sólo tiene en la vida misma”, asienta en la cuarta de forros el escritor Daniel Saldaña París.
“Entrego una ficción que explora temas que me interesan: el amor y las secuelas que lo acechan marcadas por el desencanto. Seguimiento de una pareja singular durante un día en la Ciudad de México. Ella al fin, después de que pierde su trabajo como maestra, puede dibujar con libertad y compartir sus retratos con gente de la calle; él, en el trabajo, escribe textos acerca de sus experiencias amatorias. Dos personajes extraños y joviales, envueltos en los trances del amor. Quise develar sus intimidades, las cuales convergen quizás con mis obcecaciones”, comentó en entrevista con La Razón, Gabriel Rodríguez Liceaga, Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2012 por Perros sin nombre.
¿Indagación en recodos íntimos de las relaciones humanas? Desde el amor, exploro cómo esos vínculos están asediados por la presencia de frustraciones, soledades y silencios. Hay una propuesta de reflexionar sobre la existencia y los afectos que la sustentan.
Entrego una ficción que explora temas queGabriel Rodríguez Liceaga, Escritor
me interesan: el amor y las secuelas que lo acechan marcadas por el desencanto. Seguimiento de una
pareja singular durante un día en la Ciudad de México
¿Relato de amor y desamor? Estos dos personajes se aman, pero se van olvidando uno del otro hasta la llegada de la soledad. Parece que la vida presenta esas opciones. El amor, muchas veces es dañino y, sin embargo, seguimos atados a sus coordenadas. Santiago y Damiana: alegorías de rendiciones sentimentales y también de persistencias.
¿Qué tanto hay de Santiago en usted? Me identifico mucho más con Damiana en el sentido de sus obsesiones y de sus propósitos de vida. Santiago también tiene índices de lo que soy, quizás en esos episodios donde simula que trabaja en su oficina y en realidad se la pasa escribiendo sobre sus conquistas amorosas.
¿Humor e ironía en la presentación de los gestos de los protagonistas? Son personajes complejos, frágiles, inconstantes. Necesitaba del humor y de la ironía para entrar en sus intimidades, carencias y perturbaciones.
¿La inserción de dibujos de Damiana me recuerda a lo que hace Sebald en sus novelas de incorporar imágenes dentro de lo textual? Conozco Austerlitz, la gran novela del escritor alemán con esas sugerentes fotografías insertadas en el cuerpo narrativo; pero, no: los dibujos de Damiana que aparecen dan testimonio de las motivaciones que impulsaron su realización.
La sombra de los planetas
Gabriel Rodríguez Liceaga
Me corrieron de mi empleo como maestra de primero de primaria porque les dejé de tarea a mis alumnos que investigaran por qué no habían sido abortados.
Llenar el refri, comprar mota y pagar la renta será responsabilidad mensual de Santiago hasta nuevo aviso. Lo alcancé en su chamba para darle la noticia y aprovechamos para desayunar algo. En general le encanta mostrarse estoico ante los problemas que sí lo son. Como siempre: me da apoyo, dice que me enfoque en mis dibujos, propone medidas y ahorros. Santiago siempre quiere tener en las manos la solución rotunda e instantánea de cosas que en el fondo no entiende. O que le da hueva entender. Si le digo que tengo cólicos, responde: “Tómate algo”, por poner un ejemplo. Es muy doloroso haberme quedado sin empleo una vez más. Como si no fuera apta para la vida.
Aunque realmente es la sala de un hogar customizada para recibir a oficinistas y albañiles hambrientos, esto es una fonda. Una vecindad de cocinas económicas gloriosamente incrustada en una grieta del nuevo Polanco y que insiste en no perder la batalla contra la asquerosa comida rápida. Estamos sentados en el comedor familiar, nos rodean paredes con los diplomas escolares de todos los integrantes de la familia y sus fotos en Tequisquiapan, en Acapulco y, creo, en Ixtapan de la Sal. También hay una curiosa reproducción de La última cena hecha con cuentas de colores y chaquiras. Cuando la mesera se descuida, la cabeza de un perro rastudo aparece babeando tus rodillas y olfateando las sobras del plato (...)
FRAGMENTO TOMADO DEL LIBRO
- · Autor: Gabriel Rodríguez Liceaga
- · Género: Novela
- · Editorial: Random House, 2023
- · Nació: Ciudad de México, 1980)
- · Galardones: Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2012 con Perros sin nombre, Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez 2015 con ¡Canta, herida! y el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2017 con la novela Aquí había una frontera