Las ferias del libro son el segundo punto de venta más importante para las editoriales, después de las librerías, tan sólo el año pasado 10 encuentros de este tipo generaron más de 69 millones de pesos. Por ello, ante la imposibilidad de realizarse este año por la pandemia de Covid-19, éstas apuestan a las nuevas tecnologías y se convierten en digitales como una esperanza para impulsar a la industria, pero también para conservar a sus asiduos visitantes.
Si bien, las ferias del libro virtuales no buscan sustituir a las físicas, Juan Luis Arzoz Arbide, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial (Caniem), consideró que son un modelo que llegó para quedarse y que cuando se puedan hacer eventos multitudinarios convivirán con las presenciales, ya que son una ventana de oportunidad para aquellas personas que no se pueden trasladar a los estados donde éstas tienen lugar.
“La feria presencial a todo mundo nos encanta, nos gusta hojear libros, es toda una fiesta ir a la Feria de Guadalajara, y lo virtual, difícilmente podrá sustituir este tipo de cosas. La apuesta es que las ferias presenciales sigan, pero con mucho apoyo de lo virtual, eso ya llegó para quedarse, no hay manera de que se vaya, es una costumbre que la pandemia aceleró muchísimo”, afirmó Arzoz Arbide, en entrevista con La Razón.
La Caniem habilitó una plataforma para que las distintas ferias del libro virtuales oferten los títulos de las editoriales participantes. Hasta ahora es un sistema que permite ver la portada de cada uno de los libros y leer la sinopsis; sin embargo, confía en que después se pueda mejorar.
“Es una nueva forma de interactuar que se seguirá perfeccionando hasta llegar a un espacio que sea un render, que puedas pasear, ver los libros, hojearlos, comprar, que te llegue a tu casa, creo que a mediano plazo la feria del libro física y virtual van a convivir”, destacó.
Actualmente se desconoce cuál será el futuro de ferias tan importantes como la de Guadalajara, la del Zócalo, la del Libro Infantil y Juvenil y el Gran Remate del Libro, si apostarán por lo digital o preferirán posponerse para 2021.
Por el momento, la primera en incursionar en este nuevo formato es la Feria Nacional del Libro de Zacatecas (Fenaliz), la cual culminará el 17 de agosto y busca seguir difundiendo la lectura, pero también apoyar a la industria que ha registrado pérdidas por 30.8 por ciento en ventas.
Han seguido el mismo ejemplo, la Feria Universitaria del Libro de Hidalgo, que se realizará del 28 de agosto al 6 de septiembre; y la Feria Internacional del Libro de Coahuila, que trasladará su edición al 2021, pero ofrecerá un mini encuentro digital, del 18 al 27 de septiembre.
Para la Fenaliz cancelar no era una opción, pues están de por medio los convenios y contratos que se firmaron. El año pasado facturó un millón y medio de pesos por ventas de libros.
“Al hacerlo de manera virtual aparentemente hay un ahorro, pero sí se tenían algunos compromisos y hay que ver cómo no perder ese recurso para poderlo aplicar en proyectos de fecha posterior. También implica un gasto adicional que no estaba programado, el diseño de software y capacitar a personal para el manejo de la venta en línea”, explicó a este diario Alfonso Vázquez Sosa, director del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”.
La feria en su formato físico tenía un presupuesto de dos millones de pesos, pero al mudar a la virtualidad requiere de un millón 200 mil pesos.
EXTRAÑAN HOJEAR EJEMPLARES
Si bien las ferias del libro virtuales ha tenido un buen recibimiento, las personas añoran consultar los ejemplares de manera presencial y dudan en aventurarse a comprar en línea. Una de ellas es Edilberta Manzano, quien cuando asiste a uno de estos encuentros le gusta perderse entre el laberinto de editoriales y entre los miles de ejemplares tomar uno que llame su atención: tocar su textura y hojearlo.
Sin embargo, este año debido a la pandemia ha tenido que conformarse con estar frente a su computadora e ingresar a un sitio web en el que puede consultar ejemplares que ofertan las editoriales.
“Soy visitante de las ferias del libro, sobre todo de la que se hace en la Ciudad de México, pues vivo en el Edomex. Para mí es muy emotivo tocar los libros, revisarlos, sobre todo las ediciones para niños que son muy lindas. De forma virtual he visitado la página de la Feria de Zacatecas, pero hace falta esa cercanía”, compartió.