Hemos sido testigos de las voces del escritor, politólogo y analista Federico Reyes Heroles: por un lado, el novelista (Ante los ojos de Desirée, Noche tibia, El abismo, Sensé...) edificador de sensuales y prodigiosos episodios; por otro, el ensayista de corte filosófico y político (Conocer y decidir, Memorial del mañana...) expositor de corrientes del pensamiento moderno que le han valido reconocimiento en los ámbitos académicos; además del ensayo biográfico (Orfandad: el padre y el político) de sutiles revelaciones personales.
Circula en librerías de México Registro. Mapa e inventario de uno mismo (Alfaguara, 2020), en que el autor de Alterados: Preguntas para el Siglo XXI entrega treinta y seis breves ensayos narrativos donde la imaginación literaria se entrecruza con el rigor analítico en una suerte de examen bosquejado desde la autoficción: cartografía y también catálogo de obsesiones, entusiasmos y ceremonias.
Textos marcados por Michel de Montaigne en la consumación de una enumeración de actos que van de referencias cotidianas a especulaciones, rituales y connivencias con gestos que alimentan el sentido de la vida: la música, la conversación, la noche, los jardines, las caricias, los perros, las veneraciones, los espejismos, el erotismo y la presencia de la muerte, entre otras coordenadas existenciales.
“Doy a conocer un escrito que levanta un ‘registro’ de las coordenadas que han dotado de sentido a mi vida. Creo que los escritores intentamos dejar huellas de esos momentos que van marcando la vida. Reflexiono sobre las pequeñas acciones del día a día. Decidí que hay que hablar de las cosas personales tal y como son, sin ocultar al lector nada”, expresó en conversación telefónica con La Razón, el también profesor universitario y columnista político, Federico Reyes Heroles.
¿Libro muy pertinente frente a la perplejidad de estos días? Registro es un libro muy personal, lo terminé ya iniciada la pandemia, pero lo fui escribiendo poco a poco porque eran imágenes que tenía que explorar con sosiego, con detenimiento. Lo entregué a la editorial y supuse que no saldría en formato físico; pero, decidieron publicarlo en formato de papel porque razonaron que era un libro de lectura muy oportuna para estos días de pandemia.
¿Podemos administrar la fuerza de la vida? Es quizás, una de las ‘tramas’ del libro: ¿Cómo distribuir la porción de felicidad que nos arropa? Recordar es gozar el pasado. Los recuerdos hacen que la vida no sea tan tediosa. Registro está escrito desde los flujos de la memoria. La fuerza de la vida, esos breves instantes frente al esplendor de un árbol, por ejemplo.
¿En el libro se percibe que podemos disfrutar de gozos que parecen inaccesibles? Gozos accesibles y a buen precio. Hay que evitar llegar a la noche y darse cuenta que nunca estuvimos con nosotros. La soledad y el silencio: gozos que están ahí a la vuelta de la esquina.
¿El tono del ensayo empalmado con el apunte, la crónica, el anecdotario y lo narrativo? Reflexiones que intentan testimoniar la vida como un viaje. Lo hago desde mi perspectiva y presento un mapa que los lectores pueden recorrer. Intento, sin muchas elucubraciones, glosar el sentido que tiene la existencia. El tono discursivo está concebido desde lo heterogéneo.
¿Estructura como una composición musical de movimientos variados: adagio/lento, vivace, maestoso...? Melómano incurable que soy, no dudo que se perciba con ciertos rangos estructurales donde cada texto prefigura al contiguo en su entonación.
Registro
POR Federico Reyes Heroles
De buena fe
Instantes, ha dicho Ernesto Sábato, la vida, ese flujo incontenible, al final está compuesta sólo por instantes. Son ellos los que quedan en nuestra memoria. Pero el instante es fugaz. La embrujante fugacidad de la palabra instante delata el reto, el desafío de la provocadora cacería que nunca cesa. Pero si la vida sólo es instantes y éstos fueron y son producto del azar, nuestra existencia tendría poco sentido. Sería tanto como ser iluminado sorpresivamente desde el cielo y poder lanzar nuestra mirada a un horizonte infinito que, de inmediato, desaparece para regresarnos a la oscuridad o a la penumbra, en el mejor de los casos. Deslumbrados, sólo recordaremos el paisaje que se exhibió ante nosotros, imágenes difusas, en fuga. No podremos escudriñar, menos aún caer en el deleite de razonar lo que estuvo ahí frente a nosotros y que sacudió nuestra alma. Recordar es grandioso, pero volver a vivir pareciera mucho mejor. Pienso en esa posibilidad de incorporar a nuestros deseos la visita intencional a ese sitio o circunstancia que alimentó nuestra vida. En la primera ocasión fuimos prisioneros, acaso gozosos prisioneros, del azar. Pero la revisita es producto del recuerdo y de la voluntad. (...)
Fragmento del libro.
- Escritor, político y analista
- Nació: 1955, en la CDMX
- Galardones: Premio Malinalli en Artes, Premio Bibliófilo 2016 que otorga la FIL Guadalajara
- Autor: Federico Reyes Heroles
- Género: Ensayo
- Editorial: Alfaguara, 2020